Cuando el Nou Camp estaba en plena construcción, la dirigencia del Barsa acordó poner al gran escenario azulgrana el nombre de su fundador, Joan Gamper. El dictador Franco y su régimen estaban fuertes y manejaban los asuntos peninsulares con la bota y el fusil, aunque las decisiones no fueran populares, así que negaron el movimiento, "por tratarse de un ciudadano extranjero, haber muerto por suicidio, haber profesado el protestantismo, contar con ideología liberal y estar al lado de la corriente catalana", como se puede ver, las libertades de pensamiento, de culto y de acción, no existían para nada en la España de esos años. Y quedó en Nou camp.
Hans Max Gamper Hassing (1877-1930) nació en Suiza pero muy joven recaló en la ciudad condal. Venía de ser jugador de rugby.
Según sus historiadores, el hombre que fundó al FC Barcelona en 1899 era un tipo alto, rubio, bien parecido, culto, fino y elegante, que se hizo de un gran grupo de amistades, dominó el idioma catalán pero sobre todo triunfó ampliamente en los negocios financieros y amasó una considerable fortuna, con la que colaboró varias veces en pro de su equipo, del que fue cinco veces presidente.
Uno de sus grandes momentos lo vivió al fijarse en un chico filipino-español del que dijo, "será nuestro goleador". Es hombre, de disparo fulminante, era un fenómeno llamado Paulino Alcántara, que "solamente" marcó 357 dianas en su carrera y fue el ídolo de su tiempo, digamos que el Messi de Gamper, que fue fulminado por una decisión de otro dictador, Primo de Rivera, que iracundo porque los catalanes abuchearon al himno español ante un equipo inglés, cerró por seis meses el estadio de Les Corts y desterró a Gamper, que a partir de entonces entró en una terrible depresión, que aumentó con la caída económica de 1929, que lo dejó arruinado. Impedido de volver al Barcelona, Gamper se dio un tiro en la sien el 30 de julio de 1930, a los 53 años de edad.
Cuentan quienes lo vivieron que el sepelio fue una muestra gigante de dolor, acompañado de un multitudinario desfile. Hoy, una de las calles que desembocan al Nou Camp, lleva su nombre, al igual que la ciudad deportiva azulgrana. El CF Barcelona le homenajea año con año desde 1960 con un trofeo que lleva su nombre y que se disputa ante un distinguido rival, antes del inicio de la campaña.
Gamper era un visionario. Cuando la gente llamaba "Culés" a los seguidores del equipo porque acomodaban sus traseros en la barda del viejo estadio de la calzada Industria, al ser insuficientes las pequeñas gradas, no solamente pensó y realizó al nuevo proyecto en Les Corts, sino que puso el ejemplo y participó con un millón de pesetas, de su propio peculio. Un hombre único que merecía mucho más de lo que recibió de la vida, pues el futbol y el CF Barcelona lo eran todo para él. Un hombre cuya huella se graba para siempre.
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