Deficiencias. La Comisión Nacional de Derechos Humanos ya había alertado sobre fallas en el penal.
La necesidad de una revisión más profunda del Sistema Penitenciario a nivel federal subyace en la reciente fuga de Joaquín Guzmán Loera, alias "el Chapo Guzmán"; quien logró burlar la seguridad del Centro de Máxima Seguridad donde se encontraba recluido con un túnel de apróximadamente 1.5 kilómetros.
En Almoloya de Juárez, a 25 kilómetros de la ciudad de Toluca se ubica el Cefereso "Altiplano" Número 1, con una capacidad instalada para recluir a 724 internos y ocupa una extensión aproximada de 260 mil metros cuadrados de los cuales 27 mill 900 componen las instalaciones de la prisión, según datos de la SSP.
Así pues, dentro de las principales definciencias consignadas en el Diagnóstico Nacional de Supervisión penitenciaria realizado por la Comisión Nacional de Derechos humanos (CNDH) a "El Altiplano" realizado en 2013, en el apartado "III. Condiciones de gobernabilidad" ya se avisaba de las fallas en "la normatividad que rige al centro" y el "insuficiente personal de seguridad y custodia" así como de "actividades ilícitas (presencia de objetos y sustancias prohibidas, así como de internos que ejercen violencia o control sobre otros)" y "cobros por parte de internos".
Cabe destacar que Según la Secretaría, el nivel de seguridad de este centro es máximo, con sistemas electrónicos como: circuito cerrado de televisión, control de accesos, alarmas , detectores de metal, drogas y explosivos, radiocomunicación, voz y datos, sensores de presencia, y telefonía entre otros, para apoyar a los elementos de seguridad a brindar el control estricto de la institución, pese a esto cabe destacar un comunicado de la Comisión Nacional de Seguridad el pasado 14 de abril, donde dan cuenta del hecho que calificó de "irregular" por parte del abogado del "Chapo'' al introducir a "terceros vinculados con el interno".
