Algunos productos han caído; en el caso del petróleo, el gobierno se queda con el dinero; en el de la tortilla, ¿quién?
Los precios internacionales de algunos productos han caído en los últimos meses; a saber, el petróleo y otras materias primas… pero cada día es más evidente que esta caída no la siente el consumidor en México.
Y es que ya se sabe: en el caso evidente de la caída del precio del petróleo, no conviene que el gobierno reduzca el precio de la gasolina. Sólo así, en los hechos, es que logra ingresar, vía impuestos a su consumo, una buena parte de lo que de hecho pierde por el menor valor de las exportaciones petroleras. Pero, ¿por qué no bajan los precios de productos como la tortilla o el pan si los precios del maíz y el trigo también han caído drásticamente en los últimos meses y años…? ¿No debería de ocurrir? Ahí no se trata de un mercado controlado como el de las gasolinas; ahí depende y por completo de los mercados privados de esos bienes, que deben ser competitivos. Le doy un ejemplo: los precios del maíz han disminuido de alrededor de 8 dólares por bushel en el tercer trimestre de 2012, a alrededor de 3 dólares en el cuarto trimestre de 2014 (de 105 a 42 pesos por bushel). Por su parte, el precio promedio de la tortilla prácticamente se ha mantenido constante: unos 12 pesos el kilo en promedio en tortillerías y 9 pesos en supermercados. ¿Qué está pasando? ¡Que alguien se está quedando con el dinero! En el caso del petróleo, el gobierno, lo sabemos, pero en el de la tortilla… ¿quién?
Como ejemplo, y sólo como ejemplo, consideremos el maíz. Grupo Maseca es, por mucho, el productor más importante de harina de maíz en México. Distribuye su producto a miles de tortillerías y tiendas de autoservicio a lo largo y ancho del país. Estas últimas son las que producen las tortillas y las venden al consumidor. Como ya se dijo, la materia prima principal -que no la única- ha bajado más de la mitad, mientras que el precio promedio se ha mantenido constante. Aquí hay de dos: si los productores de harina de nixtamal han trasladado a los productores de tortillas la reducción de costos, entonces son los productores de tortilla quienes se han "embolsado" el excedente a costa de los consumidores. Si por el contrario, el productor de harina es quien no ha bajado el costo de su producto a las tortillerías, entonces Grupo Maseca -subsidiaria de Grupo Gruma- y los demás productores de harina de maíz para nixtamal, son quienes "hacen su agosto" con el excedente a costa de los consumidores. Podría ser, sin embargo, una combinación de ambos casos; que resulta en lo mismo: la baja en el precio del maíz no se ha reflejado en los precios de las tortillas.
De acuerdo con datos públicos sobre la misma empresa, que cotiza en Bolsa, el margen bruto de Maseca (ventas menos costo de ventas) ha pasado de 26 % en el tercer trimestre de 2012 a casi 31 % al final del año pasado. La cantidad levanta cejas y significa que una muy buena parte de las ganancias extraordinarias las está reteniendo la productora de harinas. Las reducciones del precio internacional de su insumo principal no las siente el consumidor en su mínima parte. Que lo mismo de hecho ocurra en otros casos es posible… por decir lo menos: me refiero a los casos como el del trigo y la harina de trigo o el pan.
La razón más probable de este comportamiento radica en la estructura de mercado. Se trata de uno altamente concentrado en la manufactura de harina, misma que seguramente tiene un impacto en los precios. Para determinarlo, corresponde a la Comisión Federal de Competencia Económica estudiar el caso con detalle. Pero entre que son peras o son manzanas, el precio de la tortilla no baja, a pesar de la reducción del precio del maíz. Y ello afecta a muchos millones de consumidores.
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(Centro de Estudios Espinosa Yglesias)
