El técnico de las Águilas del América, Nacho Ambriz, se mostró muy enojado por no saber controlar el partido. (Jam Media)
La cara de Ignacio Ambriz es de desazón y desconcierto. Sabe que un 3-0 es una carga pesada para remontar en Ciudad Universitaria ante Pumas, el líder del Apertura 2015.
Pero más allá de la tristeza, al entrenador del América le da coraje que sus dirigidos hayan tenido dos expulsiones que terminaron por decantar el partido y la serie hacia el bando auriazul.
"No podemos quedarnos con nueve hombres por tonterías, porque no nos podemos controlar", reclama el timonel azulcrema.
Ambriz explica que, a su parecer, existieron dos polos opuestos de su club. Uno con luces y otro oscuro. Ahora buscará que sus pupilos remonten y logren la gesta para instalarse en la final.
"Es una remontada, pero este equipo las ha hecho y si Universidad los hizo, nosotros también", expone.
"En el primer tiempo habíamos tenido controlado el partido. Ellos sólo llegaron mediante la pelota parada y el balonazo. A nosotros nos faltó meter alguna", analiza el estratega emplumado.
Para Ambriz, "los milagros no existen. Creo en el trabajo y en la dedicación para salir adelante".
El técnico amarillo se compromete a levantar el ánimo de sus jugadores, "porque esto es de hue…. Falta un partido y no podemos darnos por vencidos hasta que ya no haya tiempo".
"Aztecazo" Auriazul
El triunfo de este jueves en Santa Úrsula fue el primero de Pumas ahí, en la historia de la "Fiesta Grande".
SORPRENDIDO
Por más que se esfuerza en cumplir con las formas, Guillermo Vázquez irradia alegría y satisfacción. El director técnico de los Pumas reconoce que el nivel que mostró su equipo superó las expectativas que tenía, sobre todo tras las expulsiones de los americanistas Pablo Aguilar y Miguel Samudio.
"Como se fueron dando las cosas, sí [estoy sorprendido]", admite. "No esperas que expulsen a alguien y el equipo hizo muy bien las cosas cuando se dieron esas situaciones".
Aunque está consciente de que ahora el exceso de confianza puede ser el principal adversario de un equipo que está virtualmente instalado en la serie por el cetro.