Aneyaculación

La aneyaculación es un problema que afecta a un buen número de hombres, las causas son diversas, tanto como los problemas que origina, sin embargo es importante que quien la padece comprenda que no todo está perdido.

El máximo placer que puede experimentar el hombre en su vida sexual es el orgasmo y este va asociado a la eyaculación. La capacidad de expulsar su semen le brinda placer erótico y posibilita la reproducción humana. Existe un número importante de personas afectadas por esta dificultad que se puede convertir en una verdadera incapacidad para eyacular, de manera total, lo cual se conoce como 'aneyaculación'.

El fantasma amenazador de la eyaculación precoz no le impide al varón el placer de eyacular, aunque sea de manera fugaz y breve; en cambio, la aneyaculación le martiriza al prolongar hasta el cansancio la actividad coital y finalmente desistir por la incapacidad de consumarlo.

La mujer interpreta con frecuencia la no eyaculación del varón como un signo de falta de atracción sexual y el acto prolongado en búsqueda del clímax puede traer ardor y dolor vaginal.

El hombre que se ve afectado por esta complicación tiende a postergar sus coitos por temor a no lograr nunca la eyaculación, lo que provoca que la pareja sufra de incomunicación e incomprensión sexual.

TIPOS DE ERECCIONES

Existen dos tipos de erecciones; la reflexogénica y la psicogénica.

La reflexogénica se origina como una respuesta refleja en la espina dorsal y no requiere de la participación del cerebro. Se presenta con frecuencia en respuesta a la estimulación directa del pene o la estimulación interna, como cuando la vejiga está llena.

Las erecciones psicogénicas se originan ante estímulos que el varón considera eróticos, como olores, sonidos e imágenes. En ese momento el cerebro envía mensajes a la espina dorsal para concretar una erección.

La eyaculación, o expulsión del semen por la uretra, es un proceso reflejo complejo que combina erecciones reflexogénicas y psicogénicas. Este proceso ocurre en el cerebro al combinarse los estímulos sensoriales percibidos de manera sensual, desencadenando la erección y posteriormente la eyaculación.

Estas respuestas bio-psíquicas pueden alterarse por diferentes causas:

CAUSAS FÍSICAS

Traumatismos que provoquen lesión o disfunción de la médula espinal: el mecanismo eyaculatorio es un reflejo cuya inervación está en la médula espinal. Una lesión o segmentación en esta área puede impedir, limitar o alterar de manera significativa la erección y la eyaculación.

Procesos infecciosos: la inflamación de los conductos deferentes, uretra o zonas aledañas pueden impedir la libre salida del semen.

Neuropatías: la más común, provocada por la diabetes o el alcoholismo. El desconocimiento de las secuelas sexuales de estas enfermedades las hace una causa común.

Alteraciones hormonales: el sistema de secreción interna del cuerpo puede verse afectado provocando elevación de la prolactina.

Cirugías: en la zona nerviosa de la médula espinal relacionada con los mecanismos de erección y eyaculación. Las zonas involucradas con las erecciones reflexogénicas son nervio sacro 2 y nervio sacro 4. Las vías nerviosas de las erecciones psicogénicas son torácica 10 y Lumbar 2. El grado y nivel de lesión es particular en cada paciente y debe valorarse individualmente.

Procedimientos quirúrgicos relacionados con la próstata, glándula encargada de producir el líquido prostático que envuelve a los espermatozoides y que eyacula el varón.

Uso de drogas o medicamentos: las toxicomanías pueden provocar aneyaculación, así como el uso prolongado de medicamentos sin supervisión médica.

Sin explicación: algunos pacientes no pueden ser encasillados en una causa determinada y se ubican en este renglón.

CAUSAS PSICOLÓGICAS

La presentación de la incapacidad para eyacular por primera vez, predispone al paciente a esperar un nuevo episodio y al volverse a presentar, convertirse en una respuesta involuntaria y automática.

La angustia de no lograr satisfacer sexualmente a la compañera al no eyacular puede llegar al extremo de transformarla en aneyaculación.

Las causas psicogénicas pueden ir desde un bajo concepto de sí mismo, actitud frente al sexo de miedo, vergüenza, rechazo, temor a embarazar a la pareja, contraer una enfermedad de trasmisión sexual, temor a casarse, enojo y rechazo a la pareja sexual.

Las causas emocionales son variadas. Todas ellas relacionadas con angustia, vergüenza o rechazo hacia el sexo y el orgasmo. Su característica mental más frecuente es pretender controlar todo lo que ocurre durante la relación llegando a convertirse en una conducta obsesiva-compulsiva.

VIVIR SIN EYACULACIÓN.

¿Es factible disfrutar la relación sexual sin eyacular? Sí, y la manera de entenderlo consiste en establecer la causa de la aneyaculación.

Muchos hombres se ven sometidos a la extirpación de la próstata y por tal motivo ya no pueden eyacular. Al no haber líquido prostático deja de existir la eyaculación, más no las sensaciones placenteras.

El varón que ha perdido su próstata, con frecuencia conserva la sensación placentera de 'terminar' y concluye aceptando que para mantener la vida y conservar la función sexual tuvo que perder la emisión del semen, más no el placer.

Así mismo, en las prácticas de sexualidad sagrada oriental, el varón aprende a controlar la emisión seminal y obtener orgasmos 'secos', sin eyaculación. La idea que sostiene esta práctica sexual consiste en asociar una pérdida de energía corporal y mental con la eyaculación, de tal manera que se aprende a condicionar la respuesta fisiológica de eyacular, disfrutando orgasmos sin emisión de líquido seminal. Esta práctica milenaria cada día cuenta con más adeptos en Occidente.

Si la incapacidad eyaculatoria es causada por una lesión o segmentación medular, es pertinente evaluar si existen sensaciones asociadas a los estímulos sexuales que favorezcan la eyaculación placentera.

Como la eyaculación es necesaria para la emisión del líquido seminal con propósitos reproductivos, existen alternativas médicas para obtenerlo. Una vez establecido el origen del padecimiento la terapéutica correspondiente deberá aplicarse.

En todos los casos el componente emocional está presente, pues la inseguridad, frustración y angustia asociada a esta dificultad lleva a muchas parejas a la separación. Sin embargo, la esperanza para quienes padecen este trastorno eyaculatorio, es que médica y psicológicamente existen alternativas de tratamiento con un alto porcentaje de éxito.

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