Añoran la paz y tranquilidad que se vivía en su Torreón

Hoy Torreón está de fiesta. Hace 108 fue elevado al rango de ciudad y los torreonenses con varias décadas acumuladas en sus vidas, aún tienen frescos los recuerdos de su juventud, en donde añoran aquella paz y ese ambiente de fiesta que se podía respirar.

Recuerdos

Como es el caso de Lucía Flores López, ahora de 70 años de edad, quien creció en pleno centro de la ciudad, y Alfredo Hernández Flores, de 78 años de edad, quien dice nació en el Torreón Viejo. Ahora habitan en el poniente de la ciudad, desde donde suspiran al recordar la tranquilidad que reinaba en las calles.

Al recordar a su ciudad, hace varias décadas atrás, suspira y dice que todo "era bonito y seguro porque no había la delincuencia que hay en estos tiempos", cuenta Lucía.

Y es que cuenta que en aquellos días, los jóvenes y adultos podían pasar horas enteras platicando por las noches, incluso hasta caer la madrugada, sin que nadie los molestara, hoy es imposible. "Ahora nada más con las vecinas de en frente, platicar un rato y a dormir".

Además de esa tranquilidad, que les permitía recorrer las calles a cualquier hora del día, añora las fiestas que se realizaban tanto en el mes patrio como en abril, con las tradicionales mañanitas, "las mañanitas de abril". Cuenta que durante todo ese mes, chicos y grandes salían a disfrutar de los paseos públicos como: el bosque Venustiano Carranza, la Alameda Zaragoza y la Plaza de Armas.

"Íbamos a jugar, a divertirnos al bosque, a jugar a la pelota, almorzar allá y veníamos y paseábamos muy a gusto, ahora ya no, ya se acabaron las 'mañanitas de abril' ya no se acostumbra eso", cuenta con melancolía.

Todo cambia

Don Alfredo Hernández, también las recuerda con gusto. "Ya no es lo mismo de antes, sobre todo la juventud. Extrañamos los paseo de antes, antes había las 'mañanitas de abril' y se paseaba uno en el bosque, ya se acabó toda esa tradición".

Esos encuentros son los que más extraña, pues la falta de oportunidades de empleo fue siempre una constante. Y es que durante su juventud iba y venía a los Estados Unidos por trabajo.

Al igual que doña Lucía, Alfredo dice que antes las "cosas" eran más serenas, y la gente era más alegre.

En los festejos de Independencia y de los aniversarios que les tocó vivir, dicen que eran esperados con emoción. "Estaban los desfiles, lo tradicional, ahora todo es diferente".

No asiste

"Sí están bonitas las fiestas que hacen en la Plaza Mayor pero para nosotros que vivimos al poniente se nos hace difícil divertirnos por la falta de transporte", dice Lucía.

Sin empleos

La falta de oportunidades de empleo fue siempre una constante. Y es que durante la juventud Alfredo iba y venía a los Estados Unidos por trabajo.