Talento. Antonio Malpica (c) acompañado del presidente de la editorial SM.
El escritor mexicano Antonio Malpica recibió el XI Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil, un reconocimiento a su extensa obra literaria que construyó pese a que nunca creyó que fuera escritor.
"Yo nunca tuve intenciones de escribir, me gustaba leer, sí, pero nunca me imaginé del otro lado de la página", afirmó el narrador en una sencilla ceremonia realizada en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) que se desarrolla en esta ciudad del occidente de México hasta el 6 de diciembre.
Malpica (México, 1967) reveló que fue a los 20 años y de la mano de su hermano Javier cuando descubrió "el enorme gozo de la escritura", que ya no dejó nunca.
Encontró en los libros infantiles un camino que no se imaginó recorrer y que comenzó al escribir la historia de un niño de la calle cuyo único sueño era tocar las nubes y al que le siguieron un sinfín de personajes, explicó.
Con 40 libros y 12 obras de teatro, Malpica fue elegido ganador del premio por su capacidad para "entrelazar la realidad con la fantasía" y "abordar problemas sociales complejos", según el jurado.
Su obra ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Gran Angular (2003, 2005 y 2011), el Barco de Vapor y el Norma de Literatura Infantil y Juvenil.
Entre sus obras destacan "Querido tigre Quezada", "Las mejores alas", "El impostor", "El nombre de Cuautla", "Soldados en la lluvia", "La máquina", "No nos extrañará el sistema" y "Pizzas en el espacio".
En su discurso, el escritor narró una escena en la que Antonio Malpica niño tiene un encuentro con él mismo siendo un adulto, a la manera en que alguna vez lo hiciera Jorge Luis Borges, su escritor favorito.
En ella, el hombre le pide al pequeño "prender el radar" siempre y no olvidar que es "un tipo afortunado".
