Cierre. Encargados de las dependencias resolvieron clausurar la planta por no tener condiciones para operar. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Por carecer de las condiciones adecuadas para seguir operando, se clausuró la planta despepitadora de algodón Emiliano Zapata, aunque esta medida no es definitiva y el propietario podría hacer uso de su derecho de recurrir a un amparo para reiniciar los trámites ante el Municipio.
El cierre del establecimiento se aplicó después de que la empresa incurrió en otra falta luego de que el pasado lunes, se registró un incendio en el interior mientras se realizaban trabajos de soldadura para instalar una malla protectora y con ello evitar que los residuos de algodón salieran de la planta.
Tras una reunión celebrada entre los directores de Urbanismo, Obras Públicas, Protección Civil y del Instituto de Ecología y Medio Ambiente, se determinó el cierre del negocio.
El titular de Urbanismo, Tomás Galván indicó que el incendio incrementó el nivel de riesgo para los habitantes del fraccionamiento San Patricio y de la colonia El Consuelo, los cuales se ubican en las cercanías de la planta.
Desde el pasado viernes, la despepitadora había suspendido temporalmente actividades, pues el propietario solicitó un plazo de seis días para hacer adecuaciones y de este modo, evitar que los residuos de algodón continuaran cayendo hacia las viviendas del fraccionamiento San Patricio, cuyos habitantes fueron los más inconformes.
Hasta antes de esa suspensión, se les había fijado un plazo de tres meses -que estaba vigente- para cumplir otros requisitos, principalmente para atender las inconformidades de las familias que habitan en ese sector residencial.
La empresa comenzó a operar en octubre de 2014, a partir de lo cual comenzaron a surgir las quejas por la generación de partículas de algodón y los ruidos excesivos las 24 horas del día.
Según el titular de Urbanismo, el propietario obtuvo un permiso de uso de suelo de industria ligera, pero condicionado a atender todos esos requerimientos.
Los vecinos sostenían que la emisión de ruidos sobrepasaba los decibeles máximos permitidos y que, sobre todo, tenían ya afecciones de tipo respiratorio, como cuadros de alergias y asmas a consecuencia de la contaminación por el algodón, principalmente entre los menores.
'VÍA CONCILIATORIA'
A través de un comunicado, el Instituto de Ecología informó de la medida y aseguró que la situación que prácticamente "derramó el vaso", fue el incendio que se registró en ese mismo lugar durante la tarde del pasado lunes, motivo por el que se decidió actuar con drasticidad.
También se recordó que al propietario ya se le había otorgado una licencia provisional y condicionada a que resolviera algunas de las irregularidades antes mencionadas, "mismas que de manera inexplicable decidió pasar por alto, causa por la que el dictamen ecológico dictaminó incumplimiento".
La clausura se prolongará el tiempo que el propietario decida, ya que tiene la opción de resolver el problema por la vía conciliatoria con la celebración de un convenio o recurrir a la vía jurídica, interponiendo un recurso de revocación de la clausura ante esta instancia municipal o irse por el amparo al Tribunal de lo Contencioso Administrativo.