Vermilion Cliffs es un paisaje de rocas onduladas que se levantan a más de 900 metros.
Más que un solo viaje, Arizona, tierra árida, mística y milagrosa, merece mucho más. Te revelamos nuestros seis destinos imperdibles.
Phoenix
Con un promedio de 330 días de sol al año, la capital tiene de todo, tanto museos como cactus gigantes en el Desierto de Sonora. Visita el Museo Heard, con 10 salas de arte indígena, y el único Museo de Instrumentos Musicales en el mundo. En la montaña Camelback, se hacen caminatas por senderos interpretativos y picnics. El sitio es ideal para los atardeceres, son hipnóticos. Por último, en el Centro Espacial Challenger, puedes tocar meteoritos y simular un lanzamiento del transbordador.
Gran Cañón
El río Colorado labró una de las siete maravillas naturales, dejando al descubierto cerca de 2 mil millones de años de historia de la Tierra. El Skywalk es una pasarela volada de cristal en forma de herradura, situada en el borde Hualapai, que permite contemplar esos barrancos.
Se organizan caminatas de un día y excursiones de una semana. South Rim es la zona de menor riesgo, con senderos ideales para sillas de ruedas. Cuenta con transporte gratuito a los miradores que alcanzan entre 60 y 620 metros de altura. En North Rim, los caminos están abiertos de mayo a octubre; es la zona más solitaria, pero la que mejores panorámicas ofrece.
Antelope Canyon
En la ciudad de Page, en el Parque Tribal Navajo, la naturaleza labró el cañón más estrecho de Estados Unidos. Sus paredes, con 40 metros de altura, son algo que todo mortal debe conocer. El parque programa recorridos hacia la boca del cañón, al lugar llamado Lowe, que los indios navajo bautizaron como Hasdestwazi, por sus arcos de roca en espiral, paredes retorcidas talladas por la naturaleza. El piso es una alfombra de arena que lleva por un camino recto de 400 metros. Pasado el mediodía, los rayos penetran en las grietas e iluminan el interior.
El haz crea una paleta de colores que va del amarillo pálido al púrpura.
Sedona
Para los indios hopi, aquí está el corazón de la Madre Tierra.
La energía emana desde cinco vórtices que rodean la ciudad, a dos horas de Phoenix.
Para la ciencia, un vórtice es un lugar donde fluye la energía natural de la Tierra en altas cantidades; para sanadores, videntes y guías espirituales es el centro del equilibrio entre el cuerpo y la mente; para el turista, son monolitos que se pueden escalar o ver desde un globo aerostático. Los tour operadores ofrecen, además, caminatas, sesiones de yoga y paseos en jeeps.
Vermilion Cliffs
A 48 kilómetros de Page y muy cerca de Utah, el río Colorado forma una gran curva desde la presa del cañón Glen hasta el Gran Cañón: un paisaje de rocas onduladas que se levantan a más de 900 metros.
Estos acantilados de color bermellón están divididos en estratos; son cinco capas de arena fosilizada que reciben los nombres de tribus que habitaron la zona; cada uno es distinto en color, forma y textura.
No se puede explorar por cuenta propia. Para ello hay travesías guiadas, como Buckskin Gulch, una caminata por la ranura más larga y estrecha del parque. Se avanzan varios kilómetros entre paredes de 500 metros de altura, apreciando tonalidades naranjas y rosas.
Otro recorrido te lleva a las Colinas del Coyote. Capas de arena de forma vertical y horizontal moldean un camino irregular. El área se conoce como la Ola y sólo se permiten 20 visitantes por día. Al norte del cañón, están los arcos Cobra, formaciones que parecen serpientes petrificadas.
Lago Powell
El segundo lago artificial más grande de Estados Unidos, rodeado por cañones y formaciones rocosas. Mide 300 kilómetros de largo y 122 metros de profundidad, tiene más de 3 mil kilómetros de playa con bancos de arena rosa.
Se puede bucear, esnorquelear, pasear acostado en una llanta o en un helicóptero y dormir en una casa flotante.
