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Atún, pez gordo de la relación comercial

AMY GLOVER

México acaba de ganar un caso ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra Estadeos Unidos que merece ser celebrado.

Después de más de veinte años de lucha en contra de la etiqueta "dolphin safe" que ponen en las latas de atún en Estados Unidos, la OMC pronunció que su uso representa una barrera injustificada al producto mexicano. Esta decisión tiene importantes implicaciones tanto para el uso inteligente de los mecanismos internacionales para defender los intereses nacionales, como para la relación comercial entre México y Estados Unidos.

A finales del siglo XX, la pesca de atún en el Océano Pacífico oriental tropical se volvió un tema de alto perfil en los medios y una preocupación medular para muchos gobiernos dado el impacto sobre los delfines. Como consecuencia, se pusieron en marcha políticas internacionales para reducir la tasa de mortalidad de los delfines y se firmó el Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (conocido como el AIDCP, por sus siglas en inglés). La ONU ha reconocido el gran éxito que ha tenido el AIDCP en reducir la mortalidad de los delfines, de aproximadamente 132 mil en 1986 a 800 en 2013, y tanto México como EU son signatarios de dicho acuerdo.

Los barcos mexicanos utilizan redes de captura para la pesca de atún que cuentan con una modificación (el panel Medina) para dejar escapar especies que hayan sido capturadas de manera incidental (delfines u otros). Además, utilizan a buzos para liberar a especies que se hayan enredado en el proceso de pesca. A pesar de los grandes avances de la flota mexicana en la reducción de la captura incidental de delfines, a México no se le permite usar la etiqueta "dolphin safe" en el mercado estadounidense por el uso de pesca de cerco con redes.

La etiqueta "dolphin safe" le proporciona información poco confiable y potencialmente falsa al consumidor estadounidense, e ignora el tema de fondo, que es: cómo pescar de manera sustentable. En este caso, México ha enfrentado una discriminación injustificada en contra de sus productos -a pesar de que utiliza métodos de pesca más sustentables que otros países- lo cual le genera una desventaja muy importante en el mercado en EU.

La buena noticia es que México ha aprendido a apretar las tuercas a través de represalias que incentiven a su principal socio comercial a modificar sus políticas. EU apelará la decisión de la OMC y lo más probable es que la organización refrende su decisión, abriendo el paso para que México imponga represalias en contra de productos estadounidenses. Y como dicen por allí, no es nada personal, it→ s just business.

Este caso es importante no solamente porque le da la razón a México, sino porque es un ejemplo emblemático del uso de barreras no arancelarias por parte de EU, particularmente en el sector agropecuario, para proteger a su industria.

Ante este escenario, es importante que México siga defendiendo sus derechos bajo las reglas establecidas en sus tratados de libre comercio y en la OMC. Asimismo, en el caso del atún, para México será importante fomentar el crecimiento del sector pesquero a través de una estrategia de promoción activa de sus productos del mar.

Ojalá pronto veamos en los supermercados estadounidenses latas de atún mexicano al lado de los limones, jitomates, aguacates, pimientos y fresas -además de muchos alimentos procesados- que ya forman parte de la oferta de cualquier tienda estadounidense hoy en día.

(Directora de McLarty Associates)

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