Con el juego de hoy entre Rieleros de Aguascalientes y Vaqueros da inicio en la región la temporada 2015 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). La Liga cumple este año 90 desde su fundación, que fue en 1925. Y obviamente la temporada que arranca es la número 91 de su historia. Se trata del circuito deportivo profesional de mayor trayectoria en el país, con operación ininterrumpida desde su creación.
Por primera vez un equipo de La Laguna formó parte de la LMB en 1940, cuando la Liga llevaba ya quince años de ofrecer beisbol profesional de calidad a la afición mexicana al deporte rey. Han transcurrido desde entonces 75 años.
De las 91 temporadas, incluida la que hoy arranca, La Laguna ha estado presente en 53 ocasiones. Y ausente en las 38 restantes. Si de éstas se excluyen las quince previas a su primer ingreso al circuito, sólo quedan entonces 23 en las que no participó. Si a su vez de este número se le restan las 16 del largo periodo de ayuno que comprendió de 1954 a 1969, es decir, toda una generación de laguneros que no tuvo la experiencia magnífica de ver y vivir el beisbol de Liga Mexicana, sólo quedan 7 años de ausencia.
Lo paradójico de la gran sequía de esos dieciséis años, del 54 al 69 del siglo pasado, es que coincidió con un periodo de notorio auge de la pelota amateur en la Comarca. Así queda esto claramente de manifiesto de acuerdo a una serie de indicadores que no deja lugar a dudas, en cuanto a ligas, número de equipos y de jugadores integrantes de éstos. El problema estuvo en la severa crisis económica que azotó a la región en buena parte de esos años, cuando dependía totalmente de la producción de algodón, como consecuencia del desplome del mercado internacional de la fibra blanca, básicamente.
Los otros siete años sin beisbol de LMB, un par de años en cada caso, 1944-1945 y 1947-1948, y otro de tres, 1982, 1983 y 1984, se explican por otras circunstancias y motivos. El primero de los citados, 44-45, es toda una historia que merece capítulo aparte.
En el beisbol, cada inauguración de temporada trae una gran carga de emotividad. No sólo por lo vistoso del espectáculo que en cada ocasión se monta, sino además porque el aficionado guarda la esperanza de que el año beisbolero culmine con el banderín para su club. En nuestro caso, en dos ocasiones esas expectativas se cumplieron plenamente, en 1942 y 1950, y en otra, en 1943, el gallardete injustamente se arrebató al equipo, lo cual llenó a la afición de frustración y coraje.
Sin embargo, no todas las inauguraciones son iguales. Imagine el lector la de 1970, cuando se cantó por primera vez el clásico ¡pleybol! después de dieciséis años sin oír esa convocatoria a jugar. O cuando en 1975 la apertura tuvo lugar por primera vez, el 14 de marzo de ese año, en el inolvidable Estadio Superior, más conocido como "El Mecano", el mejor parque de beisbol que La Laguna ha tenido, con capacidad para 16 mil espectadores.
No se diga la primera vez en LMB, aquel 31 de marzo de 1940, de sensacional encuentro contra Nuevo Laredo que ganaron los laguneros en 11 entradas 6 carreras a 5 y duración, con todo y el par de extrainnings, de apenas 2 horas 20 minutos. Por cierto, el primer lanzamiento oficial, salido del brazo del lanzador de nuestro equipo, Roy Williams, resultó tan descontrolado que fue a parar al "back stop".
Y desde luego la apertura de 1952, el 6 de abril, con una novena en la que llegó a haber en el terreno de juego hasta ocho peloteros oriundos de la Comarca, así como el manager, Memo Garibay, con el siguiente orden al bat: Moi Camacho (SS), Leo Rodríguez (3b), Pepe "Zacatillo" Guerrero (2b), Alfredo "Moscón" Jiménez (CF), Memo Garibay (1b), Laureano Camacho, el único no lagunero (C), Carlos "Cartucho" Regalado (RF), Hermenegildo "Kilo" Navarrete (LF) y Andrés "Balazos" Martínez (p). Pudo haber entrado el segundo catcher, también lagunero, Rosendo "Ranchero" Zavala. Algunos aficionados se preguntaban por qué Garibay no le dio oportunidad al "Ranchero" de haber jugado al menos una entrada. Hoy ni en sueños se integraría un equipo así, sólo de laguneros. Pero en el futuro puede ser perfectamente posible, por la gran tradición beisbolera de la región.
Esta vez, más que otros años, habiendo estado en el anterior ya tan cerca, la afición espera que 2015 sea finalmente el de la tercera corona. Ojalá.
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