No a las bombas. Manifestantes en Londres rechazan el apoyo a bombardear Siria.
El Gobierno británico obtuvo ayer un amplio respaldo en la Cámara de los Comunes para sumarse a los bombardeos internacionales contra el Estado Islámico (EI) en Siria y planea ordenar los primeros ataques en las próximas horas.
Tras un encendido debate parlamentario, los diputados aprobaron por 397 votos a favor y 223 en contra la intervención militar propuesta por el primer ministro, el conservador David Cameron, que contó con el apoyo de cerca de 70 diputados laboristas.
El líder del primer partido de la oposición, Jeremy Corbyn, contrario a los ataques, concedió libertad de voto a sus parlamentarios ante la división interna en la formación y la posibilidad de que algunos miembros de su equipo dimitieran en caso de verse obligados a apoyar la línea marcada por la dirección.
Esta era la segunda ocasión en la que Cameron pedía permiso al Parlamento para atacar en Siria, después de que en agosto de 2013 la rebelión de 30 diputados "tories" le impidió llevar adelante un plan para tratar de derrocar por la fuerza al régimen de Bashar al Asad.
El Reino Unido bombardea desde septiembre de 2014 al Estado Islámico en Irak, pero se ha limitado hasta ahora a colaborar con operaciones de inteligencia y logística en Siria.
El avance de los yihadistas en la región y los ataques terroristas en París que dejaron 130 muertos en noviembre han contribuido, sin embargo, a que se haya fraguado una nueva mayoría en los Comunes en favor de una acción militar.
Putin acusa a Erdogan
Rusia lanzó un duro ataque personal contra el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, al que acusó directamente de beneficiarse del tráfico ilegal de petróleo del Estado Islámico (EI) y de "saquear" a sus vecinos Siria e Irak.
"En la región actúa un equipo, que incluye a los criminales y a la elite turca, para el robo de petróleo a sus vecinos" Siria e Irak, aseguró el viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antónov, en rueda de prensa. Su intervención fue seguida por la presentación de numerosas pruebas documentales -fotos, mapas y videos- sobre "ese negocio criminal" en el que "están involucrados los máximos dirigentes políticos, el presidente Erdogan y su familia".
De esta forma, Rusia respondió raudamente al presidente turco, quien desafió esta semana a Moscú a que presentara pruebas fehacientes sobre la implicación de Ankara en ese negocio e incluso se mostró dispuesto a dimitir si se confirmaban esos vínculos.
VOTOS
a favor ganó la intervención en el parlamento británico.