pero la democracia insoportable".— Shimon Peres
Shhhh, que nadie escuche. ¿Qué pasaría si la gente se entera? Jaime Rodríguez, "El Bronco", no sólo ganó la elección al gobierno de Nuevo León sin partido, también lo hizo sin tele.
Cuando la clase política permitió las candidaturas independientes, lo hizo con el ánimo de cargar los dados en su contra. Como los jerarcas políticos piensan que los spots en radio y televisión son el camino para cualquier triunfo electoral, no sorprende que hayan dejado casi totalmente sin este mecanismo a los independientes.
Las reglas actuales prohíben a los candidatos la contratación de tiempos de radio y televisión. La prohibición no se extiende a periódicos o revistas, a espectaculares o a Internet. Si bien se permite a los candidatos contratar anuncios en vallas, se prohíbe hacerlo en las que se encuentran en los estadios de futbol, porque ahí hay cámaras de televisión. Al parecer las cámaras tienen un poder de persuasión tan grande que la gente se vuelve idiota al ver cualquier anuncio en una pantalla de televisión.
Pero resulta que "El Bronco" ha conseguido el triunfo en Nuevo León no sólo sin un partido político sino también sin televisión. Sus rivales Ivonne Álvarez del PRI y Felipe de Jesús Cantú del PAN tuvieron tres mil spots de televisión y ocho mil de radio cada uno. En cambio el candidato independiente tuvo sólo tres spots de televisión y 20 de radio (El Financiero, 5.4.15). Casi puedo ver la sonrisa de los coordinadores de campaña del PRI y el PAN al ver la aplastante presencia que sus candidatos tenían frente al "Bronco". No había riesgo, seguramente, de perder la elección.
Pero "El Bronco" no sólo ganó la elección sino que lo hizo de manera abrumadora. Los miles de anuncios de radio y televisión de los candidatos del PRI y del PAN no les sirvieron para nada. De hecho, quizá les hayan causado rechazo. La clase política creó reglas para saturar radio y televisión con 96 spots políticos cada día en cada emisora del país, pero este exceso parece generar reacciones negativas en los electores.
No es la primera vez que un candidato tiene buen desempeño pese a no contar con presencia en medios. En la elección presidencial de 1988 el candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, tuvo 91.71 por ciento de los tiempos dedicados a las elecciones en los dos principales noticiarios de televisión del país (Woldenberg, 6.3.08). Los otros candidatos, entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas del Frente Democrático Nacional y Manuel Clouthier del PAN, tuvieron que repartirse el resto del tiempo, pero con la salvedad de que la cobertura sobre Salinas de Gortari era siempre positiva mientras que la de los candidatos de oposición era con frecuencia negativa. Cabe recordar la entrevista de Televisa con dos hijos fuera de matrimonio del general Lázaro Cárdenas con la que se buscaba manchar la imagen de Cuauhtémoc. A pesar de eso hay razones para pensar que Cuauhtémoc ganó la elección y el sistema tuvo que despojarlo del triunfo (José Barberán y otros, Radiografía del fraude, y entrevistas con Jorge Alcocer, representante del FDN en la Comisión Federal Electoral).
Los casos del "Bronco" en 2015 y Cuauhtémoc en 1988 demuestran que la televisión y la radio no son indispensables aunque los estrategas de la clase política piensan que son la única forma de llegar al poder. Por eso en esta campaña saturaron el aire con millones de spots. Al hacerlo cansaron a los ciudadanos y quizá hayan dado una ventaja competitiva a los candidatos independientes, a los que negaron un acceso equitativo a la radio y la televisión.
FRAUDE DE 1988
En una carta de réplica (3.6.15) a uno de mis artículos, el senador lopezobradorista Manuel Bartlett, secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral en los comicios de 1988, reconoció que hubo fraude, pero se lo atribuyó a otros: Si "PRI y gobierno montaron un operativo, éstos eran [Jorge] de la Vega Domínguez y Miguel de la Madrid, para asegurar el triunfo a Carlos Salinas de Gortari".
Twitter: @SergioSarmiento