Ayer se celebró la edición 18 de la Jornada Mundial del Enfermo en Torreón que año con año organiza las obras Misionales Pontificio Episcopal. En esta ocasión entre 600 a 700 personas se dieron cita.
En sillas de ruedas, muletas, con bastón y algunos más con mucho esfuerzo, en su mayoría personas de la tercera edad, fue como asistieron a la jornada, que se llevó a cabo en las instalaciones del Club de Leones y que estuvo presidida por el párroco, Víctor Manuel Gómez Hernández.
De acuerdo con el sacerdote, las jornadas se llevaban a cabo en Torreón, Saltillo y Monterrey bajo el nombre de Jornadas del Dolor, las cuales a partir de 1978, el Papa Juan Pablo II les otorga el nombre que se mantiene hasta estos días.
"Se celebra al enfermo no como actitud negativa de la población mundial, sino que el enfermo descubra su gran dignidad como persona y no solamente sus derechos como tal, sino que no pierda la capacidad de vivir, para incorporarse a la vida", explica Gómez Hernández, párroco del templo de Todos los Santos del TSM. De acuerdo con Gómez, el Papa Francisco "nos invita no sólo tomar la mano del enfermo, sino ser el brazo que le falta, la pierna, sus ojos, ser un ejemplo de Jesucristo".
Y es que explica que el enfermo debe saber que la enfermedad es una realidad y que hay que llevarla, "y como ahorita nos decían, tienes que hacer a la enfermedad, hermana tuya para saber llevarla y sobrellevarla, aceptarla y ser feliz dentro de tus limitantes".
Durante el desarrollo, se contó con la presencia del obispo de Torreón, José Guadalupe Galván, quien ofreció una misa por todos los enfermos en el lugar. La jornada concluyó con la hora santa.
Las Jornadas se llevarán a cabo este viernes en la parroquia de San Francisco de Asís de San Pedro, y el sábado en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, de Francisco I. Madero.