Kerry. El secretario de Estado de EU en la reunión.
Los atentados yihadistas de París pesaron ayer en la conferencia en Viena para buscar la paz en Siria, que terminó con una hoja de ruta para celebrar elecciones en 18 meses, aunque sin determinar aún el papel del presidente Bachar Al Asad, y el mensaje de que la guerra allí es una amenaza para todos.
La conferencia internacional en la que se acordó esta hoja de ruta estuvo presidida por los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry, y de Rusia, Serguéi Lavrov, y contó con países europeos, asiáticos y de Oriente Medio, entre éstos algunos que apoyan al régimen sirio y otros que quieren acabar con él. Pese a esa compleja maraña de alianzas y a que enemigos acérrimos como Irán y Arabia Saudí estaban sentados en la misma mesa, la reunión logró acordar una hoja de ruta tan concreta como ambiciosa.
Las conclusiones son claras. Por un lado, que urge llegar a un acuerdo que acabe con el baño de sangre, tanto en Siria como en otros países.
Segundo, que el régimen sirio (con o sin Al Asad, eso está por ver) formará parte del proceso. El calendario ha puesto el próximo 1 de enero como la fecha límite para que Gobierno y oposición sirios se sienten a negociar.
A quién, entre los cientos de grupos opuestos a Al Asad, se considera oposición tendrá que definirse aún, en una tarea que compete sobre todo al enviado de la ONU para Siria, Steffan de Mistura.
Más fechas: en los próximos seis meses, un Gobierno de transición de amplia base, no sectario, que represente a toda la sociedad siria, y el establecimiento de un calendario para redactar una nueva Constitución.
Y en 18 meses, unas elecciones libres supervisadas por la ONU.
Por el camino, el objetivo es acabar sin miramientos con los yihadistas del Estado Islámico (EI) y del Frente Al Nusra. La mayor incógnita en ese plan, aparte de la voluntad de las partes para ejecutarlo, es qué hacer con el presidente sirio.
Kerry lo culpó hoy de nuevo de la guerra siria y del nacimiento del EI y, aunque señaló que el futuro de Siria tiene que ser uno sin Al Asad, dejó abierta la puerta a que participe en la transición.