La tarea de conseguir empleo es similar para todos, la diferencia estriba en los sentimientos, la predisposición y las actitudes de cada persona ante esta situación. No importa si lo que se busca es el primer empleo o si es la quinta o sexta vez que se busca cambiar de empleo para mejorar. El enfoque y la tarea es similar en todos los casos.
Pero la realidad es que, aunque quienes buscan trabajo lo hacen con tenacidad y dedicación, muy pocas personas se preparan adecuadamente para conseguir empleo. Antes de buscar trabajo es necesario realizar algunas tareas que pueden llevar tiempo hacerlas. Nadie te da trabajo, tu tienes que emplearte preparándote para que alguien se de cuenta de que le puedes ser muy útil y te contrate, primero debemos intentar ser útiles y luego te emplearás en algo.
Entre más útil seas, más aumentas las posibilidades de conseguir empleo. A veces ni siquiera sabemos lo que sabemos hacer bien y entonces, buscamos trabajo de lo que sea. Es mejor que nosotros sepamos para que somos útiles, somos nosotros los que debemos saber en cuales actividades podemos ser de mucho provecho. Entre mejor sepamos en qué somos útiles para hacer algo, será más fácil ofrecer nuestros servicios y convencer a otras personas de nuestro valor.
Mucha gente se avienta a conseguir empleo siguiendo los cauces normales para ello, buscando a ciegas en los anuncios, haciendo llamadas telefónicas, revisando cartelones, presentándose sin preparación especial a cualquier empresa, encontrando tan sólo desolación. Como si conseguir un buen empleo fuera sólo cuestión de suerte. No lo es. Conseguir empleo es una oportunidad que tu te construyes para ti.
El empleo nadie te lo da, tu le ofreces a alguien tu capacidad para hacer algo, para que pueda sumarlo al trabajo de otras personas en una empresa. Eres tu quien debe convencer a otros de que sabes hacer algo útil. No se vale quejarse de que no hay trabajo o de que nadie te da trabajo. Pensar que nadie te da trabajo es fatal, porque al pensar de esta manera pones un problema que es tuyo en manos de los demás, pero tu problema es que no sabes hacer algo que a los demás les interese adquirir o pagar. Todos tenemos que buscar la manera de ser útiles y convenientes a los demás.
Las empresas se aplican en juntar muchos esfuerzos para lograr ofrecer productos o servicios que le sean útiles a sus clientes. Si la empresa no logra dar sus productos o servicios con calidad y precio competitivos entregándolos a tiempo, entonces desaparecerá y no podrá invitar a nadie a trabajar. Pero si una empresa observa que nosotros le podemos ayudar en una parte del trabajo conjunto, entonces aumentamos la probabilidad de que nos contrate.
Nadie está obligado a darle trabajo a nadie. Todos tenemos el reto de aprender a hacer cosas útiles para los demás. Entre mayor cantidad de cosas útiles aprendemos a hacer, a más empresas les convendrá pagar nuestra capacidad de trabajo. El solo hecho de tener algún grado de escolaridad, así sea maestría o doctorado, no garantiza que vayamos a conseguir que alguien nos contrate. Tenemos además que aprender a ser útiles, a lograr que lo que estudiamos se aplique a nuestro trabajo con beneficio para quien nos contrata.
La capacidad de una persona para realizar un trabajo depende de los conocimientos que posea, aplicables a ese trabajo en particular, no depende de la cantidad de años de estudio, sino de los conocimientos precisos para realizar ese quehacer y también depende de la habilidad que se ha adquirido con base en la práctica, mezclando habilidad y conocimientos con mucha fuerza de voluntad para ponerle muchas ganas al trabajo.
Si no tienes conocimientos, no tienes capacidad. Si no tienes habilidades no tienes capacidad. Si no tienes voluntad y actitud para trabajar, tienes cero capacidad. Para ser útil a los demás y que ellos estén dispuestos a pagarnos un empleo, debemos escoger un tema de quehacer y enfocarnos a aumentar nuestros conocimientos leyendo, estudiando y preguntando. Tambien necesitamos practicar y aumentar nuestras habilidades y finalmente buscar trabajar en algo que nos interese y que nos guste para que sea más fácil meterle toda nuestra fuerza de voluntad y buena actitud.
Podemos hacer un trabajo a la fuerza, un trabajo que nos disguste, por la necesidad de comer y sobrevivir, pero no vamos a meterle todas las ganas y toda nuestra voluntad, por eso es necesario conocernos, para buscar un trabajo que embone con nuestra forma de ser y con nuestros anhelos. La cuestión es encontrar un trabajo que nos incite a esforzarnos para que dicho trabajo, aunque no sea muy bien pagado, lo podamos cultivar y hacer florecer con esfuerzo, pero con gusto. Por lo tanto la mejor manera de comenzar a buscar empleo que nos cuadre es tener una mejor idea de los quehaceres que nos gustaría hacer y buscarle por ahí.
Si así estuviéramos preparando nuestros quehaceres, cualesquiera que fueran, estaríamos listos más pronto para ofrecer lo que sabemos hacer y ello aumentaría mucho la probabilidad de conseguir el empleo que queremos y que necesitamos para desarrollarnos.
