Atentado. Las investigaciones de las autoridades en Rusia concluyeron que la caída del avión en el Sinaí sí fue atentado.
Una bomba casera derribó un avión de pasajeros de una aerolínea rusa sobre Egipto el mes pasado, anunció ayer martes el director del servicio de seguridad FSB. El funcionario informó al presidente Vladimir Putin que está claro que la caída del avión con la muerte de sus 224 personas a bordo fue un acto terrorista y ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por las informaciones que permitan el arresto de los responsables.
El grupo extremista Estado Islámico se atribuyó el ataque y Putin prometió cazar a los culpables. Aviones de guerra rusos atacaron el martes Raqqa, la autoproclamada capital del Estado Islámico en Siria, y otros blancos, dijo el ministro de Defensa a Putin en una sesión informativa más tarde.
La agencia FSB exhortó la cooperación de "las comunidades rusa e internacional para identificar a los terroristas". Especificó que la recompensa se abonará en dólares.
"Según nuestros expertos, un artefacto explosivo casero equivalente a un kilogramo de TNT estalló a bordo, lo que causó que el avión se partiera en el aire y explica por qué el fuselaje se dispersó en un territorio tan vasto. Por eso digo que este fue un acto terrorista", dijo el director de FSB, Alexander Bortnikov.
Agregó que las pruebas revelaron que los explosivos se fabricaron fuera de Rusia.
Todas las personas a bordo, en su mayoría turistas rusos, murieron cuando el Airbus 321-200 de la aerolínea Metrojet cayó en la península del Sinaí el 31 de octubre, unos 23 minutos después de despegar de Sharm el-Sheikh, una ciudad turística en sobre el Mar Rojo. El avión se dirigía a San Petersburgo, de donde era la mayoría de los pasajeros.
Las autoridades egipcias abrieron la investigación sobre una posible falla de seguridad o infiltración de milicianos en el personaje del aeropuerto, dijeron funcionarios de seguridad.