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Capital ético

ARNOLDO KRAUS

Gracias a Adela Cortina me enteré del término capital ético. En un artículo publicado en "El País" (28 abril, 2006), escribe, "Componen -a mi juicio- el capital ético los valores morales que una sociedad pluralista comparte desde la diversidad de proyectos de vida buena". Cortina reflexiona acerca de la felicidad, "…una buena sociedad, una sociedad justa, es aquélla cuyos miembros pueden llevar adelante sus proyectos de vida feliz.

Para lograrlo -se dice- es preciso recurrir al capital físico, financiero, humano y social, pero también -queremos añadir- al capital ético". Poco se habla de capital ético. Sus componentes, agrego, deberían ser sustrato de la condición humana: compasión, reciprocidad, otredad, justicia, beneficencia, respeto, altruismo, entre otros, son parte de ese universo.

Adela Cortina es una filósofa española, catedrática de ética de la Universidad de Valencia. Sus libros, "Inter Alia, ¿Para qué sirve realmente la ética?, Neuroética y neuropolítica, y Justicia cordial", son indispensables para el debate ético contemporáneo.

Apelo a Cortina tras leer un breve comentario de Virgilio Loredo publicado en relación con mi artículo, "¿De dónde proviene la ética?" ("Nexos", noviembre 2015). "Cada vez que he tratado, escribe Loredo, de analizar mi entorno desde un punto de vista ético termino misógino". Con frecuencia pienso como Loredo. Basta ver el mundo. Basta enterarse del número de refugiados sirios que abandonan su casa y fallecen en el camino. Basta enterarse del número de niños y niñas explotados sexualmente. Basta sumar y restar las noticias diarias. Contrarrestar esos infinitos basta, es imprescindible. En tiempos oscuros, en momentos negros, conviene repensar la idea de Edmund Burke (1729-1797): "Para que el mal triunfe, basta con que los hombres de bien no hagan nada". Un ejemplo para mitigar el desasosiego. Unas voces e imágenes para congratularnos con algunos resquicios del género humano.

Enorgullece leer en la "BBC News", "Las Patronas: The Mexican women helping migrants". Emociona que trasciendan fronteras y se escriba de ellas en inglés, en uno de los medios, al lado de la revista "The Economist", también inglesa, donde se cuestiona sin cesar la pobreza ética e intelectual de nuestro gobierno. La noticia (julio 31, 2014) se acompaña de fotografías del paisaje veracruzano, de las vías del tren por donde corre "La Bestia", de Norma Romero Vázquez, una de las dos hermanas dedicadas, desde hace veinte años, a ayudar -hay quienes dicen a salvar- a los migrantes centroamericanos que viajan en el techo del tren, de las cajas donde guardan el alimento, de Ricardo y Oscar, dos migrantes, quienes intentan regresar a Estados Unidos tras haber sido deportados.

Leo en la nota de la BBC: "Las Patronas adquirieron su nombre por el pueblo donde viven. El nombre tiene connotación religiosa, ya que patrón significa santo en español. Para migrantes, quienes toman de unas mujeres a las cuales nunca volverán a ver, una donación de alimentos que puede salvarles la vida, el nombre no podría ser más adecuado".

Guadalupe ("La Patrona"), es una localidad del Estado de Veracruz. "Las Patronas" llevan casi 20 años distribuyendo alimentos y agua a decenas de miles de migrantes, la mayoría sentados en el techo de los trenes provenientes de Centroamérica y que pasan por "La Patrona" dos o tres veces al día.

"Las Patronas" son un grupo de mujeres voluntarias. Filantropía, compromiso con los otros y compasión son leitmotiv del grupo. En 2013 recibieron en México el Premio Nacional de Derechos Humanos.

En 2015 fueron nominadas para el Premio Princesa de Asturias de la Concordia de 2015. Desafortunadamente, a pesar de la campaña promovida por "change.org", la cual recabó más de 50 mil firmas de apoyo, no se consiguió el reconocimiento.

"Las Patronas" son ejemplo digno de admiración. Malala Yousafzai, la niña-joven pakistaní que recibió disparos en cráneo y cuello, fue víctima por su deseo de estudiar de un atentado cometido por un miliciano talibán en 2012, y Ayaan Hirsi Ali, somalí, feminista, escritora, política, crítica del Islam, defensora de la libertad de expresión son también ejemplos de "eticidad", de valentía, congruencia y de la idea acerca del capital ético (en Internet es fácil leer sobre ambas).

La enfermedad del mundo es profunda. Incontables son sus caras. Pobreza, falta de agua potable, violación de los derechos humanos, explotación laboral y sexual de niñas y niños, migrantes y refugiados son ejemplos del mundo actual y de la ausencia de capital ético.

NOTAS INSOMNES. Me gusta la idea de Cortina. Fomentar el capital ético y contraponerlo al capital económico y político es una, quizás la única solución para aliviar nuestros tiempos enfermos.

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Escrito en: Arnoldo Kraus

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