Misa. Los internos formaron una valla para recibir al obispo en su recorrido al interior del Cereso.
El obispo de Torreón, José Guadalupe Galván Galindo, celebró el Jueves de Corpus con una misa en la capilla del interior del Centro de Reinserción Social (Cereso), en su segunda visita en el año a ese penal.
El obispo declaró a su llegada al Cereso que por medio de la oración, "les damos una mensaje de esperanza y se les apoya por medio de la Pastoral Penitenciaria, que se preocupa por ellos (los internos) y sus hijos".
Mencionó que ahora en el Cereso las cosas son diferentes, "el cambio se siente, pues antes no se podía entrar por las condiciones existentes años atrás y ahora el Cereso tiene un cambio muy favorable y no sólo son atendidos por la iglesia católica, sino también por otros grupos religiosos".
Vestidos con pantalón de mezclilla azul y playeras blancas, los internos formaron una valla desde la entrada, hasta la parroquia El Buen Pastor, donde el obispo ofició la misa por el jueves de Corpus Christi y les dio a conocer que en próximos días estará celebrando sus 50 años de sacerdocio, recibiendo un nutrido aplauso de los internos.
Para la recepción del obispo, estuvieron presentes, Apolonio Armenta Parga, titular de la Unidad Desconcentrada de Ejecución de Penas y Reinserción Social, así como el director del Cereso, Jesús Francisco Estrada Picena.
Los directivos del Cereso manifestaron que realizan gestiones para que los internos sean productivos, tengan trabajo al interior del penal, perciban ingresos y logren una mejor reintegración a la sociedad cuando queden libres.
Indicaron que el ambiente en el Cereso es bueno e incluso se practica el deporte y hay equipos que juegan futbol, beisbol y uno femenil de softbol, que participan en ligas regionales y los encuentros se llevan a cabo en los campos del penal.