Problemática. Cientos de cubanos cada mes buscan la forma de salir de su país de cualquier forma, incluso arriesgando sus vidas.
Incapaz de controlar sus propios y masivos flujos migratorios irregulares de guatemaltecos, salvadoreños y hondureños a México y Estados Unidos y de nicaragüenses a Costa Rica, Centroamérica ahora registra una creciente oleada migratoria de cubanos sin visas -adultos y menores de edad de ambos sexos- que viajan desde Ecuador, en una dramática y peligrosa odisea que amenaza con desbordar las fronteras de la región.
Honduras dijo ayer que el número de cubanos que en condición irregular ingresaron a su territorio procedentes de Nicaragua, aumentó de 4 mil 128 en 2014 a 15 mil 341 del 1 de enero al 2 de noviembre de 2015. Los cubanos aprovechan que están eximidos del requisito de visa de entrada a Ecuador, donde inician su recorrido hacia el norte del continente. Migración Colombia informó que la cifra de entrada de cubanos a suelo colombiano (la mayoría procedentes de Ecuador) subió de 5 mil 830 en 2014 a 7 mil 49 de enero a septiembre de 2015. De enero a septiembre de 2014 fue de 3 mil 923.
Las cifras entre una nación y otra nunca concuerdan, porque la mayoría de los migrantes -como víctimas de los coyotes o traficantes de personas- eluden los controles migratorios. Desde varios pasos limítrofes de Ecuador transitan en autobús hacia las ciudades colombianas de Cali, Manizales y Medellín y llegan al puerto de Turbo, en el departamento de Antioquia, para viajar a suelo panameño y seguir por Centroamérica y México.
Migración de Panamá explicó que los cubanos arriban por la selvática zona del Tapón del Darién y que el Servicio de Fronteras les otorga ayuda humanitaria y los traslada a un puesto migratorio.
A sabiendas de que su destino es EU, los oficiales revisan pasaportes y recopilan datos esenciales, pero evitan ponerles sello de ingreso porque su entrada es ilegal y les alertan de que son inmigrantes irregulares en tránsito que tienen prohibido quedarse en Panamá.
En el resto de Centroamérica el trato es similar, por motivos humanitarios. En un reciente altercado sin consecuencias en una frontera, un policía hondureño disparó al aire para amedrentar a un grupo de cubanos indocumentados. La avalancha prosiguió en 2015 pese al proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, iniciado en diciembre de 2014 y que en julio pasado condujo al restablecimiento de vínculos diplomáticos entre dos países en líos bilaterales prácticamente desde el triunfo de la revolución cubana, en 1959.
Los migrantes cubanos buscan acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, emitida en 1966 por el Congreso de EU y gracias a la cual, una vez que pisan suelo estadounidense, si están libres de delitos, eluden la deportación, obtienen permiso laboral y un año después reciben residencia legal. Temerosos de que sea derogada por la normalización, los cubanos prefieren seguir migrando por rutas peligrosas. El gobierno de Cuba ha exigido abolirla, tras advertir que promueve la migración desordenada, ilegal e insegura al incitar a los cubanos a lanzarse al mar, en balsas artesanales, o a recorrer América por tierra para intentar tocar suelo de EU.
El fenómeno creció pese a que el deshielo Washington-La Habana incluye un estímulo monetario para desincentivar la migración irregular. EU aumentó de 500 a 2 mil dólares por trimestre el monto que los cubanos pueden enviar a sus parientes en Cuba desde el sistema financiero estadounidense y los envíos superaron los 2 mil 700 millones de dólares en 2014.
Ayer mismo, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) en EU reveló que 43 mil 159 cubanos llegaron a EU en el último año fiscal (del 1 de octubre de 2014 al pasado 30 de septiembre), lo que supone un aumento de más de 77 % con respecto al periodo anterior (24 mil 278).
Acercamiento no afectará informe
Un alto funcionario estadounidense negó ayer que el Departamento de Estado mejorara la calificación de Cuba en su informe anual sobre el tráfico de personas en el mundo para no entorpecer el proceso de normalización de relaciones con la isla, como han argumentado varios congresistas norteamericanos.
El subsecretario adjunto de Estado de EU para Suramérica y Cuba, Alex Lee, negó "categóricamente" que hubiera una motivación política detrás de la calificación de Cuba en el informe publicado el pasado 27 de julio, una semana después de la reanudación de relaciones diplomáticas entre EU y Cuba.
"Lo que ocurrió es que hubo un cambio distintivo en los cubanos después de que se adhirieran al protocolo de Palermo" sobre el tráfico de personas, en junio de 2013, aseguró Lee en una audiencia ante el subcomité de derechos humanos de la Cámara Baja de EU.
A partir de entonces, el Gobierno cubano comenzó a responder más a las inquietudes de Estados Unidos sobre el tráfico de personas en la isla, e incluso permitió que funcionarios estadounidenses visitaran el país en marzo de 2014 para informarles sobre sus medidas contra esa lacra, explicó.
"Nuestro entendimiento de lo que hace y no hace el Gobierno cubano ha aumentado enormemente en los últimos dos años, y ha beneficiado una mayor relación en varias áreas, entre ellas el tráfico de personas", argumentó Lee.
Así, los Gobiernos estadounidense y cubano han establecido "un proceso continuo para compartir información" sobre el combate al tráfico de personas y otras áreas de interés mutuo, precisó.
En el informe publicado en julio, Estados Unidos retiró a Cuba de su lista de países que no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de personas, que se conoce como "tier 3" y que permite la imposición de sanciones económicas.
El congresista republicano Chris Smith calificó ayer de "endeble" la justificación del Departamento de Estado para mejorar la clasificación de Cuba, y sostuvo que las categorías del informe "no deberían usarse con la esperanza de conseguir mejores relaciones con Cuba".
En la audiencia, Smith afirmó que Cuba "permite el proxenetismo de niñas de 16 años y no criminaliza el trabajo forzado", por lo que no merecía un cambio de categoría.
En cambio, la congresista demócrata Karen Bass aseguró que le ha "impresionado la forma en que Cuba ha respondido al tráfico de personas, especialmente la trata sexual" en los últimos años.
Mark Lagon, que fue el encargado de EU contra el tráfico de personas entre 2007 y 2009, también testificó en la audiencia y opinó que las razones para retirar a Cuba de la peor categoría son "profundamente cuestionables".
"Es inverosímil suponer que no hay trabajo forzado ni empresas estatales para prisioneros políticos en uno de los pocos Estados marxistas-leninistas que quedan en el mundo", sostuvo Lagon, que ahora preside la organización de derechos humanos Freedom House.
En agosto pasado, un comité del Senado estadounidense mantuvo otra audiencia sobre el informe de tráfico de personas, en la que varios senadores expresaron su preocupación sobre la retirada de la peor categoría de Cuba y de Malasia.
En el caso de Malasia, los congresistas creen que el cambio se debió al interés de ese país en unirse al Tratado de Asociación Transpacífica (TPP) recién acordado entre EU y otros once países.