Charles Darwin en Viesca
Todavía hace 70 años, Viesca era un ecosistema diverso y rico en endemismos relativamente intacto. En la región se han encontrado sedimentos que prueban que la biodiversidad de esta zona era más vasta que la de Cuatrociénegas. El desastroso impacto ambiental ha dejado únicamente algunos rastros para reconstruir la historia.
Para evitar posibles malentendidos: aunque Charles Darwin realizó un largo y extenso viaje al continente americano nunca visitó Viesca, ni Coahuila, ni México. Pero sin duda le hubiera gustado ver y sobre todo investigar los manantiales y pozas de Viesca, hoy secos y abandonados, pero que en los tiempos de Darwin estuvieron llenos de seres vivos. Y no solamente le hubiera gustado, sino que al viejo naturalista le hubiera impresionado ver en vivo lo que él mismo llamó “selección natural” y lo que muchos de sus contemporáneos rechazaron y algunos (incorregibles) rechazan hasta hoy en día: la evolución biológica, llamada hoy darwiniana.
Desde las alturas celestiales (en dado caso, ya que algunos dudan de que san Pedro le abriera la puerta) se encuentra Darwin señalándonos con el dedo las pozas de Viesca y nos parece decir: “Miren, se los dije, aquí surgen nuevas especies, también aquí está la prueba de la evolución, la prueba de la selección natural, aquí en Viesca lo podemos ver incluso mejor que en mis queridos Galápagos”.
No son muchos los lugares en nuestro planeta donde podemos observar los procesos evolutivos. En Viesca estos procesos se 'congelaron' y así, mediante los restos fósiles, pueden ser investigados por los biólogos o paleobiólogos.
Viesca, al igual que Cuatrociénegas o los Galápagos, es uno de estos raros sitios y los biólogos de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), autores de éste artículo, estudian la evolución darwiniana en ambos lugares de Coahuila desde hace ya varios años.
¿Por qué los secos manantiales de Viesca son tan interesantes e importantes para la biología? Antes de contestar esta importante pregunta veremos brevemente que había en este pueblo situado entre Torreón y Parras de la Fuente antes del colapso ecológico de este sistema tan diverso de La Laguna en los años 1958 y 1959.
Aunque Viesca es declarado un pueblo mágico, sus alrededores se caracterizan hoy en día sobre todo por una gran aridez y falta de agua. Y nada parece indicar que hace poco tiempo, apenas hace 70 años, la situación era muy diferente. Suficiente es preguntar a algunas personas mayores que conocen la región de su juventud para que afirmen que en Viesca hubo un gran número de cuerpos naturales de agua como manantiales y pozas, muy parecidos a los que hoy existen en Cuatrociénegas.
El Archivo Municipal de Torreón tiene libros con fotografías de la mitad del Siglo XX donde se puede apreciar a los habitantes de Viesca bañándose en Juan Guerra, uno de los manantiales prácticamente dentro del pueblo.
En la región de Viesca hubo en estos tiempos por lo menos 12 manantiales de los cuales los autores lograron ubicar apenas cinco, todos secos y sin vida. Pero el resultado del estudio de los sedimentos de estos antiguos fondos de las pozas fue más que sorprendente. Algunos manantiales contenían conchas de más de 20 diferentes especies de caracoles de agua dulce (para comparación, las pozas de Cuatrociénegas contienen solamente entre tres a seis especies). Y eso no es todo. Más de la mitad de estos pequeños moluscos son especies nuevas y endémicas, únicas en todo el planeta y todavía no descritas. Algunos de estos gasterópodos con espinas y nodos en la concha tenían una apariencia muy atípica y extraña para caracoles de agua dulce y conocidas solo de formas marinas; otros se parecían mucho a los caracoles endémicos de Cuatrociénegas. Realmente enigmática fue la observación de que muchos caracoles tenían pequeños hoyos redondos ubicados siempre en exactamente mismo lugar de la concha. ¿Quién o qué causó éstos hoyos?
DEPREDADOR Y PRESA
Aunque todos estos descubrimientos fueron de gran importancia y llamaron incluso la atención de investigadores internacionales, lo más importante estaba todavía por venir. Entre las miles de conchas de caracoles se encontraron también restos de otros organismos como dientes, vértebras y escamas de peces. Pasó casi un año hasta que nuestro grupo de investigadores se diera cuenta que los enigmáticos hoyos en las conchas pudieran ser relacionadas con los dientes de los peces. Con eso teníamos algo que los biólogos llaman “co-evolución” entre el depredador y la presa. El caracol (presa) y el pez (depredador) fueron encerrados juntos durante miles de años y los restos de ambos se preservaron en los sedimentos de las pozas de Viesca. En Viesca podemos observar cómo la pobre presa atacada permanentemente por una bestia hambrienta tuvo solo dos opciones: defenderse, desarrollando una concha cada vez más gruesa y con espinas, o morir. No sorprende que el caracol optó por vivir y durante miles de años la selección natural favoreció caracoles cada vez mejor armados (el biólogo dice “adaptados”) contra la depredación. Pero también el pez tuvo que adaptarse para no morir de hambre desarrollando dientes cada vez más sofisticados para poder romper las conchas cada vez más gruesas.
La selección natural que podemos observar mediante los cambios en la ornamentación de las conchas de los caracoles fósiles de Viesca fue precisamente el mecanismo que descubrió Charles Darwin observando los pinzones, las tortugas e iguanas marinas en las lejanas islas de Galápagos. En las orillas de las pozas de Viesca el viejo Darwin nos hubiera dicho: “Es exactamente así como lo escribí en mi libro El origen de las Especies. Las especies no fueron creadas en un mismo evento sino cambian su apariencia (su fenotipo) durante los tiempos geológicos”. Cada vez evolucionan nuevas especies y así crece la biodiversidad, que es el producto de estos procesos. Solo en el manantial El Molino en Viesca surgieron por lo menos diez nuevas especies de caracoles únicas en todo el planeta. Las diferentes etapas de estos cambios morfológicos de las conchas están preservadas en los sedimentos. El más extraño pero no menos hermoso caracol es uno que nombramos Pyrgophorus luismaedai, en honor al doctor Luis Maeda Villalobos, un conocido médico lagunero quien fue uno de los primeros que encontró caracoles fósiles en las pozas de Viesca.
Otras especies de caracoles de Viesca tomaron otras estrategias para evitar ser comidos por los peces, por cierto también endémicos. Algunos redujeron simplemente su tamaño y desarrollaron conchas transparentes para camuflarse mejor. Otros optaron por lo contrario aumentando su tamaño a una presa demasiado grande para el depredador. Parece que también había especies que además de las estrategias mencionadas aumentaron considerable su tasa de reproducción garantizando así su supervivencia.
IMPORTANCIA DE VIESCA
Con estos hallazgos recientes, Viesca se convirtió en algo que los biólogos llaman un laboratorio de la evolución, comparable solamente con lugares como los Galápagos o Cuatrociénegas. Hace tan solo 60 años Viesca era muy parecida al Valle de Cuatrociénegas, con manantiales, pozas y arroyos llenos de agua y vida. Por cierto, en Viesca, donde apenas iniciaron los estudios, había mucho más especies endémicas de caracoles que en el famoso Cuatrociénegas, investigado desde hace más de 70 años. También había una tortuga endémica, llamada tortuga de fango de Viesca. Según las investigaciones del doctor Gamaliel Castañeda Gaytán (Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED), está tortuga habitaba los lugares fangosos (véase la edición número 206 de Siglo Nuevo) y fue vista en Viesca por última vez en 2001. Pero el municipio de Viesca no fue hábitat solamente de especies endémicas de caracoles, peces, tortugas, sino también de muchos otros organismos como lagartijas, serpientes, crustáceos, pequeños mamíferos etcétera (diversos restos de estos animales ya fueron encontrados por este grupo de trabajo).
EL DESASTRE ECOLÓGICO DE VIESCA
Viesca no es un sitio paleontológico con restos de organismos que habitaron hace miles o millones de años en este lugar y se extinguieron en forma natural, como por ejemplo los dinosaurios, amonitos y otros animales prehistóricos. El ecosistema de Viesca, descrito arriba, tan diverso y rico en endemismos existía relativamente intacto hasta aproximadamente 1958 y 1959. Lo confirman no solamente las fotografías de estas décadas sino también relatos escritos y orales. Personas que todavía recuerdan la región antes de los finales de los setenta subrayan sobre todo la abundancia de manantiales, pozas, arroyos y otros cuerpos de agua así como una agricultura extensa y moderna con un sistema de riego sofisticado. En pocos años esta región tan próspera en muchos sentidos colapsó primero ecológicamente y, como resultado de eso, muy pronto también económicamente. El viejo Darwin viendo las secas pozas y manantiales seguramente se hubiera preguntado: ¿Qué provocó este dramático decline de Viesca?
La respuesta a esta pregunta es uno de los objetivos para los futuros estudios de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED. Varios autores consideran la construcción de las presas sobre el río Aguanaval en los años treinta del Siglo XX, y sobre todo la irresponsable extracción de agua subterránea en los años siguientes a esta construcción para fines agrícolas. La severa sequía de los años 1958 y 1959 fue finalmente el golpe final para los humedales de Viesca y su Fauna. Para el doctor Alejandro Maeda Martínez, biólogo del CIBNOR en Baja California Sur e hijo del mencionado médico lagunero (a nivel nacional Viesca es un caso ejemplar de severo impacto ambiental).
Desde hace varios años los habitantes de Viesca tratan de recuperarse de este desastre ambiental con resultados respetables pero la pérdida de las especies endémicas es irreversible. Según el doctor Maeda, nosotros, biólogos en muchos casos, no podemos evitar los desastres ambientales, sin embargo, tenemos la obligación y la responsabilidad de informar a la sociedad sobre las posibles consecuencias de estos. El viejo Darwin no conocía el termino “impacto ambiental” pero el impacto que sufrió Viesca y que acabó para siempre con los ecosistemas acuáticos es visible y sin duda lo hubiera conmocionado fuertemente.
Correo-e: aaczaja@hotmail.com
*(Investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED, campus Gómez Palacio).