Personal de Peritos de la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, vestidos con uniformes blancos, levantan uno a uno los cadáveres, todo bajo la mirada perdida de Dora Elia y del resto de familiares que permanecen en el lugar. (Agencias)
A un mes de haber quedado viuda, Dora Elia Vallejo, observa atónita los cuerpos esparcidos a los costados de las vías del ferrocarril, pues busca a su hija Adriana Lizbeth González Vallejo, a quien esperaba desde las cinco y media de la tarde; pero el sonido de las sirenas le alertó que algo andaba mal.