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COMENTARIO

Gaby Vargas

¿QUÉ APORTAS AL CLIMA DE CONCIENCIA COLECTIVA?

¿Sabías que los siete mil millones de habitantes de nuestro querido planeta generamos una energía colectiva que produce un "clima de conciencia"; y que dicho clima o atmósfera nos afecta a nivel energético y emocional, quizá más de lo que imaginamos?

Gracias a la tecnología actual, sabemos que el ritmo de nuestro corazón genera un campo electromagnético medible en hertz, que se irradia y transmite al menos a tres metros a la redonda, tal como el de las ondas electromagnéticas que emiten y reciben todos nuestros aparatos electrónicos -mismas que no vemos ni escuchamos, pero que nos rodean de manera constante.

La suma de dichos campos electromagnéticos, la combinación de emociones, pensamientos y actitudes de todos es lo que forma el "clima de conciencia" global, de acuerdo con los doctores Doc Childre y Howard Martin, en su libro The HeartMath Solution. Este clima inunda la atmósfera como el aire que respiramos y afecta a diario a millones de seres en el planeta.

Dicho campo energético varía de acuerdo con el estado de ánimo tuyo, mío y de los demás. En él también inciden los juicios, las proyecciones, las emociones mal manejadas, el estrés, las mentalidades poco flexibles, entre otras. Primero se transmite de persona en persona, en hogares, familias, calles, escuelas y oficinas. Después, los medios de comunicación se encargan de reforzarlo y ampliarlo a través de la radio, la televisión, las redes sociales, los periódicos y las revistas, de cuya información nos saturamos.

Así mismo, ni hablar del impacto que tienen en nosotros los desastres naturales como los huracanes, las inundaciones y los temblores; o bien, los actos terroristas, sin importar si suceden en Medio Oriente, Europa o Norteamérica; todos sentimos sus efectos de manera indirecta. De ahí que el estrés, que la mayoría de las personas experimenta a diario, cree ondas incoherentes cuya frecuencia se vuelve global y en conjunto genera un ruido, una estática que tiene un gran alcance y que nos perturba a todos en un nivel inconsciente. Incluso cuando el evento ha pasado, continúa reverberando en nosotros por días. Así, de pronto, no nos explicamos por qué nos sentimos irritables, poco tolerantes o reaccionamos de manera exagerada.

La buena noticia es que los expertos afirman que hay indicadores que perciben también otra energía, otra frecuencia igual de potente de coherencia social que tiende a contrarrestar la anterior; como grupos en el mundo entero que se reúnen con un interés de crecer, de estudiar, de desarrollarse, de cooperar al bien común, de meditar, de profundizar su espiritualidad y que nos habla de la búsqueda de algo más profundo.

Lo anterior crea una conexión de corazón, cuya energía electromagnética radia fuera del cuerpo, influye en el otro, fortalece el apoyo emocional y nos alivia del estrés.

Entre haya más personas conscientes de esto y aprendamos a mantener nuestras emociones bajo control, a permanecer en balance, a agradecer, a realizar actos de bondad por pequeños que sean, a amar al otro y lo que hacemos, a ayudar a quien lo necesite, a enamorarnos de la vida, contribuiremos a disminuir el estrés; y, en lugar de ruido, crearemos una coherencia colectiva que se traduzca en una música hermosa que inunde al mundo entero.

De ahí la importancia de asumir la responsabilidad de lo que enviamos al campo colectivo, comenzando por nuestra propia casa.

Así que te lanzo la pregunta que titula este texto: ¿tú qué aportas al clima de conciencia colectiva?

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