Diferencias. Las esciciones que han tenido los grupos originales de las policías comunitarias.
¡Fuera Bruno! ¡Fuera Bruno! ¡Aquí ya no te queremos, ratero! ¡Aquí somos FUSDEG! Gritan los pobladores de Tierra Colorada, en el municipio de Juan R. Escudero, al líder de la policía comunitaria de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio.
Sabía que ya no era bien recibido por la mayoría de los lugareños de Tierra Colorada, pero Bruno intentó hacer una asamblea para retomar el control de esa localidad que ahora es cuidada por el otro grupo de la policía comunitaria: el Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG).
Desde temprana hora los integrantes del FUSDEG se preparan para impedir que la UPOEG realice su asamblea en territorio ajeno. Sobre la carretera libre a Acapulco, los comunitarios esperan la llegada de Bruno y su gente.
¡No van a pasar y menos armados!, señalan los que ahora aseguran tener más presencia que la UPOEG.
Entre gritos y empujones, el FUSDEG pasa revisión a los contrarios antes de llegar al centro de Tierra Colorada. Uno de ellos es desarmado.
Con no más de cien personas Plácido Valerio busca hacer su asamblea. Es acompañado por Nelly Pastrana, una expanista que ahora intenta buscar la alcaldía de Juan R. Escudero por algún partido de izquierda.
Bruno no puede hablar, lo único que retumba en la cancha de basquetbol es el "fuera la UPOEG" "fuera Bruno".
Quien sale en su defensa en Nelly Pastrana, quien pide que dejen hablar a Bruno, pero no tiene éxito. Por el contrario, a Bruno y los que lo rodean les llueven jitomates y botellas de agua.
Por fin, el líder de la UPOEG logra hacer uso de la palabra, frente a un pueblo que en su mayoría lo rechaza.
"Hay que recordar las batallas que dimos juntos. Me han señalado que un narco me está financiando, no se trata de estar descalificando", dice.
"Les propongo que sobre estos señalamientos armemos una comisión e interpongan una demanda", indica.
El líder de la UPOEG asegura tener las pruebas de quiénes son los responsables de robos de autos y ejecuciones que han ocurrido en la zona que ahora es disputada por los dos grupos de policías comunitarias.
La cancha se vuelve un campo de batalla de consignas y de sacar a flote las verdades de cada bando. El FUSDEG acusa a Bruno de algunas situaciones de violencia en zona comunitaria.
Nelly y el grupo de la UPOEG acusa a los contrarios de arbitrariedades.
En la parte de atrás de la cancha se enfrascan algunos de sus integrantes por los jitomates que le llueven a Bruno, algunos amagan con sus armas, pero no pasa a mayores.
Ruth, del municipio de Juan R. Escudero, le hace ver la incongruencia en que ha caído al estar en contra del gobierno y a la vez aceptar una camioneta blindada y escolta de la policía estatal.
La respuesta viene de Nelly Pastrana. "Responsabilizamos al comandante de la FUSDEG de todas las muertes y de lo que nos pueda pasar".
Llega el turno de Silvestre Plancarte, uno de los fundadores de este frente.
"En la FUSDEG nos sometemos al juicio que quieran para que vean que no hay narcotráfico, pero que también a ustedes los investiguen", responde.
Después de dos horas, Bruno Plácido entiende que es momento de retirarse, no sin antes recibir un mensaje.
"Bruno, gracias por todo, pero ya no te queremos. Fuiste mi mejor amigo, pero no me entendiste. Tu misión ya terminó", dice Pedro Vázquez, del FUSDEG.