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Conservar hoy para garantizar la existencia de humedales en el futuro

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

El 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales. En esta fecha, en el año de 1971, se firmó el Convenio sobre los Humedales por países miembros de la Organización de las Naciones Unidas(ONU) a orillas del Mar Caspio, en la ciudad de Ramsar, Irán. A partir de entonces, se dio comienzo al listado de aquellos humedales que por su importancia, su función y valores ambientales, merecían el reconocimiento internacional de formar parte de la mencionada convención Ramsar.

Este año, la exhortación temática es: "Humedales para nuestro futuro - ¡Únase a nosotros!".

Por lo menos dos lecturas podemos extraer a este tema que nos propone la Convención sobre los Humedales: la posibilidad de que continúen desapareciendo tales ecosistemas y se ponga en riesgo el futuro de la humanidad, y la necesidad de enfrentar los retos que nos plantea la conservación de dichos espacios naturales a partir de una estrategia más eficaz de educación ambiental formal o informal, que sumen y aglutinen a ciudadanos conscientes y sensibilizados en esta tarea.

Los datos sobre el deterioro y degradación de humedales son alarmantes, según la propia convención, las investigaciones más recientes indican que desde 1900 se ha destruido más del 64 % de los humedales del planeta, entre éstos, tendríamos que mencionar a los que desaparecieron aquí en la Comarca Lagunera, la Laguna del Caimán en Tlahualilo, la Laguna de Mayrán en San Pedro y la Laguna de Viesca; ecocidios provocados por las intervenciones y desviaciones del Río Nazas hacia los canales de riego y por la sobreexplotación del acuífero principal.

La tendencia mundial de los humedales y la del país es a la baja, cada vez menos humedales frente a una demanda de agua que crece acorde al crecimiento de la población del planeta, la cual todo indica que aumentará a un ritmo de 70 millones de personas por año en los pro→ ximos 20 años.

Los servicios ambientales de los humedales están severamente afectados, el acceso al agua dulce se ha reducido para casi 2,000 millones de personas en todo el mundo, la capacidad para controlar inundaciones, la reducción del riesgo de desastres, la captura de carbono y la provisión de alimentos y agua pura se ven en serio amenazados. Además, según el Índice Planeta Vivo de WWF, las poblaciones de especies de agua dulce han disminuido en un 76 porciento en los últimos cuarenta años. Por eso, no se duda en afirmar que el futuro de la humanidad depende de los humedales, porque son nuestra única fuente de agua dulce y el ingrediente esencial de todo el desarrollo.

En esta columna hemos mencionado en otras ocasiones que entre las principales causas de la pérdida y degradación de los humedales se encuentran los cambios en el uso del suelo, la transformación a la agricultura y a la ganadería, y la creciente tendencia a la urbanización de las planicies de inundación de los ríos, la naturaleza nada puede hacer contra las planchas de concreto; además, la contaminación del agua por el exceso de nutrientes y por metales pesados que provienen de la minería terminan por agravar la situación de nuestros humedales.

En un contexto adverso como el que se presenta en el planeta, en la Comarca Lagunera se trabaja en la conservación de dos importantes humedales que dan sustento a todas las actividades económicas que durante diferentes épocas han perfilado a la región como una de las de mayor importancia en el norte de México. Pero no es lo único, los humedales laguneros también han sido fundamentales en el amortiguamiento de los impactos provocados por los excesos de las mencionadas actividades, aunque se ha pagado el precio.

El tramo del Río Nazas conocido como Cañón de Fernández, ha sido reconocido internacionalmente como un humedal Ramsar, y además, fue declarado Parque Estatal por el Congreso del Estado de Durango. Lo cual significa que este espléndido lugar, está protegido por una Convención Internacional y por el Estado propiamente dicho. Desde luego, la gestión y la actuación catalizadora para que esto ocurriera estuvo a cargo de una asociación civil sin fines de lucro: Pro Defensa del Nazas A. C. No obstante, actualmente nuevas amenazas obstaculizan su conservación, algunos interesados enarbolan la bandera de la sustentabilidad para ocultar sus acciones insustentables, que dañan al ecosistema y engañan a quien se deja; nunca falta alguien así.

El otro humedal lagunero es el Cañón de la Cabeza, que se encuentra dentro de la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco, un lugar magnífico sobre el río Aguanaval que lleva agua todo el año, pero que sin embargo se encuentra también amenazado por la posible construcción de una presa. Como se puede ver, vivimos una situación típica en relación a los humedales del planeta, en particular los de agua dulce, unámonos para garantizar su permanencia.

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