A la memoria de Roberto Mier Tonche
El eterno estudiante
Estimados lectores, ruego su comprensión, pues esta colaboración no tendrá un tema médico, deportivo ni taurino, será un pequeño homenaje a un querido personaje de la Facultad de Medicina de Torreón, Roberto Mier Tonche, el "compañero Beto".
La información previa de un habitante permanente del nuevo edificio de mi querida Facultad de Medicina de Torreón me llegó por mi hermano Rubén Darío, a su ingreso tuvo conocimiento de él, acompañante inseparable del viejo Julián a quien acompañaba en su vejez y en la soledad de la vela, su comportamiento el de un perenne niño entre los 8 y 10 años, presto a ofrecer servicios a cambio de una moneda, tarifa que a los últimos años fijó en 10 pesitos, con su mano y codo en flexión y pegada al cuerpo recibía la gustosa ayuda de todos los que fuimos habitantes pasajeros de su eterna casa la Facultad de Medicina y el Hospital Universitario, querido, cuidado, mimado y protegido por todos los que recibían su inconfundible saludo ¡compañeroooo!, a los más prestigiados egresados les quitó el bombo y platillo al llamarlos siempre por su apodo estudiantil, a quien después de una mediana inspección y a pesar de su miopía compensada por gruesos anteojos lograba reconocer, pues en su mente quedamos los que fuimos sus compañeros.
Eterno graduado, aparecía año con año y por más de 40 generaciones de médicos egresados en la fotografía que perpetuaba el anhelado acto de graduación, la broma, la alegría, el acompañamiento y su inocencia fueron sus inseparables acompañantes y el consuelo para nosotros sus compañeros cuando esperábamos inquietos y angustiados el resultado de ingreso a la Facultad o de aprobación de alguna materia. Hace poco tiempo en regreso a mi alma mater lo encontré sentado al pie de la escalera, su saludo y su mirada de alegría me hicieron el día, ejecutó su eterna petición de una moneda, la prometí a cambio de que se acordara quién era este su servidor, le di como plazo de tiempo el tiempo en que saliera, y antes de que se cumpliera gritó mi apodo desde la escalera, recibió la moneda y yo a cambio recibí algo invaluable, su recuerdo y un cariñoso abrazo.
Me enteré de su fallecimiento por mera casualidad y ya no pude acompañarlo a su postrer despedida, pero quedará en mi recuerdo como seguramente en el de todos quienes fuimos sus compañeros, a los estudiantes cercanos a graduarse pido desde este espacio nombren como graduado y con la anuencia de la Dirección al graduado y eterno estudiante Dr. Roberto Mier Tonche. ¡Hasta que nos encontremos compañero! Y ¡hasta la próxima!
dr_jorgemgalvanz@hotmail.com
