Alimentos procesados de manera industrial como los embutidos contienen nitrógeno, sustancia química que acelera el daño en las funciones renales, por lo que hay que evitarlos en el caso de pacientes crónicos. (ARCHIVO)
El jefe del Servicio de Urgencias del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Ramón Iván de Dios Pérez, afirmó que el consumo de embutidos comerciales acelera el daño renal.
“Alimentos procesados de manera industrial como los embutidos contienen nitrógeno, sustancia química que acelera el daño en las funciones renales, por lo que hay que evitarlos en el caso de pacientes crónicos”, dijo.
Explicó que la falla renal tiene diversas causas, entre ellas las genéticas (herencia) y las morfológicas (por ejemplo un crecimiento inadecuado de los riñones en la infancia), pero quienes tienen patologías metabólicas como sobrepeso y obesidad y diabetes también suelen desarrollarla.
El especialista comentó que en todos los casos, a fin de no agravar la salud, se recomienda evitar los embutidos comerciales.
“Dentro del organismo, el nitrógeno, componente de dichos productos, se convierte en urea, la cual normalmente es eliminada por los riñones, pero cuando se empieza a acumular daña también otros órganos, como la piel, el hígado, el corazón; no discrimina”, manifestó.
De Dios Pérez que no es que estos productos causen la enfermedad, pero sí es cierto que pueden condicionar e incluso acelerar el daño renal de manera tremenda.
“En el hospital de Especialidades estamos trasplantando riñones prácticamente todos los días y uno puede pensar que esta es la solución, pero las cifras son un reflejo de la cantidad de enfermos que tenemos en condiciones que pudieron prevenirse”, lamentó.
En este sentido, destacó que cuando el paciente requiere un trasplante de riñón, generalmente lo obtiene de un familiar, ya que aún falta conciencia social en México respecto a la cultura de la donación de órgano una vez que se determina la muerte encefálica.
Por ello, exhortó a la población a mantener buenos hábitos a lo largo de la vida, además de seguir indicaciones médicas, es la mejor manera de evitar daño renal.
Los síntomas de la acumulación de urea en el cuerpo son dolor gástrico (gastritis urémica), sensación de debilidad y cansancio, comezón en la piel, alteración del estado mental, demencia o delirio intermitentes, falta de ánimo y somnolencia.
