José y Magda Sánchez ya no acostumbran comer camarones fritos cada semana, de hecho, ya rara vez comen algo frito. En lugar de cubrir el tope de sus ensaladas con mucho aderezo, usan sólo el tenedor y comen sus verduras al natural. Comen poco pan y poca pasta y se limitan a comer alimentos que les proporcionen un máximo de 1,500 calorías por día. Han definido muy bien sus objetivos para estar en forma y hacen ejercicio juntos tres veces por semana. José es un exempleado que se jubiló a los 67 años y vive con su esposa, sus hijos ya están casados. La actual rutina de los Sánchez no siempre fue así.
José se enteró del caso de Lou Ferrigno, actor y fisicoculturista de Estados Unidos, quien vendió su empresa de aires acondicionados hace un poco más de dos años y decidió que ya era tiempo de bajar los 30 kilos que aumentó desde que empezó a trabajar de 10 a 12 horas diarias en la oficina. Estaba convencido de que si no perdía peso, no disfrutaría su jubilación y probablemente no llegaría a los 90 ó 100 años de vida.
Por lo general la gente piensa que quien no ha practicado ejercicios rutinarios en su juventud, probablemente no lo hará en sus años de la tercera edad. Pero como todas las creencias erróneas acerca de la edad madura y la tercera edad, esta creencia sobre el ejercicio se ha venido abajo. Según la International Health Racquet & Sportsclub Association (Asociación Internacional de Clubes de Deportes y Salud), el segmento de más rápido crecimiento en membresía de los clubes de deportes y salud es el de las personas de 55 años y mayores. En los Estados Unidos, en 1990, 1.9 millones de personas mayores de 55 años eran miembros de clubes de deportes y salud, el año pasado esta cifra fue de 12 millones, un crecimiento del 532%.
En la actualidad muchos clubes están contratando entrenadores especialistas certificados en ejercicios de bajo impacto para las personas mayores. Por otra parte, también en los Estados Unidos, Marketdata Enterprises -empresa que mide la industria de dieta y acondicionamiento físico- estima que actualmente 17.2 millones de norteamericanos de más de 55 años, están bajo un régimen alimenticio de dieta, controlando su alimentación para alimentarse de manera balanceada en las cantidades correctas.
Muchas de las personas mayores de 55 años deciden iniciar su práctica ordinaria de ejercicios por diversas razones: Se sienten a disgusto por no practicar ejercicio, se enteran de algún amigo que resultó diabético, o de alguien que sufrió un problema cardíaco y finalmente comprenden que estar en el peso correcto aumenta nuestras probabilidades de tener una larga vida saludable. Finalmente reciben una "sacudida" que los hace pensar seriamente en empezar a ejercitarse y a comer de manera saludable.
Algunas personas, especialmente aquellas que tienen una situación económica holgada, inician sus programas de dieta y ejercicios en centros especializados para ello. En estos lugares pueden hacer ejercicio en un ambiente controlado, comen comida saludable y adquieren conocimientos apropiados sobre nutrición. Este tipo de personas tienen a menudo el tiempo y los recursos para recluirse por algunas semanas y enfocarse en su salud. Si se cuenta con dinero suficiente en la tercera edad, no tendría caso tenerlo, si no se cuenta con un cuerpo saludable para disfrutarlo.
Indiscutiblemente el ejercicio ayuda a que las personas se vean y se sientan más jóvenes. Un estudio reciente de los participantes en las Senior Olimpics (Olimpiadas para la Tercera Edad) en donde compiten atletas amateurs de 50 años o más, encontró que la condición física de estos atletas era 20 o más años mejor, que la correspondiente al promedio de las personas de dicha edad cronológica. Algo todavía más sobresaliente: La mayoría de las más de 10 mil personas que participaron en estas olimpiadas el mes pasado, empezaron a hacer ejercicio formalmente de manera regular hasta que llegaron a la edad madura o aun más allá.
Perder el peso excedente no lo es todo para disfrutar una vida saludable, nos debemos enfocar en algo más allá del ejercicio y la nutrición. El ejercicio y la nutrición son herramientas para lograr una vida saludable, pero no son la meta final, el objetivo va más allá: Desarrollar una actitud apropiada para vivir y disfrutar de manera extraordinaria la tercera edad.
Es muy fácil irse a la deriva y dejarse derrotar en los años de la tercera edad, los músculos ya no responden como antes, nos levantamos por la mañana y nos sentimos rígidos y engarrotados. Pero debemos "pintar la raya" y decir: "No dejaré que esto me pase" Debemos hacer el esfuerzo por estar en forma.
Al llegar el momento de la jubilación, cuando llegamos a la tercera edad, debemos tener presente el potencial de nuestro cuerpo, de lo que podemos hacer si realmente cuidamos de él. Quizá no seremos capaces de hacer lo que hacíamos a los 25 años, pero estaremos en las condiciones óptimas para disfrutar la tercera edad y la jubilación.
