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Contexto Lagunero

LLORAR DE GUSTO

Juan Manuel González

Hemos dicho que el destino utiliza muchas maneras para conceder sus dones y algunas veces son tan sutiles que hace falta una gran inteligencia y visión para percatarse de su presencia. Por eso, cuando no se está con la mente bien alerta y receptiva, las oportunidades se van de largo, pues son raudas en su paso por el mundo. Si la oportunidad toca el hombro de una persona anodina, insulsa, de poca valía moral y nula mentalidad, la ocasión se pierde.

En el caso que voy a comentar, todo se inició con la reparación de una computadora. El joven estudiante universitario Jesús Flores Medina, en ese entonces de tan sólo 23 años de edad, de la Universidad de Zacatecas, atraído por el mundo de las computadoras, inició su preparación para dar servicio de reparación. Inicialmente reparaba las computadoras de sus amigos y compañeros de clase. La primera ocasión que en 1990 la propia Universidad de Zacatecas le pidió ayuda -en ese tiempo en Zacatecas no había especialistas en mantenimiento de equipo de cómputo-, para la reparación de una computadora, lo hizo con mucho éxito.

Hay que saber reconocer las oportunidades porque a veces vienen disfrazadas. Se quitan la careta ante acciones comunes de las cuales, a veces, no esperamos nada. Por ejemplo, ayudar a una persona desconocida a resolver un problema o una situación que le afecta; iniciar una plática amable con un desconocido en una sala de espera o en un elevador; hacer un viaje del que no esperamos obtener nada, pero que es indispensable que lo hagamos, incluso a veces de manera forzada.

La segunda vez, reparó otra computadora que tenía una falla muy diferente de la primera, en este caso, Jesús tuvo que ingeniárselas para repararla, pues, como él mismo lo dice, "era un reto mayor que el primero y requería más estudio". Posteriormente, con el tiempo, Jesús se hizo de muy buena reputación en la Universidad y le ofrecieron el primer contrato de mantenimiento de equipos y sistemas de cómputo para toda la Universidad de Zacatecas. Para ello, Jesús tuvo necesidad de integrar recursos humanos y contrató varias personas para que lo apoyaran en este primer contrato.

Los retos ante cada reparación eran diferentes y de más alta complicación, por ello, el trabajo intenso y la preparación de Jesús y sus colaboradores fue el factor clave para el desarrollo de esta naciente empresa.

La mayor parte de las veces, las oportunidades se presentan acompañadas de arduo trabajo. Alguien decía que sí creía en la suerte, ya que había notado que entre más trabajaba, más suerte tenía. Las oportunidades, casi siempre traen la etiqueta con el precio y ahí es donde la mayor parte de la gente se desanima, se les hacen caras, las quieren fáciles, sin costo y sin esfuerzo. Prefieren no verlas. Hay que aferrarse, pegárseles como chicle, seguirlas de día y de noche, sin tregua, sin desánimo, encontrada la oportunidad, no hay que soltarla, hay que seguir preparándose y mejorando.

Tiempo después, la empresa de Jesús incursionó en otro sector, el de las empresas cerveceras, ofreció sus servicios y la cervecera de Zacatecas le dio la oportunidad de hacerse cargo de los equipos de cómputo e implementación de redes de comunicaciones y como resultado de su calidad y servicio, les ampliaron el contrato a otras plantas, incluyendo la de Torreón.

Pasaron algunos años y la empresa entró a dar servicios al sector minero en el que ha tenido un éxito sin precedentes y como resultado de ello, una empresa alemana con operaciones globales le ofreció una alianza estratégica y hoy, esta empresa zacatecana es una de los aliados más rentables a nivel mundial. Este año, la empresa zacatecana cumplió 25 años.

Jesús Flores se halló a sí mismo, supo lo que deseaba y hacia donde quería ir y encontró los elementos que necesitaba para realizar su sueño. Ha vivido estos veinticinco años disfrutando la existencia en todas sus bondades y sinsabores, esto último no por ser masoquista, sino porque sabe que los reveses también nos dejan algo y nos enseñan, nos forman y nos hacen acumular experiencia. Agradece el haber nacido, el estar sano, saborea la esperanza, disfruta el éxito y disfruta los gratos recuerdos.Los grandes líderes hacen grandes empresas, son fuente de innovación y descubrimientos y tienen una característica común: sus sueños de apariencia utópica.

La empresa de referencia celebró sus veinticinco años de existencia con una serie de actividades los días 20, 21 y 22 de Agosto. El tercer día fue dedicado a los 140 colaboradores de Jesús y sus familias. En la cena de apertura de los festejos, Jesús tomó la palabra y al término del mensaje que dirigió a los asistentes, después de haber narrado los principales retos y obstáculos que su empresa ha sorteado con éxito, se le quebró la voz y asomaron a sus ojos algunas lágrimas. Lágrimas de gusto, satisfacción y esperanza en el futuro. ¡Felicidades Jesús!

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