La responsabilidad social de las empresas inicia con la responsabilidad social de quienes laboran en ellas. No se puede pensar en una empresa socialmente responsable si sus empleados, directivos y trabajadores no son responsables con la sociedad en la que se desenvuelven. Ser socialmente responsable significa tener una conducta ética para consigo mismo y con su entorno, y va mucho más allá del cumplimiento de las obligaciones legales, está relacionada con nuestra actitud en el hogar, con nosotros mismos, con nuestra familia, con nuestros amigos, con el ambiente, con el trabajo, con nuestros vecinos y con la sociedad.
Está plenamente demostrado que los grandes problemas sociales se resuelven con grandes ideas ciudadanas puestas en práctica por organizaciones que trabajan apartados de fines políticos y religiosos y que por lo general lo hacen de manera altruista -entendido el altruismo como un comportamiento que aumenta las probabilidades de supervivencia de otros a costa de una reducción de las propias, servir constructivamente a los otros para vivir una experiencia de empatía, o sacrificio personal en beneficio de otros.
DIME, Desarrollo Integral del Menor, a través de su programa Orquestas Infantiles con Espíritu (OIE), a través de la música, del arte, llega a las comunidades vulnerables ofreciendo, no sólo clases de música y canto gratuitas impartidas por maestros profesionales especializados, sino ofreciendo a los niños y jóvenes de estas comunidades, una opción de desarrollo, esparcimiento, convivencia y promoción de la autoestima que los aparta de las opciones negativas que su propio entorno les ofrece por naturaleza. El arte al servicio de los niños y niñas, de los jóvenes y las jóvenes que encuentran en esta opción sentido de pertenencia, amistad, solidaridad y una oportunidad de hacer a un lado los problemas familiares, la agresión mental y física y les permite saber que no hay barreras para conquistar el mundo, que el mundo está ahí, a su alcance, pero que tienen que ganárselo.
DIME está compuesto por ciudadanos voluntarios, empleados y empleadas de empresas socialmente responsables, quienes fuera de su ámbito laboral, de forma totalmente voluntaria, se comprometen con la sociedad aportando sus valiosos conocimientos, su experiencia, sus ganas de ayudar y su deseo de transformar nuestro entorno en un mundo mejor. Hombres y mujeres -más mujeres que hombres, por el momento- comprometidos, persistentes y entregados a esta meta común de dar a los niños y niñas oportunidades reales de desarrollo integral de cuerpo, mente y espíritu.
La estrategia de DIME-OIE de centrar sus actividades en el desarrollo cuerpo-mente-espíritu enfoca sus esfuerzos para que los niños y niñas aprendan no sólo por la vía racional, sino a través de los canales de aprendizaje más efectivos, aquellos que apelan a experiencias emocionales, ya que está plenamente demostrado que el aprendizaje más efectivo es el que está estrechamente ligado a las emociones.
DIME opera bajo dos principios fundamentales: la pobreza no es un problema de recursos, sino un problema de organización, y la pobreza no se combate sólo dando pan, casa o vestido, sino fortaleciendo la autoestima del individuo. La Madre Teresa de Calcuta dijo: "Ser pobre no es carecer de alimentos o de donde vivir, ser pobre es sentirse nadie". La música y todas las bellas artes son un medio muy efectivo de levantar la autoestima de las personas.
OIE cree en el potencial infinito del ser humano, más allá de sus creencias religiosas, filiación política, color de piel o habilidades físicas. Busca crear un círculo virtuoso en el que los niños y niñas más avanzados regresen a la comunidad parte de lo recibido convirtiéndose en maestros solidarios de niños participantes más jóvenes y en condiciones aún más vulnerables. Hoy hay jóvenes ya preparados que dan clases en dos ejidos laguneros y otros que dan clases de violín en el CRIT Durango.
Sin duda el ejemplo atrae y seguirá atrayendo. Otras instituciones han hecho alianza con DIME-OIE y ya se imparten también clases de natación, nivelación en matemáticas y ciencias, así como de inteligencia emocional, además de formación continua en análisis literarios y clases de pintura con acuarela y óleo.
Los resultados son sorprendentes: más de 450 niños y niñas en nuevas células de sana convivencia infantil y juvenil, disminución considerable de condiciones de vagancia y pandillerismo y disminución considerable de horas destinadas por estos niños y jóvenes a la televisión y a juegos electrónicos. Adicionalmente, el hecho de participar en esta amplia gama de actividades, ha permitido que DIME-OIE descubra una amplia gama de talentos, identificando a niños y niñas con potenciales sobresalientes en natación, matemáticas, música, informática, literatura y pintura. Así se construye México y los mexicanos del futuro.
DIME-OIE espera de todos los laguneros el apoyo material, económico y personal, una causa como esta merece todo el apoyo de nosotros, dándoles, no lo que nos sobra, sino parte de lo que tenemos y necesitamos; la solidaridad con estos niños y niñas mexicanos no puede esperar, Hagámoslo con pasión por México, para que DIME-OIE siga transformando vidas.
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