El avance militar, el poderío económico y la crueldad del grupo terrorista Estado Islámico (EI por sus siglas en español e ISIS en inglés), mantienen en zozobra a buena parte de la humanidad.
Ante la reciente ejecución de un piloto jordano que fue quemado vivo y la muerte de una rehén norteamericana de 26 años de edad, el gobierno de Barack Obama parece ahora sí estar dispuesto a combatir de frente a esta sanguinaria organización.
Comandada por Abu Bakr, un iraquí de 43 años de edad, EI controla un vasto territorio en los países de Irak y Siria de tamaño similar a Bélgica y pretende expandirse al mayor número de naciones del Medio Oriente, África, Asia y Europa del Este.
Es considerado el grupo terrorista más rico del mundo con un capital de 2 mil millones de dólares, un ejército entre 10 mil a 30 mil hombres y desde su fundación a principios del siglo ha cometido por lo menos 1,700 asesinatos y desplazado a varios millones de civiles.
EI recibe ingresos diarios por dos millones de dólares por la venta de petróleo de pozos que controlan además de tener entradas por el tráfico de órganos, el cobro de impuestos, la industria del secuestro y el robo de antigüedades.
Nació como una filial de Al Qaeda, pero al paso del tiempo tomó su propia fuerza y camino. A diferencia de otros grupos extremistas, el Estado Islámico maneja sus propias regiones y opera abiertamente sin necesidad de tener que esconderse ni escabullirse como ocurre con otras organizaciones.
EI opera además en naciones como Libia, Egipto, en algunos de África del Norte y de Asia. En por lo menos sesenta países existen advertencias por la posible presencia de sus militantes.
El Ejército Islámico aplica torturas y ejecuciones sumarias en contra de todos aquellos que se oponen a sus designios. Son extremadamente radicales al grado de realizar decapitaciones masivas públicas a cristianos que se niegan a convertirse a la religión musulmana.
Por presiones internas y también internacionales, Obama se vio obligado a solicitar al Congreso que autorice la fuerza militar contra el Estado Islámico lo que significará el envío masivo de tropas a Irak y Siria, cuando la política de su gobierno iba en sentido contrario.
De hecho el Congreso norteamericano no ha votado una autorización para uso de fuerza militar desde el año 2003, cuando el gobierno de George Bush invadió Irak bajo el argumento de eliminar las armas de destrucción masiva que al final del día no aparecieron en escena.
Pero la confrontación interna entre los demócratas, quienes se oponen a una nueva guerra, y los republicanos que empujan hacia ella, podría paralizar los esfuerzos por poner un alto al EI.
Además existe controversia en la sociedad norteamericana por atacar de frente a este bastión islámico ante el peligro de desatar el avispero y que los radicales musulmanes se dispersen por el mundo.
Obama cometió en días pasados el error de comparar las acciones de barbarie ejecutadas por el EI con "actos terribles en nombre de Cristo" y mencionó a las cruzadas, la inquisición y la esclavitud.
Esto ocasionó una gran polémica y la sensación de que Obama teme promover una guerra de odio que incite los prejuicios raciales y religiosos. El reciente asesinato de tres estudiantes musulmanes en una universidad de Carolina del Norte provocó airadas reacciones a largo y ancho de la unión norteamericana.
Se trata, en suma, de un gran reto para el gobierno de Obama que ya no puede cruzarse de brazos ante los crímenes cada vez más brutales y numerosos del Estado Islámico.
¿Por qué tanta crueldad, preguntará usted? Básicamente porque son yihadistas quienes tienen una interpretación extremista del Islam. Se consideran los únicos creyentes reales y utilizan las peores tácticas para atemorizar al enemigo, incluyendo a musulmanes que no están de su lado.
APUNTE FINAL
La lista de propiedades de la familia del exgobernador José Murat, en ciudades norteamericanas, divulgada por el diario The New York Times, es apenas la puntita del iceberg en cuanto a inmuebles de políticos mexicanos en el extranjero. Seguramente también los tienen en Miami, San Diego, Nueva York y Houston, además de Madrid, París y Londres. Faltaba más señores, nuestros políticos son ahorradores e inversionistas visionarios.
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