CRÓNICA GOMEZPALATINA
Primera parte
Al arribar al LXXV Aniversario de la fundación de esta Gran Institución Educativa, Alma Mater de Gómez Palacio, Dgo., consideramos de justicia traer a la memoria colectiva de nuestra querida comunidad Lagunera, los afanes, lejanos en el tiempo, de una sociedad renovadora y creyente en su futuro, deseosa de mayores conocimientos y confiada en sus posibilidades de superación, que solamente pudieron ser obtenidas, gracias a la visión y constancia de algunos extraordinarios personajes interesados en el crecimiento a través de la enseñanza, que se erigieron en paladines acérrimos de sus creencias a favor de la juventud de nuestro terruño, que nunca se vencieron generando ideas y acciones de grandeza para motivar a las generaciones a su encargo, en la búsqueda suprema de los factores que podían conjugarse en su beneficio, y que al alcanzarse, sus nobles resultados han sido por demás óptimos y satisfactorios, al hacer hoy un balance de los logros obtenidos en tres cuartos de siglo de superación constante.
El licenciado Fernando Arenas, Presidente de la Junta Provisional de Gobierno, en su informe anual presentado en agosto de 1931, señaló que en Gómez Palacio existían 6 planteles municipales, 5 particulares incorporados; uno libre y cuarenta rurales, dando un total de 52 escuelas dirigidas por un cuerpo de 94 maestros, de los cuales 36 eran municipales; 15 particulares incorporados; 2 libres y 41 rurales. Esta información permitía conocer el incremento gradual de la educación primaria en el municipio y como consecuencia, estaba latente la necesidad de aumentar los conocimientos a niveles superiores, por lo que se demandaba un plantel de características oficiales para ofrecerles espacios adecuados a los jóvenes que terminaban sus primeros seis años de escolaridad y que no contaban con medios para trasladarse a los grandes centros de población, en los que se proporcionaban las enseñanzas que ellos necesitaban para satisfacer sus aspiraciones. Afortunadamente se contaba con el respaldo de un grupo de maestros visionarios y entusiastas, que sabedores de la importancia vital de la educación superior para el desarrollo del país y de los educandos, insistían y motivaban a los muchachos y a los padres de familia para que buscaran el patrocinio gubernamental para lograr esos nobles propósitos.
Por ese motivo, la inolvidable profesora Blandina Ibarra viuda de Guerrero, encabezando una comisión de padres de familia se entrevistaron en el año de 1937, con el entonces Director de Educación en el Estado de Durango, profesor Abel Gámiz, para solicitarle la construcción de una escuela secundaria para la ciudad de Gómez Palacio y, posteriormente, una comisión de madres y padres de familia, encabezados por la profesora Blandina y las maestras Beatriz Gámez, Directora de la Escuela Rafael Valenzuela, así como Esperanza Ovalle, Directora de la Escuela Narciso Mendoza, y algunos hombres de empresa, se dirigieron a la ciudad de Durango para entrevistarse con el gobernador, Enrique Rodríguez Calderón, con el objetivo de solicitar formalmente la edificación de la escuela. Esta petición fue vista con agrado por el gobernador, quien de inmediato ofreció todo su apoyo para su construcción, a fin de que Gómez Palacio contara con una institución en un espacio independiente, moderno y equipado, donde se complementara la educación académica con la preparación técnica que requiere el trabajo especializado. Este deseo estaba latente.
Ese mismo año, el gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas del Río había creado el Instituto Politécnico Nacional, aportando a la sociedad de ese tiempo la posibilidad de transformarse a través de las carreras técnicas que se requerían urgentemente, buscando el cambio que beneficiara a la nación entera, aplicándose de inmediato a la formación de las escuelas vocacionales y prevocacionales. De esa forma, el 26 de abril de 1938, la ya existente Escuela Normal Superior, dejó de serlo, para funcionar como "Secundaria Prevocacional 18 de Marzo", misma que se ubicaba por la avenida Victoria, entre Santiago Lavín y Constitución. Se cumplía así, la primera etapa del sueño de una región que deseaba para sus jóvenes el acceso a un horizonte de conocimientos y grandes posibilidades de superación.
En los inicios de los cursos, la Escuela Secundaria Prevocacional 18 de Marzo, contaba dentro de su programa académico con clases de Matemáticas, Español, Biología, Geografía, Inglés, Civismo y Dibujo, con el firme propósito de fortalecer las habilidades de los alumnos y lograr que a la par de que adquirieran conocimientos, tuvieran oportunidad de aprender un oficio, por lo que se instalaron los talleres de carpintería, zapatería, curtiduría, hojalatería, plomería y electricidad, para varones. Las damas participaban en los talleres de corte y confección, cocina, tejidos y calados. Funcionó bajo la eficiente dirección de la respetable maestra Blandina Ibarra viuda de Guerrero y de los maestros Rodolfo Moreno, Secretario; Julián Calleros Aviña, Prefecto; Esperanza Ovalle, José Fernández, Braulio Jiménez, Estela Bonifant, María del Refugio Gutiérrez, Aurora Pedroza y Rodolfo Rodríguez Alarid. A cargo de la conducción de los diversos talleres estuvieron los maestros: Efrén Flores, Fermín Muñoz, Felipe Tovar, Rodolfo Holguín, Mercedes Ramírez, Amelia Núñez, Inés Guerrero, doctor Francisco Hernández Barrena y Carlota Guerra.
Este enorme avance, para la educación de aquellos tiempos, no era suficiente para satisfacer los anhelos de progreso y superación que denodadamente impulsaba la maestra Blandina Ibarra viuda de Guerrero, ni del grupo de maestros, y padres y madres de familia que habían hecho suyas esas prédicas, promoviendo entre la comunidad escolar el interés creciente de seguir adelante en la búsqueda de una institución de mayores niveles y alcances, para cambiar de una vez por todas, el incipiente sistema de educación que se tenía en ese momento. A una distancia muy considerable de esos inolvidables momentos de gloria y júbilo, los que hemos abrevado el conocimiento en ese templo del saber, el glorioso "Instituto 18 de Marzo", y la propia ciudadanía de nuestro pueblo, tenemos una deuda de honor y un compromiso no cumplido, de patentizarle a esos personajes la mayor gratitud y admiración, con un símbolo relevante que eternice la obra inmensa que nos dejaron con sus acciones.
El antecedente del respaldo que estaba dando a La Laguna el Presidente Lázaro Cárdenas motivó a la comunidad gomezpalatina a plantearle al ilustre mandatario esa posibilidad, tomando en cuenta que por el impulso que le estaba dando a la Reforma Agraria y al Reparto de Tierras, mismo que se inició precisamente en el municipio de Gómez Palacio, sus visitas a la región eran frecuentes y en ocasión de su paso por nuestra ciudad, una comisión de jóvenes y padres y madres de familia lo abordaron frente a la Plaza de Armas, donde le solicitaron la construcción de un plantel de las características antes señaladas, haciéndole de su conocimiento que ya funcionaba en la ciudad una prevocacional llamada "18 de Marzo", cuyo nombre se impuso para perpetuar el gran acontecimiento de la Expropiación Petrolera, pero que, sin embargo, no era la solución de fondo que se requería para hacer surgir la etapa gloriosa de la Educación Media Superior, de carácter oficial, gratuita y científica, con la misma visión progresista que lo llevó a crear el Instituto Politécnico Nacional, institución transformadora del Sistema Educativo Nacional.
Don Lázaro escuchó con atención y respeto, como era su costumbre, el planteamiento emotivo que le hicieron los estudiantes, junto con los padres y madres de familia, maestros, autoridades y habitantes de la región, quienes motivaron en el presidente una gran simpatía por el proyecto que le fue presentado, accediendo con agrado a la petición, comunicándole de inmediato al gobernador Enrique Rodríguez Calderón, allí presente, su instrucción para que se procediera de inmediato a cumplir con su promesa, ante el júbilo del pueblo gomezpalatino y lagunero.
Sería el 23 de septiembre de 1938, la fecha histórica de inicio de los trabajos de construcción del primer edificio de lo que sería el Instituto "18 de Marzo", situado frente al Parque "Morelos" hermosa alameda que siempre había sido símbolo de la ciudad, y que ahora, tomaba una gran magnitud, al integrarse a ese grandioso polo educativo que iniciaba su marcha. El proyecto arquitectónico estuvo a cargo de Alfonso Arizmendi, afamado arquitecto de la región, auxiliado por el contratista Braulio Ortega y por la empresa Barrera Gabelich, S.A., de la capital de la República, quienes tuvieron a su cargo la elaboración de la totalidad de la herrería que requirió el edificio de dos plantas y 32 aulas que albergarían a los alumnos de Jardín de Niños, Primaria y Secundaria, contando además con los talleres, que fueron dotados de máquinas y herramientas para la enseñanza de Mecánica, Electricidad, Herrería y Carpintería, entre otras. También se construyeron: Una cancha de basquetbol; un teatro al aire libre y una alberca de grandes dimensiones, que solamente funcionó una corta temporada, por tener fallas estructurales que afectaban su funcionamiento.
El plantel, con la denominación de Instituto Industrial "18 de Marzo", estaba listo para ser inaugurado, habiéndose propuesto algunas fechas para el inicio de actividades escolares, buscando primeramente, la que coincidiera con la de la Expropiación Petrolera. Al no ser posible en esa ocasión, se propuso el día 15 de mayo, procurando que concordara con el festejo del "Día del Maestro", como homenaje a esos adalides, hombres y mujeres, que tienen el sagrado encargo de educar a la sociedad nacional, lo que no fue posible, y, finalmente, la agenda del Primer Mandatario de la Nación, permitió que la tarde del día 23 de junio, ante un sentimiento de júbilo generalizado y de agradecimiento al apoyo que tan voluntariamente otorgaron el general Lázaro Cárdenas del Río y el gobernador del estado, coronel Enrique Rodríguez Calderón, para que el pueblo gomezpalatino viera cristalizado ese anhelo de cultura y preparación que lo situaba en un lugar de privilegio en la Comarca Lagunera, que por primera ocasión, contaba con una institución profesional de esa índole, al servicio de las clases populares, lo que vino a constituir una palanca para el desarrollo de la región y a modificar el nivel de vida de la comunidad, la que en consecuencia vivió gratos momentos de alegría y optimismo ante la esperanza que le ofrecía un futuro promisorio para la formación integral de la niñez y juventud lagunera, que por fin podía acceder al conocimiento sin tener que desarraigarse de su terruño.
El Lic. Santiago Xicoténcatl Sierra fue el Primer Director del Instituto. Su estancia fue corta, ya que debió renunciar para ocupar el cargo de Gobernador Interino de Durango. Lo sucedió el profesor Catarino Herrera, uno de los más destacados maestros y geógrafo de la época y de la institución, que se desempeñó como Director de 1941 a 1944, período en que la escuela pasó de llamarse Instituto Industrial "18 de Marzo", a la actual denominación de Instituto "18 de Marzo". (Continuará)
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