Los Mártires de Chicago.
Primera Parte
El próximo 1º de mayo, se cumplen 129 años de la represión y muerte de los trabajadores de la empresa de maquinaria McCormick Harvesting, de Chicago, lo que dio motivo a que se eligiera ese día, como Día Internacional del Trabajo. En 1884, los obreros agrupados en sindicatos y organizaciones gremiales de los Estados Unidos, de reunieron para tomar el acuerdo de demandar la jornada laboral de ocho horas, debido a que a lo largo de país y del mundo, trabajaban en condiciones miserables por más de 12 horas, y en muchos casos hasta diez y seis y dieciocho horas diarias, a cambio de salarios mezquinos, que en la mayoría de las ocasiones no se pagaban, pues se sustituían por mercancías que se expendían en las propias tiendas de raya de las factorías. La consigna de las organizaciones laborales fue presionar a las empresas de todo el país para que otorgaran la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas y de no lograrlo, se instruía a los trabajadores a que realizaran huelgas, como mecanismo de presión, para lograr esa conquista.
El primero de mayo de 1886, se declararon en huelga 5000 fábricas simultáneamente en todo el territorio, con más de 340 mil trabajadores participantes. Casi el 50 por ciento de las empresas, atendiendo a la presión, concedieron la jornada de ocho horas. El día siguiente, en Chicago, una concentración de más de 50 mil personas, fue violentamente agredida y disuelta por las fuerza policial. El día 3, la gente se volvió a manifestar, pero ahora a las afueras de la empresa McCormick. Arengaba a los manifestantes, el anarquista August Spies, cuando sonó la campana anunciando la salida de un turno de rompehuelgas, lo que provocó la furia de los huelguistas, quienes profirieron injurias y atacaron a pedradas a los esquiroles, ante lo cual, una compañía de policías disparó contra la muchedumbre desarmada, causándoles 6 muertos y varias decenas de heridos en la refriega.
El día cuatro de mayo, la respuesta de los obreros fue más drástica, reuniéndose 15 mil huelguistas, quienes después de realizar un mitin de protesta, cuando la policía les exigió que se retiraran de inmediato, amenazándolos con sus rifles. De entre la muchedumbre, alguien lanzó hacia los policías un artefacto explosivo que provocó la muerte de un agente policial e hirió a sesenta más, lo que desató una tremenda confusión y el ataque brutal de los gendarmes, quienes mataron a 38 obreros e hirieron a 115 personas. Días después, en el hospital fallecieron otros 6 policías. En pocos días, se inició la persecución de los que se consideraban los líderes del movimiento, siendo aprehendidos: Adolph Fisher, Augusto Spies, Albert Parsons, George Engel, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Óscar Neebe. En un proceso fraudulento y lleno de sevicia, se dictaminó que los primeros cuatro fueran ahorcados el 11 de noviembre de 1887, pasando a la historia como los "Mártires de Chicago". En 1889, la Segunda Internacional decidió instituir el Primero de Mayo como jornada de lucha para perpetuar la memoria de los trabajadores que murieron por lograr una jornada de ocho horas.
En México, la historia de los movimientos de reivindicación de los trabajadores, se iniciaron con mucha anterioridad al conflicto de Chicago. El primer registro se dio en 1766, en Real del Monte, Hidalgo, durante la época colonial, en las minas de plata propiedad de don Pedro Romero de Terreros (posterior fundador del Monte de Piedad), quien pretendió suprimir el partido o tequio y rebajar los jornales que pagaba a los trabajadores, aumentando al doble las cargas de trabajo para obtener mayores ganancias. En respuesta, el 15 de agosto de ese año, los mineros se lanzaron a la huelga. Este movimiento representa el primer antecedente de la rebelión obrera en México.
Durante la dictadura de Porfirio Díaz, de acuerdo con el investigador Moisés González Navarro ("Las huelgas textiles en el porfiriato". México, Ediciones de Cajica, 1970), se desarrollaron más de 250 huelgas, tanto en la minería, la industria tabacalera, y principalmente en la textil. Entre ellas, sobresalen las de Cananea, en Sonora, que estalló el 1º de junio de 1906, considerada la de mayor importancia, y también la de Río Blanco, Veracruz, del 7 de enero de 1907, las cuales tuvieron grandes repercusiones e influyeron en la futura conducta y cultura de los sindicatos obreros de México. En Cananea, más de 2000 trabajadores de origen mexicano demandaban un salario igual al de sus compañeros mineros norteamericanos que laboraban en la misma mina de Cananea; además de jornadas de trabajo más justas. Como respuesta, se inició la represión armada contra ellos, por parte de las propias guardias angloamericanas, asesinando a veintitrés obreros e hiriendo a veintidós más. Los dirigentes sindicales fueron condenados a 15 años de prisión, en San Juan de Ulúa, pero fueron liberados por Francisco I. Madero, cuando éste fue presidente. Por demandas similares, más de dos mil obreros textiles de Río Blanco, se manifestaron a las afueras de la fábrica, debido a que Porfirio Díaz, se puso abiertamente a favor de los empresarios, lo que provocó la ira de los trabajadores, quienes se amotinaron, provocando disturbios, lo que originó la intervención de la policía montada para calmar los ánimos.
Al intervenir las fuerzas militares arremetieron contra la multitud compuesta de hombres, mujeres y niños, causando la muerte de entre 400 y 800 personas. Varios cientos de trabajadores fueron heridos, desplazados y encarcelados. Una vez que se restableció el orden, el gobierno de Porfirio Díaz ofreció un banquete a los empresarios extranjeros, propietarios de las fábricas, como compensación por la rebelión obrera.
En nuestro entorno regional, la que es considerada por algunos como la primera huelga minera del México independiente, se inició el 21 de enero de 1883 en contra de la Compañía Minera de Pinos Altos, en el municipio de Ocampo, Chihuahua, tres años antes de los sucesos de Chicago. En esta compañía, los mineros eran sometidos a constantes vejaciones y malos tratos a manos de sus capataces estadounidenses, lo cual era muy común en la época del gobierno de Díaz. La causa fue originada por el propietario John Buchman Hepburn, quien determinó que los 50 centavos que recibían diariamente de sueldo, se pagaran quincenalmente: La mitad en efectivo y la otra en vales canjeables en la tienda de raya. Sin embargo, los obreros se opusieron, y exigieron el pago semanal de sus salarios, obteniendo una negativa. El 20 de enero de 1883, durante una fiesta, estalló la violencia muriendo un obrero y un guardia en un duelo, provocando esa situación, que por órdenes del juez del lugar, hombres armados dispararan contra los trabajadores dando muerte a uno de ellos, originando la indignación popular, la cual trató de controlar el señor Buchman siendo herido de muerte por un disparo. Ante esto, se decretó estado de sitio, proclamándose la ley marcial y estableciendo un consejo de guerra, que el mismo día, juzgó y sentenció a muerte, por fusilamiento, a varios trabajadores bajo los cargos de asesinato, lesiones, sedición, daño en propiedad ajena y conato de incendio. Ésta, es también considerada como la primera huelga en México y América Latina en el Siglo XIX.
En México se conmemoró el Día Internacional del Trabajo, por primera vez en 1913, con una imponente manifestación de 25 mil obreros en la capital del país, efectuada durante el gobierno usurpador del chacal Victoriano Huerta.
En Gómez Palacio, los trabajadores conmemoraban esa fecha con marchas y mítines, alrededor de la Plaza de Armas, donde participaban principalmente los trabajadores ferrocarrileros, pero también se sumaban los de la Jabonera "La Esperanza"; los operarios de "La Amistad"; y de otros gremios. Con el tiempo, los desfiles obreros recorrían toda la ciudad, de sur a norte, portando mantas, banderines y gigantescas figuras que representaban a los Mártires de Chicago.
Continuará…
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