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CRÓNICA GOMEZPALATINA

Don Dionisio Reyes, el alma de la Revolución en Gómez Palacio

MANUEL RAMÍREZ LÓPEZ, CRONISTA OFICIAL DE GÓMEZ PALACIO

Dionisio Reyes conMadero fue leve y muy cautelosa; pero cuando menos salvó la honra de los duranguenses.

Gabino Martínez Guzmán Desde que Francisco I. Madero inició sus actividades proselitistas en todo el país, dirigidas a promover, de manera pacífica, el fin de la dictadura de Porfirio Díaz, buscó la forma de establecer contacto con personajes de todos los estratos sociales, alentando la formación de clubes antirreeleccionistas que dieran la batalla en elecciones locales para reducir el poder del dictador.

En el estado de Durango, deseaba contar con el apoyo de sus parientes, don Antonio Gurza, su tío, y su primo Jaime del mismo apellido, quienes eran de los más poderosos empresarios de la entidad, junto con los integrantes de las familias Saravia, Castillón y Bracho.

Desde 1904, le imprimió energía al trabajo proselitista, tendiendo puentes de comunicación con el Ing. Carlos Patoni, de Durango; con don Juan Lozoya, propietario de la hacienda de Guatimapé y el licenciado José Agustín Escudero, en la ciudad de Gómez Palacio, en quienes confió la conducción del proceso democrático. Sin embargo, sus afanes no tuvieron el éxito esperado.

De hecho, mantuvo un claro desencanto por la falta de respuesta de quienes pensaba serían fuertes y seguros apoyos al movimiento antirreeleccionista.

De esto da cuenta, el licenciado Gabino Martínez Guzmán (+), en su excelente libro “Cartas de Madero.

Testimonios de la Revolución” (UJED 2010), un epistolario seleccionado de la relación que sostuvo Madero

con distintos personajes de empresa y del mundo político de Durango, lo que permite recrear el panorama vivido

durante la etapa previa al movimiento armado de 1910, y posterior, hasta su muerte. En un comunicado dirigido (21 marzo de 1910, desde San Pedro de las Colonias, Coah.) al licenciado Emilio Vázquez, candidato a la vicepresidencia de la república, le informa: “Ayer celebramos mitin Alameda, con asistencia cerca de cinco mil personas. Resultó Presidente Club por aclamación notable, Ing. Carlos Patoni”. Madero propuso a Patoni para que se hiciera cargo de la presidencia del Club Antirreeleccionista en el estado de Durango. Sin embargo, éste no estuvo presente, tampoco don Juan Lozoya, personas en quien confiaba el prócer, pero esa sería la constante urante el proceso anterior y posterior al estallido revolucionario. En varias ocasiones manifestó su desencanto por a falta de compromiso, y, peor aún, por ni siquiera contestarle las cartas: “En Durango no dejamos instalada una irectiva que valga la pena” diría en otra carta a Emilio Vázquez, el 23 de marzo de 1910, desde Zacatecas. A la ciudad de Gómez Palacio, donde radicaba el licenciado José Agustín de Escudero, le hizo llegar también, una carta desde la capital (6 de abril) para comprometerlo a participar en la Convención Nacional Antirreeleccionista, diciéndole: “Si le llega a faltar algo para sus gastos de viaje, yo le ofrecí que con mucho gusto le ayudaré. Sólo en aso de que no tenga recursos ni para el viaje de allá para acá, puede hablar con donManuelN. Oviedo, a quien ya e dejé instrucciones sobre el particular”. A pesar de las excitativas constantes, Madero no tuvo respuesta. El 14 emayo, le hace llegar un mensaje al profesor Manuel N. Oviedo a Torreón, pidiéndole: “Es necesario que vaya a Durango, hable con el Ing. Patoni y con Juan Lozoya, para que vea de qué manera activa los trabajos de aquel lub Antirreeleccionista, llamándoles la atención sobre la actividad que reina en la toda la República”. Cansado por a falta de respuesta, el 26 de mayo le hace llegar a Guatimapé una carta directa a Juan Lozoya, diciéndole: “Me xtraña no haber recibido ninguna clase de noticias de Ud., ni contestación a mi telegrama. Le suplico hablarme con entera franqueza, pues deseo saber si se cuenta con la ayuda de Ud., en este Estado; si no, para ver de quienmevalgo…”. El mismo día, a Carlos Patoni, también le hace llegar otra carta en el mismo tono: “Mucho le agradeceré decirmequé le ha pasado por allá, pues no han dado señales de vida y Durango es uno de los Estados que se están quedando más atrás en el movimiento político actual, que cada día es más vigoroso”.En Gómez Palacio, las cosas funcionaban de manera diferente. Gabino Guzmán afirmaba, y con razón, que “los maderistas fueron campesinos de La Laguna, de Cuencamé, de las quebradas, de los llanos y desiertos”. En ese contexto, el 15 de septiembre de 1910 se cumpliría el Primer Centenario del inicio de la Guerra de Independencia, por lo cual,

y desde meses antes, la Junta Patriótica Local de Gómez Palacio, cuyo Presidente era don Dionisio Reyes, un litigante conocido como Don Nicho, con Juan PabloEstrada, Ezequiel Guillén y Joaquín Amparán, los otros miembros de la junta, preparaban el programa de la conmemoración de tan importante fecha. Esta celebración les sirvió de cobertura, pues junto con un numeroso grupo de laguneros, entre los que se encontraban Isidro y Gregorio García, Manuel N, Oviedo, Orestes Pereyra, Jesús Agustín Castro, Sixto Ugalde Guillén, Benjamín Argumedo; los hermanos Cosme y José Villa, Epitacio Rea y algunas docenas más, tenían meses conspirando, bajo la conducción ideológica de don Nicho, reuniéndose de manera clandestina en una vecindad que éste administraba por la calle Aldama, en el barrio de La Patria, además de hacerlo en el templo protestante que se ubicaba en las ahora calles de Hidalgo yMártires de 1910, donde se mezclaban entre los fieles para disipar cualquier sospecha.

Las actividades de los conspiradores, eran del conocimiento de Francisco I. Madero, con quien mantenían estrecha comunicación y relación en los continuos viajes de proselitismo que Madero efectuaba a esta región, además de que en el grupo de rebeldes, también participaba el profesor Manuel N. Oviedo, hombre de todas las confianzas de ilustre coahuilense, con lo que estaba asegurada la información de los movimientos internos que realizaban los insurgentes. El día 16 de septiembre, día de la celebración de la Independencia, fue realizado por la mañana el esfile conmemorativo. Don Pablo Machuca, Primer Cronista del municipio, en su libro “Ensayo sobre la Fundación Desarrollo de la Ciudad de Gómez Palacio” (Industria Gráfica Editorial Mexicana- 1980), señala: “El 16 por la mañana los integrantes de la junta patriótica con un ancho listón tricolor cruzado sobre el pecho –como los presidentes--, encabezaron del desfile junto con las autoridades municipales que prestaron todo su apoyo para la celebración de las modestas fiestas, seguía la banda de música de los obreros de La Amistad, luego los soldados del reguardo marchando marcialmente acompañados del estruendo de tambores y clarines, enseguida los niños de las pocas escuelas que entonces existían y finalmente dos o tres carros alegóricos tirados por mulas, en uno de ellos una jovencita representaba a la Patria… todo encabezado por los integrantes de la Junta Patriótica”. Al terminar los festejos, todos volvieron a sus rutinas: los obreros al trabajo y los conspiradores a continuar sus reparativos.

Durante este tiempo,Madero mantuvo comunicación con diversos gomezpalatinos y lerdenses por diversos motivos, pero con el objetivo de incrementar el número de simpatizantes para la causa antirreeleccionista. Por el conocimiento de las actividades públicas que realizaba Francisco I. Madero, no eran pocas las personas que le enviaban cartas y telegramas para brindarle su adhesión. El grupo de conspiradores gomezpalatinos y laguneros recibieron el Plan de San Luis de manera secreta y cinco días antes de la rebelión, la noche del 15 de noviembre,

un numeroso grupo de participantes, reunidos en la calle Blanco, número 8 norte, de la ciudad de Torreón, levantaron una acta donde desconocían a Porfirio Díaz y “todas las actuales autoridades políticas de la República Mexicana, por ser ilegítimas”, además, y de manera categórica, establecía la declaración: “Se acepta la guerra, como único medio inmediato y eficaz para conseguir tener en los puestos públicos autoridades nombradas por el pueblo mexicano”. También se aceptaba en todos sus términos el Plan de San Luis y el nombramiento del “C. Francisco I. Madero como General en Jefe del EjércitoRepublicano Anti-Reeleccionista”, al que también se reconocía como Presidente Provisional de los Estados UnidosMexicanos. Para organizar el levantamiento armado se nombraron como Oficiales del Ejército Republicano Anti- Reeleccionista a: “Damián López Rodríguez, Timoteo Muñiz, Ventura Flores, Jesús Marentes, Ladislao Reza, Úrsulo Medrano, Lino González, Octaviano Ramírez, Manuel Mireles, Francisco F. Sánchez, Patricio Y. González, Francisco Martínez, Emeterio Campos, Doroteo Rosales, Arturo E. Barrera, Catarino Salinas Pérez y Gabriel J. Pereyra de Torreón; Sixto Ugalde, de Matamoros Laguna; DionisioReyes Juan Aguirre, de Gómez Palacio, Dgo.; Calixto Contreras, de Cuencamé, Dgo., y Aureliano Fernández de Lerdo, Dgo”. A los cinco días, de la firma de esta declaración de guerra, se inició laRevolución Mexicana en Gómez Palacio. ManuelN. Oviedo, fue detenido junto con otros de sus compañeros, por lo que el ando de la insurrección recayó en Jesús Agustín Castro Rivera. De nuestros precursores, muy pocos pudieron ver

los resultados de su sacrificio. Don Dionisio Reyes, un ilustre patriota, ideólogo del movimiento, falleció en la ciudad de Durango, el 12 de enero de 1914. Su esfuerzo no fue en vano.

ramlom28@hotmail.com

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