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CRÓNICA LERDENSE

Un tesoro de Villa en las huertas de Lerdo

Las huertas de Lerdo fueron famosas por sus árboles frutales.

Las huertas de Lerdo fueron famosas por sus árboles frutales.

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA, CRONISTA OFICIAL DE LERDO

Corría el año de 1916 en la tranquila Ciudad Lerdo, donde siempre ha sido un pueblo en el que sus habitantes tenían la fama de ser muy comunicativos. En este lugar se propaló el rumor de que los dólares de Columbus consistentes en relucientes "peluconas" rodaban haciendo mucho ruido por las empedradas callecillas de esta localidad. En ese tiempo se daban noticias del asalto a la población yanqui; Se decía "soto vocce" que don Adolfo Cerros, tenía el encargo del señor Pedro Medrano, de cambiar por bilimbiques las famosas "peluconas", de las cuales Medrano contaba en cantidad fabulosa.

Del incontable dinero los actores pretendían adquirir tres huertas de Lerdo. Otra propiedad era una casa de la señora Aurelia Guerrero ubicada por la calle Abasolo 99, valuada en dólares. También una superficie de terreno como de cuatro hectáreas que se encontraba cerca de los Lavaderos Públicos. Se contaba en aquel entonces que Pedro Medrano había tomado los recursos que el legendario Francisco Villa había requisado en el asalto a Columbus y le había encargado a Medrano, algo así como medio millón de pesos, más tres barras de oro de 6 kilos cada una.

Esta historia de Pedro Medrano se hizo muy famosa en la región, de la cual se anotaba que este señor en el mes de agosto de 1914, se incorporó siendo de extracción humilde y de familia pobre, a la entonces poderosa División del Norte. Aquí se hizo un novel soldado, pero las consideraciones que desde un principio le dispensó el general Francisco Villa, lo sacó de su lamentable condición, permitiéndole vivir con cierta holgura. En vista de los continuos fracasos sufridos en 1915 por la División del Norte, tuvo que retirarse de esta Comarca por órdenes del Centauro del Norte, e internándose en el Estado de Sonora, de donde posteriormente pasó al de Chihuahua. Medrano que todavía formaba parte de esta División, seguía gozando de la confianza de su Jefe.

También comentaba la comunidad en esta época, decían que el señor Bernabé Sifuentes era el único que había ayudado a Villa en el entierro de un tesoro, pues el Centauro lo estimaba y era gente de sus más amplias confianzas, quien le reveló a Pedro Medrano el sitio exacto donde fue depositado el dinero, señalándole Sifuentes que se localizaba en un lugar de la hacienda de La Boquilla, del Estado de Chihuahua. Como en este Estado continuaban las derrotas de la desgastada División del Norte que le asestaba el general Murguía, no tuvo más remedio Francisco Villa de verse en la necesidad de tomar la sierra, dejando el sitio en poder de los carrancistas. Fue en febrero de 1916, que le fue conferida una misión importante a Pedro Medrano, dentro de la cual hizo algunas gestiones encaminadas a este fin, pero no habiendo logrado el éxito esperado no volvió al campamento, aprovechado el momento para dirigirse al lugar designado por Sifuentes, donde desenterró el tesoro, y se dirigió a C. Lerdo.

En otra versión de la leyenda en relación a los rumores del tesoro, narraban que Francisco Villa le dio a guardar una parte del dinero que saqueó en Columbus, pero que Medrano traicionó la confianza de Villa, pues junto con el dinero huyó a Ciudad Lerdo, donde empezó a disfrutar del beneficio en compañía de Rodolfo Cerros. Con el producto de ese recurso Medrano compró varias propiedades a su nombre y otras a su esposa, consistentes; en una finca ubicada en la calle Abasolo Número 99; una huerta situada entre la labor de Santa Margarita y la calle de Cuauhtemoczin, el tajo Lavín y la acequia de San Antonio, y otra, situada en el cuartel cuarto, entre las calles de Zaragoza y Cuauhtmoczin, y con los herederos del licenciado Miguel Alba la compra de otras tres huertas, habiendo pagado por ellas ocho mil dólares.

En ese tiempo el general Francisco Villa con lo que le quedaba de las fuerzas de la División del Norte, ocupó nuevamente esta Comarca el 20 de diciembre de 1916, y tomó Lerdo, aquí le informaron del dinero que se había perdido y en que se había utilizado. Medrano se dio cuenta que el Centauro lo andaba localizando y se escapó. No faltó quien denunciara que en una de las casas que habitaba Medrano tenía una regular suma de dinero enterrada, fue entonces que el jefe de la guarnición de la plaza, general Aguirre, ordenó que fueran aprehendidos los familiares de Medrano, quienes fueron sujetos a tormentos por este militar. De este hecho tuvieron conocimiento los señores licenciados Juan Martínez, Luis Agustín Alva, Carlos López, Tiburcio Jáuregui, Juan Sánchez, expresidente municipal de Cd. Lerdo, Aurelio Ponce y Rodolfo Cerros. A este último señor, Villa lo mandó aprehender y estuvo bajo tormentos y poco después fue fusilado en Gómez Palacio por no decirle el lugar donde se ocultó el dinero.

Pasado algún tiempo, Villa se rinde el 29 de junio de 1920, fue entonces que demandó a Pedro Medrano, y queda el Centauro en posesión de las huertas, quien buscó el dinero enterrado y encontrando una parte del mismo, sin embargo, se dijo que el resto ya lo había tomado los mismos Medrano, (padre e hijo) con cuya parte compraron algunas propiedades en El Paso, Texas. Con motivo de los procedimientos antes mencionados, se siguió en el Juzgado de Distrito de la Ciudad de Durango un juicio de amparo que promovió en nombre de varias personas enlodadas en este asunto, el señor Dámaso Carrasco, suspendiéndose los actos reclamados mediante una hipoteca que Medrano otorgó a favor del general Villa de todas las propiedades.

Para noviembre de 1923, en la vecina Ciudad Lerdo, se presentaron al Sr. Miguel Alba, el Sr. Iriarte y uno de nacionalidad China, acompañados de cuarenta soldados portando una orden del Presidente de la República para buscar armas y parque que se decía tenía escondidas Francisco Villa en unas huertas propiedad de la Testamentaria del Lic., Miguel Alba, mismas que estuvieron en poder de Pedro Medrano hace algunos años. Las excavaciones llevadas a cabo por las fuerzas federales que se dedicaron a localizar el tesoro en las huertas. No obstante, no habían dado ningún resultado, por más que la persona que las guiaba aseguraba constarle que al pie de un granado se encontraba el tesoro. Al no encontrarlo en ese punto buscaron cerca de todos los granados y de las plantas que no lo eran.

Había pasado el tiempo y el tesoro no apareció, por otro lado, la familia Alba entabló un juicio contra Villa alegando pertenecer las huertas a menores de edad y haber sido vendidas por Varela sin autorización del tutor de dichos menores, quedando el Sr. Alba por orden del Juez en posesión de las huertas. Sin embargo, las huertas continuaban con juicios judiciales, pues en julio de 1924 el señor Miguel Alba, solicitó y obtuvo el amparo de la Justicia Federal, solicitando ante el C. Juez de Letras del Ramo Civil en representación del Distrito, contra actos de los CC. Presidente Municipal y Tesorero de Lerdo. El asunto fue de que la Tesorería pretendió embargarle las propiedades que estaban en litigio, y que todavía éstas se encontraban registradas en el catastro municipal a nombre de Medrano. El motivo era que estaban siendo reclamadas por la sucesión del extinto Francisco Villa.

Por lo tanto, Pedro Medrano se salvó de la ira del Centauro, porque en mayo de ese año aparece formando parte del Club Político en Lerdo Pro Felipe Pescador, donde fue designado como tercer vocal junto con otros personajes de la política.

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