Hace décadas así se encontraba el paraje Raymundo en el río Nazas.
Este pequeño oasis que se encuentra en la margen derecha de las riberas del río Nazas, es un lugar apropiado para el descanso y el esparcimiento, para disfrutar un día agradable en el período primaveral con temperaturas que oscilan entre los 28 a los 16 grados centígrados. Emblemático lugar que suele ser un lugar agradable para las visitas de familias enteras que disfrutan del clima y del agua. Gracias al esfuerzo de los lerdenses y laguneros se puede ver como un espacio natural y un patrimonio ecológico convertido en un atractivo turístico visitado por turistas nacionales y extranjeros, ubicado a un kilómetro y medio al sur de Ciudad Lerdo, por la vía principal de comunicación de la carretera No. 40, que comunica a Lerdo con la capital Durango.
El nombre de Raymundo fue el que utilizó el terrateniente Juan Nepomuceno Flores desde 1885, y en los años 30→ s del siglo XX, a pie de carretera se conservó ese nombre por comercios de vendimia como fue el de unos españoles que fundaron un merendero en las faldas del cerro del Rancho Mi Sueño. Esta parte del río Nazas tuve el honor de conocerlo haya por los años 60`s, era un lugar todavía virgen, con una vegetación cerrada, con frondosa y reluciente arboleda de álamos, sauces, fresnos, maleza formada por plantas de varias especies, como la jara, la chicura y la retahíla de carrizales en las orillas del río. En ese tiempo todavía se observaban los brazos donde corría todo el año el agua de los estiajes o escurrimiento de la presa Lázaro Cárdenas, donde se formaban pequeñas islas.
Este espacio ecológico en 1963 se pretendió por primera vez de convertirlo en un atractivo turístico, a través de un proyecto que se tituló "El Parque Nacional de La Laguna", presentado por el Sr. Pánfilo Cerón Eslava. El contenido de la ponencia exponía que en una superficie de terreno de no menos de 25 hectáreas se debería transformar en un centro de recreo que propiciara no sólo el descanso corporal de la población de las tres ciudades laguneras, además de promover las operaciones de tipo comercial a través de unas magníficas instalaciones, como: Albercas, campos deportivos, lago artificial de esquíes, bibliotecas, salones de boliche, campo de frontenis, restaurantes, moteles, etc, Con esta propuesta se obtendría un positivo y completo descanso espiritual, y se presentarían exhibición de exposiciones permanentes de la artesanía regional.
Ese proyecto tan ambicioso no tuvo frutos, pero sí se aprovechó Raymundo viejo para ser el embarcadero y escenario de la meta de la llegada de los valientes remeros que fueron fundadores de las primeras regatas. Todavía para ese tiempo en el sitio existían una gran variedad de árboles, los cuales por escasez del agua continuaban secándose. Mientras el rescate del Parque Soñado quedó en el olvido y en promesas. Tal vez los habitantes de Lerdo en su tiempo no tuvimos la visión de preservar ese sistema ecológico tan benigno y de clima natural.
En 1971 se formó un patronato que estaba procurando el embellecimiento del parque, para lo cual se realizó un estudio para la conveniencia de la construcción de un chapoteadero para los niños, un trenecito y otros juegos para diversión de los pequeños. Leobardo Martínez Amador, celebre presidente municipal, en mayo de 1973 gestionó la posesión definitiva de 16 hectáreas de terreno que eran necesarias para ejecutar las obras del Centro Turístico, así como su financiamiento. Habiendo obtenido buena respuesta por la Presidencia de la República, pues se realizaron los trámites para ceder al municipio el terreno.
El rescate y embellecimiento de Raymundo se empezó a cristalizar en la administración municipal, de Don Jesús Reyes Esquivel, excelente funcionario quien por medio de un proyecto de rehabilitación logró en parte transformar el paraje viejo, aumentando el número de hectáreas. Con esa sensibilidad política y social, en 1978 se crearon las primeras instalaciones, como la instalación del trenecito en beneficio para la niñez lagunera que fue donado por la primera dama de la Nación Carmen Romano de López Portillo. El aparato corría a través de pequeños rieles que se tiraron alrededor de seiscientos metros lineales, haciendo su recorrido por todo el parque disfrutando un llamativo y hermoso paisaje.
Posteriormente en la administración 1980-83, que presidió el célebre Héctor Álvarez Jáuregui, en octubre de 1980 se Instaló un Audiorama de alta fidelidad, que vino a darle más atractivo para las personas que concurrían. Por un tiempo la dependencia de FONAPAS apoyó para mejorar el parque que precisamente fue acondicionado para que viniera a a reinaugurarlo la señora Carmen Romano de López Portillo, presidenta nacional del DIF en ese tiempo. Para el año de 1998, el parque Raymundo disponía de canchas deportivas, juegos infantiles, asadores, campo de futbol con gradas, baños públicos, kiosco, trenecito y cafetería. En cierto tiempo pareciera que por la falta de atención y mantenimiento por parte de los encargados de este paraje ecológico estaba destinado a perderse, pues para octubre de 1999, se consideraba que el 50% de sus árboles en una fracción de 19 hectáreas habían perecido o estaban a punto de hacerlo, como consecuencia de la prolongada sequía que había azotado a la Comarca por casi diez años.
Fue precisamente en la Administración del Ing. Gerardo Katsicas Ramos, en que se encaminaron las tareas de reforestación del área y se realizó con gran esfuerzo y empeño, la proyección de una gran obra civil consistente en la fachada de acceso, construcción de pista de patinaje, caminos internos, rehabilitación del alumbrado, instalación de malla ciclónica en los perímetros del parque, hermoseamiento y mantenimiento de la infraestructura existente; como el kiosco central, el trenecito y sus vías. Se creó un sistema de riego por goteo y aspersión, para un mejor aprovechamiento del agua y la construcción de 5 acequias para conducir agua del río Nazas y reforestación de 15 hectáreas de superficie del parque, que fueron objeto de plantación de 1,100 árboles de diversas variedades que permitiría rescatar la vegetación y ampliar su reserva ecológica.
Se plantó semilla de pasto en una superficie de 3 hectáreas y un puente peatonal que cruzando un lago. Se creó un jardín botánico en una superficie de 7 mil metros cuadrados, con plantas que existen en la región. La inversión que se aplicó en el rescate y recuperación de Raymundo fue una bolsa de 4 millones, 35 mil pesos, distribuidas por Presidencia Municipal de Lerdo, de Gómez Palacio, de Torreón, Coah., donativos de empresas y particulares, Gobierno estatal y federal. La reinauguración de estas obras en el Parque Nacional Raymundo se llevaron a cabo el 23 de junio de 2001, participando las autoridades municipales de Lerdo, alcalde de Torreón, de Semanart y un representante del alcalde de Gómez Palacio, así como la comunidad lerdense y lagunera.
El Parque Nacional Raymundo es una área de reserva ecológica, que para su mejor conservación y protección, debe de declararse como zona protegida, ya sea federal o estatal, con el fin de que se le dé seguridad y cuidar de que no se hagan obras de infraestructura fuera de la normatividad ecológica y de medio ambiente, como sucedió en el lecho y el vaso de la Presa de San Fernando, que desgraciadamente afectaron su formación original y el ambiente ecológico del Parque y el ecosistema de toda el área.
Las instalaciones del Parque Raymundo pertenecen a terrenos federales y la concesión está a nombre del Ayuntamiento de Lerdo, siendo administrado por un Patronato, que fue constituido en la Administración de Luis Fernando González Achem y ratificado a principios de la administración de la Licenciada María del Rosario Castro.
