Recorrido del vuelo sin escalas de 1,160 kilómetros de México a Guatemala.
En 1939 se sentía el miedo de una Segunda Guerra Mundial, pues el Papa PÍO XII oraba y pedía por la Paz del Mundo ante la amenaza del poderío del Tercer Reich. Este vuelo era considerado por la prensa nacional como un Viaje de Buena Voluntad de Amistad y Paz. Por eso Francisco Sarabia ameritó el recurso de anunciar por todos los medios la Paz. Sarabia en este viaje obtuvo otro gran triunfo empleando 2 horas, 55 minutos y 30 segundos en el recorrido de 1,160 kilómetros que separan en línea aérea a México y Guatemala, rompiendo récords de algunos pilotos lo habían ejecutado en 1936, como el norteamericano Frank Howks, quien realizó este mismo viaje con una hora y diez minutos más que el aguilucho lerdense. Y Hawkso Rocks, acompañado de dos personas y en un avión mejor que el Conquistador del Cielo; fijó el récord de velocidad en un viaje directo entre México y Guatemala, en un tiempo de 4 horas cinco minutos y 17 segundos.
El vuelo directo de México a Guatemala de Sarabia, lo autorizó el General y Presidente Lázaro Cárdenas el vuelo del ídolo de la aviación para realizarlo el día 9 de abril de 1939. Ese día temprano al avión el Conquistador del Cielo se le llenaron los tanques de gasolina y de aceite, luego el personal de tierra lo sacó del hangar militar del Campo Aéreo de Balbuena de la Ciudad de México y lo llevó al extremo de una de las pistas centrales. Sarabia llegó al Campo a las 7.15 horas, como era costumbre lo esperaban para despedirlo, su esposa Agripina, sus hijos Tachi, Carlos, Nivia y su hermano Santiago. Don Miguel Tinoco y algunos de sus pilotos de la línea aérea de Sarabia. También hicieron acto de presencia don César A. Lara, el subjefe de la policía metropolitana, el general Gustavo Salinas, el capitán Luis López Malo, el ingeniero Guillermo Villasana y funcionarios de Aeronáutica Civil. Y como siempre los directores de los periódicos más importantes de México, le entregaron varios ejemplares y una valija con correspondencia.
Todo listo para su partida Sarabia se despide de sus hijos y su esposa, ya arriba de su avión con la mano levantada hizo ademán de saludo para decir adiós. Se acomodó en el asiento, corrió la tapa de la cabina y revisó todos los aparatos de control y rectificó el ajuste de la brújula. De inmediato el Inspector de Aeronáutica Civil, Luis López Malo, registró la salida y el general Gustavo Salinas marcó en su cronómetro la hora y otro tanto hizo Sarabia y el Gee Bee empezó a correr por la pista.
"El Conquistador del Cielo" despegó a los 45 segundos cuando los relojes marcaban las 7.49 de la mañana del domingo 9 de abril de 1939, en esos momentos se escuchan aplausos y las vivas de la gente. El Viaje a Guatemala era sin escala, llevando un peso de tres toneladas y en sus tanques 305 galones de combustible. La nave seguiría una línea recta de México hasta Guatemala. En una forma diagonal atravesaría el Istmo de Tehuantepec sin que las corrientes de aire producidas por los núcleos montañosos de Tehuantepec, Chiapas y de Petén lo obligaran a desviarse. A gran velocidad el Gee Bee pasaba sobre Cholula y a los 33 minutos volaba sobre Tehuacán, entrando poco después a las elevadas sierras de Oaxaca. Al subir a los 14 mil pies el piloto se colocó la mascarilla de oxígeno y en el recorrido trató de librar nubes de tormenta y vientos contrarios.
El incansable piloto seguia volando alto sobre el Istmo y regiendo a los vientos que arrastran hacia la tierra, pasa sobre Chiapas y por el rumbo de Motozintla alrededor de las 10 de la mañana penetró a territorio guatemalteco y se encaró con el pavoroso volcán de Caponá, cuya altura es de tres mil seiscientos metros, ya al entrar a la bella y antigua ciudad de los "quetzales", Sarabia tendría que sortear las temibles nubes de los volcanes de "Agua", de "Fuego" y el "Acatenago", de la capital Guatemalteca. Al acercarse a la frontera tres aviones Ryan de la aviación militar de Guatemala volaban cerca de él haciéndole un gran recibimiento. Pasaron sobre Huehuetenango y luego Tetonicapàn y a las 10 horas con 44 minutos y 30 segundos arribó al aeropuerto de La Aurora de la capital guatemalteca. En este aeropuerto un numeroso pueblo lo esperaba, dándole la bienvenida oficial el Ministro de Guerra, general José Reyes, a quien acompañaron el Director de Aeronáutica, J Ovidio Sierra Camey, el Cónsul de México, Bernardo Blanco.
El lunes 10 en todos los periódicos guatemaltecos informaron de la hazaña del aguilucho lerdense. El Imparcial y El Liberal Progresista se ocuparon de Sarabia en primera plana. A Temprana hora el piloto y los miembros de la embajada mexicana fueron recibidos en audiencia especial por el presidente José Jorge Ubico y Sarabia le entregó el mensaje del General Cárdenas. Ubico vertió frases de elogio a Sarabia y agradeció la muestra de cordialidad y amistad y le hizo un obsequio. Más tarde en la embajada mexicana, se sirvió una comida en honor del Aguilucho. En ese momento los periodistas lo entrevistaron y recibieron de manos de Sarabia un pergamino que envió el periódico mexicano Excélsior a la prensa guatemalteca y el saludo de La Prensa firmado por Luis Navarro y varios números de El Nacional con un mensaje para el pueblo guatemalteco.
El Cónsul mexicano aprovechó para entregarle a Sarabia un escrito enviado por el general Lázaro Cárdenas que decía: "Acabo de enterarme de su mensaje donde me dice que llega sin novedad. Lo felicito deseándole éxito en todos los vuelos que haga, ya que los mismos representan un esfuerzo para desarrollar las comunicaciones, un lazo de amistad entre los países hermanos, pues son éstos vuelos factor para estrechar las relaciones de simpatía que acercarán a los países americanos". Fue entonces que Sarabia dijo que más que abatir un récord, "mi vuelo ha sido para contribuir al acercamiento de nuestros pueblos". Y agregó: el Presidente Cárdenas me autorizó para presentar un saludo del pueblo de México al pueblo de Guatemala". Además Francisco adelantó la noticia de su próximo vuelo que planeaba hacer de México a Nueva York. Poco después Sarabia pasó a la recepción de la embajada y tuvo una charla con los periodistas describiéndoles de su viaje, para después entregar al general José Reyes el mensaje enviado por el Secretario de la Defensa Nacional el lerdense Jesús Agustín Castro.
Sarabia concibió que su esfuerzo no había sido en vano, pues la compañía de Transporte Aéreos de Centro América, le ofreció un almuerzo y durante el ágape se habló de establecer un vuelo entre las ciudad de Guatemala y México, lo cual se hizo realidad y se inició con el vuelo 100 de TACA. En Guatemala, Sarabia visitó la Universidad de San Carlos Barromeo, la Oficina Central de Correos y la Cámara de Comercio. El presidente de Guatemala, el general Jorge Ubico, le ofreció a Sarabia un banquete de gala al que asistió el gabinete en pleno y miembros de la embajada mexicana, entre ellos, el Cónsul Bernardo Blanco y el Agregado Militar, mayor Raúl Caballero Aburto. Dispuso su regreso el 12 de abril de 1939 de Guatemala a México en un vuelo con escalas en Tapachula, Tuxtla y Oaxaca fue despedido por el general José Reyes y el canciller de la Embajada Mexicana, periodistas y público, siendo escoltado de nuevo por los tres pilotos guatemaltecos, Massot, Letona y Mendoza.