Inauguración del monumento a la madre el día 9 de mayo de 1937. Entre los personajes se encuentra el Sr. Juan Muñoz M., presidente municipal de Lerdo.
Desde 1925 surgió la idea de instituir un día para la celebrar un homenaje a la maternidad, ese don que Dios y la naturaleza le concedió a la mujer de dar vida a otra vida. Los lerdenses con esa sensatez propusieron como día nacional para festejar a las madrecitas "el 10 de Mayo de cada año". Es así que fue como comenzó a generalizarse en las escuelas de la región a partir de 1936 los honores a las madrecitas, con ceremonias organizadas por los maestros, sindicatos y autoridades, con gallos recorriendo las calles de las ciudades, festivales artísticos, conciertos, partidos políticos y los habitantes de todo el país partiendo la idea de Cd. Lerdo, Dgo. Por igual se festejaba a las madres sin distinguir el estatus social, pobre, humilde o rica.
Los gallos iniciaban desde las primeras horas de la madrugada del 10 de Mayo, se utilizaban camiones que conducían a niños y jóvenes de todas las edades, que daban la nota alegre al entonar las mañanitas y algunas canciones en boga. Había permiso de las autoridades para que de manera libre y en todas direcciones recorrieran grupos de cantantes y músicos alegrando la ciudad. Y durante el día los festivales preparados en las escuelas eran bastantes concurridos. Grandes ramilletes de claveles de ricos y pobres, que vendían en los mercados, era el galardón de homenaje a las Madres. Tradición que se fue arraigando en todo lo ancho del país.
Este sentimiento de amor y la inquietud de los habitantes de Lerdo a través del Sr. Don Vicente Verdugo Villegas constituyen un Comité Pro-Monumento a la Madre para erigir el primer Monumento en honor de esa gran señora que nos dio el ser. El 22 de marzo de 1936 quedó conformada la directiva presidida como Presidente Vicente Verdugo Villegas; Secretario, Ramón Sifuentes; Tesorero: Jesús Landeros; vicepresidente: Julio Estrada; subsecretario: Jesús González; subtesorero: Benito Muñoz, asimismo, fungió como Presidente honorario el entonces presidente de la Junta Provisional de Gobierno Municipal de Lerdo, coronel Martiniano Alcalá, y se comisionó para las actividades de difusión y propaganda a Javier Ramírez y Mario Castrillón, y en el área de hacienda a Víctor Manuel Saucedo. El monumento fue una réplica fiel de la obra original de un modelo existente en las Galerías de Luxemburgo en París, Francia, obra del célebre escultor francés Lenoir.
Para auxiliar al Comité General en la recaudación de fondos se formaron subcomités compuestos en su mayoría por jóvenes. Asimismo, con la misma característica los Comités femeninos donde estaban contempladas numerosas señoritas de aquella época. El Número 1. Presidente, Adela San Miguel; Secretario Flora Arce, Tesorero. M, Guadalupe Hernández. No.2 Presidente Dominica López; Secretario M. Guadalupe Saucedo, Tesorero, M. Refugio Holguín. Vocales: María Arriaga, Juana González, M. Esther González. Esther Santillana, 2º. Hermelinda Anzures, 3º. Eva Mora. Estos grupos demostraron un gran entusiasmo y alegría, desarrollando una fructífera labor y de todo éxito. Organizaron kermeses en la plaza principal atendiendo los diferentes puestos por señoras y señoritas de todas las clases sociales, además de rifas. Entre las participantes se cita a las señoritas Juanita González, Josefina Arriaga, Magdalena Sagüi; Señoras Carolina R. Ramírez, Catalina S. de Lavín Carriles y los señores Ángel Hernández, Prisciliano García Muñoz, en entre muchos más, quienes encontraron el apoyo decidido de los lerdenses que tenían el interés de contar con un monumento a la Madre, el primero que otras partes del país.
Se acordó que el monumento se erigiría en el Parque Victoria, en la desembocadura de la calle con el nombre antiguo de Francisco I., Madero, -hoy Francisco Sarabia-. Los trabajos se iniciaron formalmente el 10 de Mayo de 1936, programándose una ceremonia de colocación simbólica de la primera piedra. Con una inversión de seis pesos comenzó la obra, que se obtuvieron de las donaciones voluntarias que efectuaron los lerdenses, entre éstos: Pedro Ribera, Mario Castrillón, Fernando Necochea, Jesús González, Vicente Verdugo Villegas, y Julio González.
La estatua fue esculpida en un bloque de mármol procedente de la milenaria Sierra del Sarnoso, donado por la Cía. Tlahualilo que explotaba en aquel entonces los yacimientos del mineral. La obra artística estuvo a cargo del escultor jalisciense J. Inés Cruz, artista que realizó el trabajo al aire libre bajo las sombras de los árboles del parque. Su quehacer era admirado por numerosos lerdenses que se acercaban para ver como día con día la piedra bruta iba cobrando la forma de una figura de una madre cargando a sus dos hijos. Este escultor tapatío se auxilió de fotografías tomadas en distintos ángulos a la pieza original para transformar la roca de mármol, y una vez terminada se colocó sobre un pedestal que fue construido por los hermanos Hernández en base a un diseño elaborado por la Marmolería Artística de la Ciudad de México.
Para orgullo de los habitantes de Lerdo el primer Monumento a la Madre en la República construido con cooperaciones del pueblo, fue inaugurado con fecha 9 de Mayo de 1937. En la ceremonia estuvieron presentes Juan Muñoz M. presidente municipal, señoritas y miembros del Comité Pro-Monumentos, entre otras personalidades. Desde entonces año con año las autoridades lerdenses y la comunidad en general se concentraba por la noche en presencia de la figura representada por la Madre, organizando una serie de actividades artísticas, ceremonias y entrega de regalos en honor a las madres lerdenses.
Por desgracia en Agosto de 1963 el Monumento a la Madre sufrió serios destrozos, provocados por fuertes ventarrones que debilitaron una vieja y gruesa rama que se desprendió del tronco de un árbol añoso que se encontraba en un costado, derribando la escultura de su pedestal y pegando una parte de la rama más gruesa sobre la cabeza a una de las figuras de un niño que contiene el monumento, mientras la cabeza de la madre aunque se desprendió del cuerpo, no sufrió daño alguno; resultando también perjudicados una banca y un arbotante de granito, que también sufrieron desperfectos de consideración, al momento los daños fueron considerados de gran valor.
De inmediato el Comité Pro Monumento a la Madre buscó la forma de restaurar el monumento, para lo cual se realizaron eventos artísticos para recabar fondos económicos, se organizaron bailes y la cooperación de los habitantes y algunos organismos. No fue nada fácil completar los gastos, pues todavía para enero de 1964 se había reunido únicamente 2,000 pesos, cantidad muy reducida tomando en cuenta la magnitud de los trabajos que se iban a desarrollar cuyo presupuesto estaba estimado en 7,500 pesos. En abril 1964 se inició la restauración de la escultura de la Madre y la del niño, estando a cargo del escultor Teófilo Mares. Una vez restaurado el monumento escultural que simboliza a la madre el 8 de mayo del año 1964 se realizó en su base la colocación de la escultura utilizando una grúa, ya que el monumento tiene un peso de una tonelada y media, aproximadamente.
Los lerdenses estamos orgullosos de esos personajes que concibieron la idea de este Monumento a la Madre Mexicana, porque fue el primero en su tiempo que se erigió en la República Mexicana, lo que podríamos asegurar que fue primordial en toda la América Latina. Para estos eventos tradicionales en memoria a todas las madrecitas en su día, el Ayuntamiento de Lerdo organiza un programa especial, como es la ceremonia oficial, con entrega de regalos y la presentación de un espectáculo artístico con artistas de renombre. Por lo tanto el Monumento a la Madre es una importante acervo cultural convertido en un símbolo y la imagen típica de la ciudad.
