Calzada Insurgentes, tramo Lerdo, 1925.
El antiguo camino Real lo utilizaban el rudimentario transporte de vehículos de tracción animal, los llamadas guayines, carros de mulas de 4 y 2 ruedas (rabones), o los del ciudadano común que lo recorría a pie, o en su burro o caballo, para trasladarse de Lerdo a Gómez Palacio, además para recurrir a la naciente Ciudad de Torreón, atravesando el río Nazas. La novedad en el siglo XIX, fue el Ferrocarril Central Mexicano, de aquí nace el tranvía de Mulitas urbano, que salía de Lerdo, primeramente a partir del Parque Victoria y después de la plaza principal por la calle Reforma (Madero) hacia la Estación del tren. El terreno que ocupaban las vías en el tramo de Lerdo fue de 9 hectáreas y setenta y cinco áreas, que pertenecieron a la hacienda de San Fernando.
El camino real a fines del siglo XIX los lerdenses lo consideraban como la Alameda, aparte de los paseos públicos del Parque Guadalupe Victoria y la Plazuela Juárez ubicados todavía en el Centro de Ciudad Lerdo. En ese entonces el camino era angosto, y estaba flanqueado por una gran fila de árboles, cuyas ramas se juntaban con los de enfrente, además de las acequias que regaban la parte de Gómez Palacio. El famoso Camino Real se convirtió el 21 de noviembre de 1910 en una arteria histórica en virtud de haber acontecido en su trayecto el encuentro de los revolucionarios maderistas contra el ejército Federal y Rurales, habiendo varios tiroteos y un combate en el Puente Blanco, entre los tres grupos, quedando en dos fuegos los guerrilleros encabezados por Jesús Agustín Castro. Por este hecho poco después al camino citado le impusieron el nombre de Calzada Insurgentes.
Al llegar a Lerdo los primeros carros foringos, que fueron algo numerosos recorrían las angostas calles empedradas de la ciudad, los cuales para hacer su recorrido por la calzada Insurgentes hacia Gómez Palacio, era peligroso por ser un camino de tierra que en tiempos de lluvias se convertía en un lodazal, además una vialidad insegura y difícil para conducirse a las demás poblaciones.
Fue por eso que en el año de 1918, la Cámara de Comercio de Gómez Palacio, inició la reconstrucción de la carretera para que fuera exclusivamente al tránsito de coches. El costo de la reconstrucción de la carretera entre Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, ascendió a la suma de 3 mil pesos, habiendo una reducción en su costo, debido al hecho de que se consiguió gratuitamente el material para la obra y de haber empleado algunos camiones facilitados por la División Militar del Norte, al finalizar el año de 1918. Una vez terminadas las obras quedó un camino de tierra apropiado.
Poco después, en el año de 1921 la Cámara de Comercio de Gómez Palacio, convino con la Presidencia Municipal de Lerdo, que presidía el Sr. Manuel Navarrete, la construcción de un travesaño de fierro en el punto estratégico de la Calzada Lerdo, para impedir el paso de los autos que no pagaban la cuota fija de 50 cvs., cooperación que se destinaba para la conservación y el embellecimiento de la carretera, con excepción de pago los autos pertenecientes a personas que residían en ambos municipios, y que estuvieran registrados en los padrones municipales.
Al haber quedado terminada la comunicación entre las poblaciones de Lerdo y Gómez Palacio, Dgo., vino el deseo de prolongarla hasta la ciudad de Torreón, considerando que la continuación de la carretera atraería grandes beneficios para las ciudades de Lerdo y Gómez Palacio, pues se tomaba en cuenta que Torreón para 1919 era una plaza muy importante en la Comarca Lagunera y además como un centro comercial è industrial. El tramo de construcción comprendía una extensión de un kilómetro y medio aproximadamente, entre los Tajos de Santa Cruz de Gómez Palacio y el lecho del río Nazas, obra que inició y llevó a efecto el señor Patricio O"Hea, quien en ese tiempo fungía como Gerente de la Compañía Industrial Jabonera de La Laguna, S.A. afrontando la mayor parte del costo de la obra, misma que se había calculado que ascenderían a no menos a la suma de 10 mil pesos. En cierto momento hubo una paralización de las obras debido a la falta de recursos, razón por la cual el valor había aumentado en 14 mil pesos.
Mientras los promotores que hicieron el proyecto de obras para la continuación de la carretera de Gómez Palacio a Torreón, consideraron que debido a la configuración del terreno en su trayecto era más largo, razón por la cual se invertiría más dinero, por lo que se procedió a formar en Torreón, una "Junta Privada" para la obtención de fondos y su ejecución, decisión que vino a secundar los primeros trabajos que había dado en éste sentido el conocido señor don Patricio A. O"Hea. Al terminarse el último tramo de Gómez Palacio, se continuó con la construcción entre el lecho del Río Nazas y la Ciudad de Torreón, con la participación de la Junta Privada que se estableció en la vecina ciudad coahuilense, empleándose materiales más sólidos, debido al cimiento de medio metro de piedra con que se configuró la base, dejándolo en poco tiempo terminado.
Con una visión futurista la Junta Privada de Torreón, para agosto de 1921, constituyó la asociación del Automóvil Club de La Laguna, siendo su presidente el Sr. José G. Rendueles, Vicepresidente, Sr. Eduardo Orvañanos, Secretario; señor Salvador Valencia, Tesorero, Julio Tumoine, con los siguientes vocales: Julio Luján, Eduardo I., Arellano, W.H. Dadson, Julio Castrillòn, Manuel García, Juan G. Brittingham, Antonio Montemayor, Rafael García Galán, Eduardo Gurza, Enrique Vega, Francisco Guerrero V., Gregorio Iglesias, Doroteo Ramírez Jr., Ing. Carlos G. Blake, Ing. H.H. Crabtree y Carlos Sarabia.
Fue entonces que el Automóvil Club de La Laguna, buscó la buena voluntad de las administraciones de Lerdo y Gómez Palacio, para que cooperarán para financiar las obras de reconstrucción de la carretera de Lerdo a Torreón, asi mismo, a los ejecutivos de los gobiernos de ambos Estados, para que acordaran subsidios para que se permitiera concluir la obra de referencia, la cual buscaba la petrolización de la rúa. También dentro de sus proyectos planeaban llevar a cabo la obra del Ing. Gustavo Roth, sobre la construcción del puente sobre el río Nazas, así como también la de establecer una línea de camiones, que en mucho decían vendría a mejorar a Lerdo.
Como una forma de apoyo a este proyecto el Sr. Don Manuel Navarrete, Presidente Municipal de Ciudad Lerdo, Dgo., libró órdenes, a fin de que se reparara el tramo que estaba relleno con basura a la entrada del Parque Victoria, asimismo, se obligó al ferrocarril Eléctrico a hacer el arreglo de la calle frente al Molino Siller, la cual ocupaba totalmente con sus rieles, no permitiendo el paso de vehículos. La directiva del Auto Club de La Laguna, en su afán de arreglar el camino consiguió de la compañía del Tlahualilo, y de los municipios de Lerdo y Gómez Palacio, el permiso para hacer una obra complementaria como fue la reubicación de una acequia que pasaba por dentro de la carretera y colocarla en la parte de afuera, en terrenos de "San Fernando". Considerando que con esta adecuación vendría a dejar una espléndida carretera en lo que fue un estrecho paso. Continuará.