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CRÓNICA LERDENSE

La carretera particular del Automóvil Club

Carretera particular del Auto Club.

Carretera particular del Auto Club.

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA, CRONISTA OFICIAL DE LERDO CRÓNICA

El Automóvil Club de La Laguna era una institución que fue creada por la Cámara de Comercio de la Comarca Lagunera, con domicilio en la ciudad de Torreón e integrada por los propietarios de automóviles de fuerza motriz de la región. Sus principales objetivos fue el fomento del deporte del automóvil y la construcción de una carretera que uniera a Ciudad Lerdo, con Gómez Palacio y Torreón, para lo cual compactaron el antiguo camino que había utilizado en el tendido de las vías el Tranvía de Mulitas, rúa que era conocida como la calzada Insurgentes, iniciando sus primeros trabajos desde el parque Guadalupe Victoria de Lerdo, y continuando su prolongación por la calzada del mismo nombre por la parte de Gómez Palacio, y de esta ciudad a Torreón.

En el año de 1922 el Tesorero del Auto Club era el Sr. Fernando Rodríguez, profesionista y en ese entonces apoderado General de la negociación algodonera "Santa Teresa", quien sustituyó en el cargo al señor Eduardo L. Arellano. Uno de los principales problemas que se tuvo en el tránsito de este camino, fueron los propietarios de automóviles que sin ser socios de la agrupación del Auto Club, transitaban alegremente por la calzada particular, valiéndose de distintivos metálicos mal adquiridos o falsificados o que no les pertenecían y que utilizaban indebidamente. Ante esos transgresores de la propiedad privada, los directivos del Club tuvieron que tomar medidas para el control de estos personajes, ordenando a los guardianes de las puertas de dicha carretera, para que cuidaran a que no pasaran por la rúa, indicándoles que solamente podrían hacerlo los que portaban distintivos que demostraban ser socios del Club.

También para un mejor control de los vehículos que transitaban por la calzada, estimó conveniente la directiva del Auto Club para poder identificar a todos los automóviles encargó a los Estados Unidos distintivos o calcomanías compaginadas con el número que contenían las placas de licencia municipal, contraseñas especiales que eran estampadas en los guarda brisas de los automóviles. Éstas se suministraban a los socios del "Automóvil Club" que estuvieran al corriente del pago de sus cuotas. Asimismo, se estableció un servicio de vigilantes nocturnos, a fin de evitar que transitaran por el camino personas que no pertenecieran a la agrupación.

La Cámara de Comercio de la Comarca Lagunera, institución de la que dependía el Automóvil Club de La Laguna, nombraba cada año como directivos de la agrupación a socios que poseían automóvil, y en 1923 se eligió la Junta Directiva del Auto Club de La Laguna, quedando integrada en la forma siguiente: Presidente don Fernando Rodríguez. Vicepresidente: Demetrio Esquerra. Secretario, Lic. Sebastián Vera. Prosecretario, Alberto Hermosillo. Tesorero, Eduardo Orvañanos. Subtesorero, Alberto Larriva. Vocales: Juan Brittingham, Julio Luján, Luis Reyes Spìndola, Julio Castrillón, Ing. Juan Antuna, Hilario Esparza Jr. Ing. H. H. Crabtree, Doroteo Ramírez Jr. Rafael García Galán, Jaime del Cueto y Julio Tumoine.

De inmediato esta nueva directiva inició sus actividades recolectando material de petróleo y chapopote, con el fin de petrolizar la calzada, cuyo afán era de mejorar la importante carretera que unía a Ciudad Lerdo con las vecinas de Gómez Palacio y Torreón, pues consideraban que al lograrse esta obra se obtendrían mejores condiciones para el tránsito de vehículos. Para tal efecto se solicitó el apoyo a los industriales de la región y socios de la agrupación. Pronto la respuesta fue positiva, pues la buena disposición de los empresarios aportaron determinada cantidad de chapopote y petróleo. Como un gesto muy importante los donadores decidieron entregarlo como obsequio, aunque pequeño, pero todo en bien del mejoramiento de la principal carretera de la región, en vez de que se los tomaran como cuotas, que era el equivalente al valor de las cuotas durante un año por uso del camino. Los automovilistas de la región de aquel entonces tenían la cultura a la contribución de obras, y consideraban que con su contribución el camino se convertiría en el mejor paseo y a la vez la vía de comunicación sería más rápida y cómoda entre las tres poblaciones.

El Auto Club, como se le conocía, organizaba también algunas actividades económicas para obtener recursos para las obras de mejoramiento de la calzada, como fue la rifa de un automóvil "Ford", a cinco pesos el boleto. El sorteo era auditado por la autoridad municipal de Torreón por medio de un interventor. El número premiado en esa ocasión el número 352. Como resultado de ese sorteo el señor Doroteo Ramírez, rico agricultor de Ciudad Lerdo, personaje muy conocido en la localidad y de buenos sentimientos, fue el agraciado con el premio del Ford. El señor Ramírez, tomando en consideración las importantes mejoras que se iban obtener en la carretera, como agradecimiento de haber obtenido el premio obsequió un fuerte donativo para que se adquiriera chapopote para continuar la petrolización en dicho camino.

En esta naciente vía de comunicación que unía a las tres ciudades, en el transcurso del año de 1923, tuvieron accidentes que lamentar, por choferes que la utilizaban como pista de carreras, como el sucedido en el tramo de Torreón a Gómez Palacio. Siendo el protagonista en este suceso el chofer David Quiñones, que transportaba mercancía de algunos comerciantes en pequeño de Gómez Palacio, iracundo personajes que quiso demostrar a las personas que lo acompañaban su pericia en el manejo del volante, acercando demasiado el carro a las zanjas que corrían paralelamente a la calzada del Automóvil Club, y retirándose instantáneamente, hasta que llegó un momento en que no pudo hacer virar rápidamente el volante, y el camión cayó pesadamente dentro de la zanja, cayendo las personas que en él iban debajo de la carga, habiendo provocado cinco personas heridas, tres de ellas de gravedad. Los heridos fueron remitidos con toda premura al hospital de San Vicente de Paul de Gómez Palacio, donde se les hizo la primera curación, siendo éstos Antonio Chávez, Espiridiòn Espinoza, Filomeno Lara, Manuel Mijares y José Rivera.

En otro acto de imprudencia fue el que sucedió en el camino de Gómez a Lerdo, la impericia de un chofer volcó un auto y perdió la vida un niño. El automóvil era propiedad del conocido agricultor Eusebio Necochea, quien radicaba en Ciudad Lerdo, el vehículo era manejado por el chofer Dámaso Vielma, quien se dirigió a la ciudad Torreón, con el objeto de tomar el tren para Durango, al Sr. Ramírez, lo acompañó su pequeño hijo de nombre Luis. Después de cumplir con su objetivo el conductor se regresó a Lerdo, junto con el niño, además se hizo acompañar por un amigo llamado Miguel Jáuregui, y tal vez con el deseo de mostrarle su pericia en el manejo de automóvil, imprimió inmoderada velocidad, ya en plena carretera varias personas que en aquellos momentos transitaban también por la calzada, observaron como el carro manejado por Dámaso iba de un lado a otro de la carretera, haciendo "viboritas" a una velocidad a próximamente de sesenta kilómetros por hora. De pronto, el carro al hacer tangente sobre el lado derecho de la calzada derrapó, volcándose y cayendo en unas zanjas de las que van paralelas al camino, ocurriendo el terrible accidente acaecido en el lugar en que la calzada se bifurca para entrar a Gómez Palacio. El resultado del percance fue que el niño Necochea pereció poco después de realizarse una operación. Continuará.

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