Cuando no se puede ser padre
Millones de parejas en todo el mundo unen sus vidas, con o sin matrimonio de por medio, para culminar su amor con la concepción de un bebé. Sin duda, el hecho de dar vida significa una de las experiencias que más trasciende en la existencia humana, aunque no todos pueden lograrlo.
Los problemas de fertilidad han afectado a las personas desde siempre, con el paso del tiempo se han realizado más descubrimientos al respecto, e incluso se han tenido avances claves para lograr que muchas personas, antes resignadas a no tener descendencia, puedan soñar con abrazar a sus futuros hijos en el corto y mediano plazo.
En países latinoamericanos la infertilidad tiene tasas muy similares a las del resto del mundo, de cada diez parejas con dificultades para tener bebés, cinco son las que localizan su problema en el aparato reproductor masculino. Sin embargo, la situación cultural, la falta de educación y hasta fenómenos como “el machismo” suelen trasladar ese hecho casi siempre a las mujeres, fomentando un ambiente de discriminación y hasta menosprecio, incluso relegándolas a papeles meramente reproductivos en algunas zonas rurales y de alta marginación.
“Hay que dejar muy en claro que esto es un tema compartido, si buscan un bebé tienen que estar conscientes de que la responsabilidad es mitad y mitad, el cincuenta por ciento de las veces que en México se consultan dificultades para concebir, son por problemas en los hombres... una vez que se ha aceptado ese hecho hay que ver con detalle las causas”, comenta Carlos Lauro Valdez, especialista en biología y reproducción humana.
La esterilidad en los hombres se define como la imposibilidad de que un varón pueda unir su carga genética a la de una mujer de forma adecuada, las causas puedan ser muy variadas y dependen de factores que van desde lo ambiental hasta lo personal, el trabajo de los especialistas será entonces encontrar los detalles que ocasionan tal dificultad y ver la forma de solucionarlo a través de la mejor opción.
PROBLEMAS FÍSICOS, GENÉTICOS Y AMBIENTALES
Al igual que en las mujeres, hablar de un problema de esterilidad no significa que sea algo definitivo, la mayor parte del tiempo se trata de aspectos que pueden ser solucionados o tratados con el apoyo de la ciencia médica, algunos obviamente más complejos que otros
Un hombre promedio producirá nuevos espermatozoides en cuestión de horas, esa generación de células cargadas con material genético se mantendrá casi sin variaciones hasta los 45 años, a partir de entonces se comenzarán a registrar bajas de hasta un 3.3 por ciento cada año, situación que permite a los hombres adultos (y hasta los de la tercera edad), tener la posibilidad de ser padres siempre y cuando mantengan un estilo de vida saludable, el tema de la edad entonces no pasa por la reducción “dramática” de espermas.
No obstante, una de las claves para la conducción del esperma hasta la vagina de la mujer (además de un tema básico en el placer sexual), es el tener una erección apropiada, difícilmente se conseguirá un embarazo si se tienen problemas de esa clase. En México se estima que más del 50 por ciento de los problemas para lograr o mantener una erección inician en el lapso de los 40 a los 70 años, es un fenómeno relativamente común, pero que gracias a la medicina actual cuenta con una gran variedad de tratamientos para todos los hombres que se ven afectados.
La cantidad de medicamentos, terapias mixtas y otras soluciones para tener erecciones regulares son variadas y deberán de ser determinadas por el especialista, si ese tema se encuentra solucionado, y además la producción de espermatozoides es regular, no deberán de existir obstáculos en el varón para intentar ser padre.
Otro obstáculo físico contra la fertilidad en los hombres es sin duda el de una lesión, ya sea por accidente, por el estilo de vida o hasta por el ambiente en el que se vive.
La práctica de deportes de contacto, oficios donde se levanta mucho peso constantemente, llevar ropa interior ajustada y hasta el exceso de calor pueden ser determinantes en la producción y calidad de los espermatozoides. Es cierto, las partes “nobles” son llamadas de esa forma porque requieren de un trato especial, en el caso de los varones los testículos (donde se producen los espermas) se ubican fuera de la pelvis por una muy buena razón, requieren entre 35.5 y 36 grados centígrados para garantizar una “producción sin problemas”.
Cuando se utiliza ropa interior ajustada de forma constante, se obliga a que los testículos se ajusten al calor del cuerpo humano y de la ropa misma, con el paso del tiempo ese puede representar problemas para concebir por bajas en la producción, algunas veces el daño es irreparable. El mismo problema enfrentan quienes trabajan diariamente cerca de hornos, en minas, o hasta quienes gustan de utilizar computadoras portátiles sobre las piernas, es una mala idea que puede traer consecuencias devastadoras a la fertilidad.
Un golpe fuerte, además de un gran dolor al momento de recibirlo, puede causar daños que van desde la inflamación hasta el daño permanente en testículos, conductos, vasos sanguíneos y otros elementos básicos del aparato reproductor masculino. Cualquier anormalidad como la inflamación de uno o ambos testículos, dolor con tan sólo rozar los genitales, eyaculación con sangre y molestias en general deben de ser tomados con toda la seriedad posible, lo recomendable es acudir de inmediato con el médico para descartar cualquier amenaza a la fertilidad.
Algunas sustancias ajenas al organismo masculino son también determinantes en la posibilidad de ser padres o estériles.
Por ejemplo, atletas o físicoculturistas que deciden utilizar esteroides corren un grave riesgo de sufrir un daño definitivo en su producción de espermas, más de la mitad de los hombres que consumen tal sustancia corren el riesgo de quedar estériles incluso en la segunda aplicación. Los daños a la salud de los esteroides además abarcan una reducción importante en el tamaño de los testículos, afectaciones al hígado y el riesgo de un ataque cardíaco.
“En el caso de los esteroides no hay justificación, ahí sí les advertimos que hay un riesgo muy grave de tener daños irreparables, son alteraciones muy drásticas en su organismo y obviamente la reproducción va dentro... pero también hay otros casos en donde las sustancias nos amenazan, por ejemplo quienes van a someterse a quimioterapias o radiaciones, seguramente van a tener daños en ese aspecto también, pero ahí tenemos la opción de congelar el esperma y utilizarlo sin problemas luego”, indica el biólogo Carlos Lauro Valdez.
El tabaquismo y el uso de drogas son considerados también como amenazas para la producción de espermas en cualquier edad, sin importar que se tengan 18 o 70 años se considera a estas sustancias como contaminantes, por lo tanto la recomendación siempre será el de evitar su consumo o mantenerlo al mínimo si se busca embarazar a la pareja.
Las enfermedades crónico-degenerativas también deberán de ser tomadas en cuenta en el historial médico si ya se detectaron problemas de fertilidad, la diabetes, hipertensión y hasta los niveles altos del colesterol pueden influir en la calidad y cantidad del esperma del que podrá disponer cada hombre.
LA GENÉTICA COMO FACTOR
En el tema genético las variaciones se pueden estudiar desde la óptica de un historial apropiado, las estadísticas al respecto se llevan a cabo de manera focalizada en cada sociedad, pero en la mayor parte de las ocasiones se tratan problemas de fertilidad desde la genética a causa de microlesiones en el cromosoma “Y” (propio de los varones).
El factor genético puede significar que los espermatozoides del hombre no tengan la cantidad de cromosomas correcta, que las cadenas de ADN del esperma se observen fragmentadas en exceso (más de un 40 por ciento del total de la secuencia) o que simplemente no exista producción en lo absoluto.
Para saber si se tiene un problema genético, físico o se ha sufrido alguna afectación externa existen pruebas que el especialista puede ordenar, la más común de todas es la llamada “espermatobiopsia directa” o seminografía.
La prueba consiste en tomar directamente una muestra de semen a través de la masturbación, luego en un laboratorio serán evaluados aspectos como:
La cantidad del semen producida.
La cantidad total de los espermatozoides.
La cantidad de espermatozoides por cada mililitro de semen.
El porcentaje de espermatozoides que se hallaron en movimiento.
El tipo de movimiento que desarrollan los espermatozoides.
La forma de los mismos espermas y hasta su tamaño.
En caso de que así lo determine el médico. también se pueden medir los niveles de testosterona y otras hormonas en el hombre, aunque dichas pruebas se llevan a cabo a través de una muestra de sangre ordinaria.
En México, tales pruebas pueden llegar a alcanzar hasta los 800 pesos en el sector médico privado, aunque es posible hallarlas a precios menores dependiendo de la ciudad y la infraestructura de los laboratorios.
Si definitivamente se ha brindado un diagnóstico de infertilidad “permanente” existen posibilidades como la donación de esperma y la realización de terapias psicológicas, a pesar de lo que dicte la sociedad, un hombre no se define por su posibilidad de dar vida solamente, sino de comportarse con rectitud y valores en todo momento.
Más allá de los problemas que puedan amenazar la fertilidad de los varones nunca hay que dejar de lado el consejo de llevar una vida saludable.
Mantener un peso adecuado, consumir frutas y verduras, realizar ejercicio, tratar de tener niveles bajos de estrés y mantener a raya las enfermedades crónicas pueden significar la diferencia entre ser estéril o convertirse en padre.
No te arriesgues
Estos hábitos pueden dañar tu producción de espermatozoides:
Usar ropa interior ajustada
El tabaquismo
El uso de drogas
Usar esteroides
Trabajar con la computadora en las piernas.
Trabajar en hornos o bajo temperaturas muy altas.