Fervor. Javier y Magaly forman parte de la danza 'San Juanita' de la colonia Valle Oriente.
Hace cuatro años, Francisco Javier Medina Vázquez organizó su propio grupo de danzantes llamado "San Juanita" para continuar con la "manda" que prometió su padre antes de morir.
Aunque sus origen son por el fervor que se tiene a la Virgen de San Juan de los Lagos, de ahí su nombre, también le danzan a la Guadalupana en agradecimiento a los favores concedidos.
Familiares, amigos y vecinos de la colonia Valle Oriente son quienes conforman el grupo de 20 jóvenes danzantes, quienes se preparan durante todo el año para ofrecer sus baile tradicional, tanto a la Virgen de San Juan como a San Judas Tadeo y a la Virgen de Guadalupe.
"Nos empezamos a preparar ensayando de lunes a viernes, en la colonia nos juntamos todo el grupo, y acomodamos los vestuarios", dice Magaly García quien es de las fundadoras del grupo.
Danzar no es fácil, pues además de fe se requiere de una gran condición física. Y es que en esta temporada, pueden ser dos o tres peregrinaciones las que se acompañen e incluso horas cuando alguna familia solicita de su apoyo, "hemos danzado hasta por ocho horas", dice Javier.
Pero ni el tiempo ni las distancias los desanima a seguir con esta muestra de fe y agradecimiento que se hace a la Virgen Morenita y sobre todo a la de San Juan.
Aunque su grupo se conformó hace cuatro años, Juan y Magaly ya danzaban con otros grupos, por el sólo gusto de ofrecerlo a la Virgen.
Su grupo es de tipo Matlachín, cuya vestimenta consiste en las tradicionales nahuillas con carrizo y cascabel, huaraches de baqueta, grandes penachos azules y camisa estampada.
Cada danzante, invierte alrededor de 5 mil pesos en cada traje.
Javier cuanta que su participación en reliquias o para el acompañamiento de las peregrinaciones, se solicita una cuota de recuperación, con la que dice, cubre el costo de sus vestimentas.
A Javier y su compañera de grupo, le gustaría que su tradición siguiera por muchos años más, por lo que esperan que sus hijos continúen con esta promesa que su padre un día comenzó.