En cuestión de horas saldrá humo blanco de la Torre de Rectoría; lo contrario daría señal de negociaciones empantanadas en el proceso de sucesión del doctor José Narro Robles.
Las reglas del proceso para seleccionar al cuadragésimo primer rector de la universidad más importante de América Latina siguen siendo las mismas de hace 70 años. Quince "sabios" deben designar al gobernante de nuestra máxima institución académica, sin embrago, el método se aprecia conservador y arcaico para quienes quisieran una elección democrática, abierta, con participación de toda la comunidad. Por cierto, ninguno de los diez contendientes finalistas ha respingado por eso.
El proceso sucesorio en la UNAM conlleva un altísimo contenido político; pura grilla de alta tensión. Debiera ser una competencia entre proyectos, experiencia y capacidad académica, pero en realidad resulta una lucha de intereses de fuera reflejados dentro.
ME EXPLICO
La figura del candidato Sergio Alcocer Martínez de Castro ha desatado pasiones que desnudan el tono político del proceso. Alcocer renunció a la Subsecretaría de Relaciones Exteriores para América del Norte; no es un universitario de cubículo. Fue Secretario General de la UNAM bajo las órdenes del rector Narro antes de tomarse un sabático de tres años para irse como Subsecretario de Energía y Vicecanciller. Es muy allegado al extitular de la SRE, José Antonio Meade -hoy secretario de Desarrollo Social-, al secretario de Hacienda, Luis Videgaray. También lo ilumina la estrella es ascenso de Aurelio Nuño desde la SEP. Sergio Alcocer, sin duda, es el favorito de Los Pinos.
En alto contraste, Rosaura Ruiz, Directora de la Facultad de Ciencias, es considerada afín a la izquierda sesentayochoera y a la línea de Andrés Manuel López Obrador, aunque sin vínculo público con el mesías tropical. La doctora Ruiz propone autonomía total y alejamiento de intereses partidistas. Es magnífica aspirante a la frustración y el descarte.
Otros candidatos notables son Francisco Bolívar Zapata, investigador emérito del Instituto de Biología y excoordinador de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Presidencia de la República, y Enrique Luis Graue, director de la Facultad de Medicina; parece que a ambos no les alcanza para dar la pelea.
Quien sí tendría plumas para gallo es Javier de la Fuente Hernández, ex Director de la Facultad de Odontología y actual titular de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de León Guanajuato; lo dibujan como el caballo negro del rector José Narro.
EL MONJE LOCO
El proceso de sucesión convierte a la UNAM en un campo de batalla; de una vez, las fuerzas políticas juegan vencidas de cara a "la grande", en 2018.
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