Aplaudida. Poniatowska acabó su discurso recitando 'Ay Jalisco no te rajes'.
Escuchadora de las voces más débiles, contadora brillante de historias, luchadora de las causas más nobles, feminista ejemplar y un ser profundamente generoso fueron algunas de las perlas que Elena Poniatowska pudo recoger ayer en una ceremonia en la que recibió un Doctorado Honoris Causa.
La Universidad de Guadalajara, la segunda más grande de México, otorgó este reconocimiento a la Premio Cervantes de Literatura 2013 en el marco de las actividades paralelas a la Feria Internacional del Libro (FIL) que se celebra estos días en la capital de Jalisco.
En una emotiva ceremonia celebrada en el paraninfo y con los murales de José Clemente Orozco como testigos, Poniatowska estuvo acompañada de personalidades del mundo de la cultura y de colegas como el recientemente nombrado Premio Cervantes, Fernando del Paso.
Ya casi completamente recuperado de los problemas de dicción que le dejaron varios infartos cerebrales, Del Paso, también Honoris Causa por esta universidad, dirigió unas palabras a su colega, a la que consideró un "regalo de Francia y Polonia a México".
La describió como una profesional que ha sido capaz de hacer una "observación inteligente" y un "análisis sencillo, pero profundo" de "las tragedias que parecen suceder en México de modo cíclico".
Con una enorme lucidez, Del Paso recordó el momento en que conoció a Elena, "una feminista que ha actuado con su ejemplo", hace ya más de medio siglo, cuando la editorial que iba a publicar su primera obra, "José Trigo", no tenía sede y la propia Poniatowska ofreció su casa, con la generosidad que la caracteriza. Las palabras de Del Paso fueron agradecidas por abrazos de Poniatowska y constantes gestos de cariño que se profesaron.