Acciones. El ejército busca contener la ola de violencia que se ha generado contra el presidente y dan golpe de estado.
El Ejército de Burundi intentó derrocar al presidente del país, Pierre Nkurunziza, para atajar la ola de violentas protestas en contra de la decisión del mandatario de volver a presentarse como candidato en las elecciones de junio.
Tras semanas de disturbios en los que han muerto al menos 20 personas y 200 han resultado heridas, el general Godefroid Niyombare anunció ayer, en nombre del Ejército, la "destitución" de Nkurunziza "por el bien de la nación", a través de una emisora local privada.
El militar es un antiguo jefe de inteligencia destituido por Nkurunziza el pasado febrero, tras haber criticado sus aspiraciones a un tercer mandato, pese a que la Constitución los limita a dos. El general dijo que hablaba, además, como portavoz de un órgano de transición al que se refirió como "Comité para el restablecimiento de la concordia nacional temporal", integrado por el Ejército y la sociedad civil.
El comité había sido creado por el Ejército y las "fuerzas vivas de la nación" con la finalidad de restablecer "la unidad nacional", dijo el militar, sin precisar qué funciones asumiría este órgano tras el supuesto derrocamiento. "El presidente Pierre Nkurunziza ha sido destituido de sus funciones. El Gobierno se ha disuelto. Las secretarías permanentes de los ministerios garantizarán su funcionamiento", precisó el general. Las Fuerzas Armadas burundesas condenaron la "violencia" y "el cinismo" de Nkurunziza y justificaron su caída en "el bien de la nación".
PERSONAS
han en tres semanas debido a las protestas.
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