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Debemos exigir

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Es muy reconocible la labor que el gobernador Rubén Moreira Valdez ha realizado en el tema de seguridad pública en la Comarca Lagunera de Coahuila, porque indiscutiblemente el pavor que se sentía de andar por las calles apenas se metía el sol, no existe ya de esa manera.

Esto no significa por supuesto que se viva en un estadio satisfactorio ni mucho menos en el ámbito de contención de la delincuencia, ya sea la ordinaria o aquella proveniente del crimen organizado, pero es innegable que Moreira Valdez ha logrado que en este tema se mejore, resultante de muchas acciones y decisiones valientes, y quizá hasta temerarias, que en su momento ha tomado el mandatario estatal para que las cosas cambien. Eso hay que reconocerlo.

Sin embargo, esa franca mejoría y la continua caída en los índices de asesinatos, desafortunadamente se detuvo en el mes pasado. De a muertito diario fue el promedio de los homicidios que se cometieron en La Laguna (contando por supuesto la parte de Durango) con lo cual necesariamente provoca que la inquietud sobre un tema que parecía superado, comience nuevamente a crecer.

Hay que agregar que ahora los delitos de alto impacto como lo es el propio asesinato, el secuestro o la extorsión no son sólo los que preocupan. Ahora ocurren asaltos a sitios que difícilmente uno se podría imaginar en el pasado, como los ocurridos a un City Club (hay que tener mucha confianza para atreverse a asaltar una tienda de estas características, porque la distancia para escapar es mucho más que la de un banco por ejemplo); a una funeraria; o para rayar en el cinismo, a la propia oficina de Recaudación de Rentas de Gómez Palacio. ¿Cuál será el límite para no sufrir este tipo de delitos que además del daño patrimonial, evidentemente pone en riesgo la integridad física de la ciudadanía?

Las explicaciones oficiales tratan de minimizar los hechos que claramente están ocurriendo con mayor frecuencia y cantidad. En el caso de Gómez Palacio o Lerdo, prácticamente es ocioso cuestionar a los alcaldes sobre este tema, (y algunos otros también) pues simplemente evaden la responsabilidad y no tienen para cuando comprometerse a poder contar con una policía local, con cierta displicencia tratan de convencer que los militares realicen un trabajo policiaco preventivo que simplemente no les corresponde.

Al otro lado del río Nazas, en territorio coahuilense, aunque ciertamente se cuenta con mucho más instrumentos para el combate al delito, las respuestas al repunte en las ejecuciones ocurridas apenas estas últimas semanas no dejan de generar dudas. A ello hay que agregar la nula empatía que existe entre los gobiernos estatales de Coahuila y Durango que un día sí y otro también, no dejan de recriminarse por las actuaciones correspondientes que realizan como vecinos.

Vaya, hasta la ubicación que el ejército decidió darle a la sede del Mando Único no deja ser un motivo de escozor, que viene en los hechos a dificultar la coordinación entre todas las corporaciones que algo tienen que ver con el tema de seguridad.

Complica aún más la situación de los dichosos "Gates", tanto estatales como municipales en el caso de Torreón, ya que estos cuerpos de reacción "élite" han sido creados fuera de las estructuras naturales del Estado; los primeros no reportan a la Procuraduría del Estado y los segundos están fuera del control de director de Seguridad Pública Municipal, Adelaido Flores, ya que le reportan al secretario de Ayuntamiento, cosa por demás extraña.

Así las cosas la realidad es que la violencia está teniendo un repunte, y las razones y explicaciones no coinciden con lo que está pasando. La mala vecindad entre Rubén Moreira y Jorge Herrera es una realidad que ha facilitado el panorama a los delincuentes, entre otras muchas cosas. Pero con todo y ello, también como está expresado líneas arriba, ha habido avances. Quizá este incremento sea coyuntural, pero debemos exigir que no se permita, por intereses de grupo o políticos, que esta racha se convierta en una tendencia en que el hampa se apodere nuevamente de La Laguna.

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