Los aficionados franceses corrieron por las gradas hasta llegar a la cancha, sin saber lo que pasaba afuera del estadio. (Fotografía de AP)
El Stade de France, donde 79 mil espectadores veían un partido de futbol entre Francia y Alemania, fue blanco de los ataques de París del viernes pasado.
Hubo un muerto y varias docenas de heridos en los alrededores del estadio. Sin embargo, la tragedia pudo haber sido mucho peor: las fuertes medidas de seguridad, el ingenio de los dirigentes en el lugar y la mala planificación por parte de los terroristas evitaron un mayor derramamiento de sangre.
Ello parecería indicar que París está bien preparada para ser anfitriona de la Eurocopa de fútbol del próximo año, a la que seguramente millones de fanáticos acudirán desde todos los rincones del mundo.
El estadio, parte del acervo nacional ya que fue allí donde Francia ganó el Mundial de 1998, fue el primer blanco de los ataques del viernes. Dos cuadrillas de terroristas dejaron 129 muertos y más de 300 heridos en la ciudad y sus alrededores. Pero un tercer escuadrón, el que fue al estadio, causó mucho menos daño.
Al tiempo que reinaba el caos afuera, las autoridades decidieron que lo mejor era que la gente se quedara dentro del estadio y que el partido continuase. Esa decisión fue tomada por el presidente Francois Hollande, con asesoramiento de dirigentes de la Federación Francesa de Fútbol, dijeron fuentes del Palacio del Eliseo.
Por lo menos uno de los atacantes trató de ingresar sin tener un boleto, y fue rechazado, dijo una fuente que pidió no ser identificada.
Una hipótesis policial es que los atacantes sabían que no había manera de que pudieran entrar, ya que con sus chalecos explosivos no podrían pasar los registros de seguridad, y que por lo tanto planificaron detonar las bombas en medio del público cuando entraba, o cuando saliera después del partido.
Pero fuentes oficiales sospechan que los terroristas calcularon mal. Cuando detonaron sus bombas - dos en el primer tiempo y el tercero en el mediotiempo - la gran mayoría de los espectadores ya estaba dentro del estadio.
"Creemos que este operativo fracasó porque estaba muy mal organizado", dijo una fuente policial que pidió no ser identificada.
El presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Noel Le Graet, opinó que las medidas de seguridad cumplieron su propósito.
"Afuera del estadio ocurrieron sucesos realmente dramáticos pero adentro, la policía, los empleados y los espectadores tuvieron una conducta ejemplar", dijo Le Graet al diario deportista L'Equipe. "No hubo ni estampida, ni pánico. Pudo haber sido una verdadera catástrofe, y no fue así".
Los 23 integrantes de la selección francesa llegaron ayer a Londres entre fuertes medidas de seguridad antes del partido amistoso frente a Inglaterra en el estadio de Wembley.
Bien custodiados
Los 'bleus', encabezados por su seleccionador, Didier Deschamps, arribaron a la capital británica a mediodía después de que la Federación Francesa de Futbol confirmara la disputa del encuentro.
Con el centrocampista Lassana Diarra, que perdió a su prima Asta Diakité en los ataques, y con el atacante del Atlético de Madrid Antoine Griezmann, cuya hermana salió ilesa de la sala Bataclan, en la expedición, Francia disputará mañana un partido con una fuerte carga emocional tras los atentados de hace tres días.
A su llegada al hotel, todos los futbolistas franceses se detuvieron a firmar autógrafos y a fotografiarse con los numerosos aficionados que les estaban esperando.