El torero español Saúl Jiménez Fortes sufrió una terrorífica cornada en el cuello por parte del sexto toro en el festejo de la Feria de San Isidro, Madrid. Del triunfo al drama en plaza de Las Ventas
Saúl Jiménez Fortes tenía un pie fuera de Las Ventas por la Puerta Grande y terminó saliendo con los dos por delante a la enfermería.
El valiente malagueño que el 20 de mayo del año pasado fue uno de los tres toreros heridos en aquella histórica corrida que se suspendió por falta de matadores, reapareció ayer en el ruedo madrileño y fue herido de nueva cuenta, sólo que esta vez de manera muy grave.
De hecho le brindó por la TV la muerte de su primero, al que cortó una oreja, a David Mora, su alternante en esa tarde y quien no ha podido volver a torear.
Su segundo toro y sexto de la tarde, "Droguero", de la ganadería de Salvador Domecq, le dio una cornada muy grave en el cuello que pudo haberle costado la vida. Sin embargo, dentro de la gravedad del percance, su estado de salud es estable.
"(Tiene) dos heridas, una en región cervical con trayectoria de 15 centímetros que bordea la glándula tiroide y esófago, contusionando vena yugular y la arteria carótida, y la segunda (que fue el orificio de salida de la primera) que bordea parótida y lesiona el músculo esternocleidomastoideo", informó el doctor Máximo García Padrós hora y media después de que Jiménez Fortes entrara a la enfermería cargado por sus subalternos y asistencias, deteniéndose él mismo la hemorragia del cuello.
Sus alternantes, José Ignacio Uceda Leal y el mexicano Diego Silveti, desencajados, esperaron afuera de la enfermería las noticias.
Ellos presenciaron cuando el toro de 640 kilogramos enganchó primero a Fortés con el asta izquierda en el muslo cuando toreaba por naturales.