'Demuestre que es violento'
Con 17 años, Tania, una chica de la colonia del Valle en la ciudad de México, canta o rapea con emoción: "Dicen que son de barrio, que fueron pandilleros/ no tienen expediente, ya chequé, son puro pedo/ pa' hacerlo verdadero nomás se ocupa huevos/ quizá nacer de nuevo, pero no ser embustero".
Es la canción "Si te vienen a contar", del grupo regiomontano Cartel de Santa, cuyo video tiene casi 30 millones de vistas en YouTube.
En el video se puede observar a Babo, vocalista de la banda, sentado en el fondo de una limusina con drogas y alcohol frente a él en una mesa, mientras alguien juega videojuegos frente a él; en otra escena, Babo es el protagonista del juego y camina con un arma por un edificio abandonado.
Tania dice que ese grupo le gusta porque es divertido, honesto, y porque "habla de cosas que nadie más habla".
Cuando sacaron su primer disco, en 2002, Cartel de Santa era una rareza, se contaban con una mano las agrupaciones exitosas que tuvieran contenidos tan violentos en sus letras y además gozaran de éxito entre grupos diversos de jóvenes. Sin embargo, al salir su sexto disco de estudio en 2014, estas bandas ya eran algo común.
Las listas de éxitos en radio, así como sitios de descarga como Spotify, revelan que a la música pop le hacen competencia la banda, el reggaeton, el hip hop y el rap. Prince Royce, Molotov y La Arrolladora Banda El Limón se disputan los primeros lugares de popularidad en México con Thalía, Laura Pausini y Ha*Ash, y también con artistas que publican en inglés, como Bruno Mars, Taylor Swift o Maroon 5.
Para las nuevas generaciones Internet significa libertad, aun si no se dan cuenta. Hace tan sólo 15 años la radio y la televisión dominaban la música que se hacía pública, a la que se le daba un espacio. Ahora, es muy fácil buscar un video en YouTube y escuchar y ver los contenidos que un artista quiera presentar o que sus fans deseen compartir.
Esto es algo que sucede con el cantautor oriundo de Mexicali Juan Cirerol, cuyo canal de YouTube no llega al millón de visitas combinadas de todos sus materiales, pero un video suyo en un canal no oficial tiene casi 500 mil visitas.
El estilo y letras de Cirerol difícilmente tendrían cabida en la radio mexicana más conservadora. Para muestra, un fragmento de la canción "El corrido de Roberto": "Cocina, cocina cocaína/ aguas con la metanfetamina/ de repente hace reacción el caldo/ y ahora Beto ya está todo chamuscado".
"A mí esos retratos me parecen demasiado fuertes", dice Salvador, profesor universitario de 54 años. "Entiendo de dónde provienen, pero no me gusta su crudeza".
Al ser cuestionado sobre sus letras, Cirerol dice que "las drogas y la violencia a veces son una realidad más cercana para unos que para otros. Y como decía mi tata: debe haber gente para todo".
Y sus fans están de acuerdo con eso. "Juan Cirerol me gusta porque me parece sincero. Es un ranchero mamarracho medio junkie y no intenta ocultarlo, sino que lo asume como bandera", dice Apolo, un regiomontano de 25 años que ha asistido a más de un concierto del cachanilla. "La industria musical llega a ser fantoche y pretenciosa, pero él llega, panzón y borracho, a cantar canciones sobre la forma en que ve todo este asunto de estar vivo. A veces me identifico con sus letras y otras simplemente me dan ganas de cantarlas".
"Despierto en la mañana sin saber qué hacer/ me tomo unas caguamas para no ceder/ me dura por días el mismo pinche viaje/ me tomó por sorpresa, no sabía lo que hacía", gime Cirerol en la canción "Clorazepam blues"; y Mariana, una fanática coyoacanense de 24 años, sonríe tímidamente y explica que le gusta "porque me divierte, me transmite esa sensación tan presente en la cultura mexicana de reírnos de lo que nos duele".
→ ¿Por qué crees que tu música les gusta tanto a los jóvenes que han vivido experiencias similares a las que describes en el norte del país, como a los de las colonias Condesa y Roma que llenan tus toquines en el DF? -se le pregunta.
-En realidad no sé, pero la música unifica gente, es lo importante. Entretener es mi objetivo -responde el cantautor.
"VIVIMOS UN MUNDO CONVULSO"
En México, Jorge Pantoja, promotor cultural considerado una figura vital en la historia del Museo Universitario del Chopo, opina que los músicos "son portavoces de lo que vivimos. Hay un proceso paralelo en el que los jóvenes cambian su lenguaje y estilo, y los grupos musicales también, y se van cambiando el uno al otro.
"En los años 60 los grupos hablaban de una posible guerra nuclear, del teléfono rojo. En los 80, Rockdrigo González hablaba del espacio sideral. Ahora estamos viviendo un mundo muy convulso y la violencia se ha vuelto cotidiana, así como la sexualidad", reflexiona.
El éxito de Cartel de Santa le da la razón al promotor, quien dice que "ya no se usan palabras que insinúan, se dan palabras llanas, con un trabajo más literario en cuanto a letras, en el caso del hip hop".
"Ahora es el momento, demuestre que es violento/ que sí le vale verga y que trae un armamento/ que su gente lo respalda pa' las drogas y las armas/ y que aparte trae un buen adiestramiento", canta MC Babo, vocalista de Cartel.
Las letras del grupo regiomontano le gustan a Apolo, aunque no tanto como las de Cirerol, porque "a veces hacen retratos de la gente que se la vive malandreando o drogándose. Me gustan algunas frases como 'yo soy un perro enfermo disfrutando de la vida, siempre voy puro pa'rriba y me la llevo bien tranquila'. Ese es casi un lema de vida", agrega Apolo entre risas.
"Pero también me aburren -dice- porque como todos los raperos se la pasan rapeando de lo vergas que son y cuántas morras se cogen".
¿Y EL REGGAETON?
En México tienen especial éxito artistas caribeños como el puertorriqueño Farruko y el colombiano J. Balvin, además de los hiper conocidos Wisin y Yandel, Pitbull, Prince Royce, y otros artistas que cantan con libertad sobre la sexualidad, y han sido fuertemente criticados por grupos feministas, debido a que los contenidos de sus letras se consideran misóginos. En México, sus conciertos son de los más populares entre los menores de edad, que se reúnen en salas repletas en las que bailan tan pegados que uno ya no sabe cuál es la pareja de quién.
Esa popularidad también tiene que ver con la web, considera Pantoja. "El Internet ha hecho que todo se globalice. Tanto los músicos como los chavos se dan cuenta de que no hay fronteras y se sienten cercanos a otros espacios culturales. No nos debe sorprender este fenómeno, los músicos no son más que portavoces del sentir de los jóvenes", afirma.
Jaime, de 16 años, es fan del reggaeton desde la secundaria: "Me gusta escucharlo cuando estoy con mis amigos. Yo sé que las letras no son las mejores, pero me agradan sus mensajes porque hacen referencia a fiestas y diversión. También hay otras que hablan de alguna chica o relación que me son interesantes".
"No desperdiciemos baby esta oportunidad de conocernos y pasarla bien/ después de aquí nos vamos pa' un hotel/ y vas a ver lo que yo soy capaz de hacer/ Déjame llenarte de sudor y placer/ lentamente haciéndolo hasta el amanecer", dice la canción Bebe conmigo, de Farruko & J Balvin.
"A mí me gustaba mucho el reggaeton porque era lo único que podía bailar antes [en la secundaria]", cuenta Valeria, de 18 años. "Era una manera de entrar en la fiesta y encajar en el grupo de amigos que tenía". Pero ahora no lo escucha más porque, dice, "se habla de la mujer como un objeto que se come, se toma del cabello, se mueve". Con el tiempo se dio cuenta de que esto la hacía sentir "poco valorada".
Cita la canción "Fin de semana", de Cuarto Contacto, que dice: "Quiero una nueva/ que no me joda, no me cele, no me llame/ para que la próxima semana la cambie". Valeria considera que es "como un himno entre los hombres, y ver lo orgullosos que los hace sentir cantarla y hasta dedicarla, me hace pensar que el machismo está lejos de desaparecer".