(Jorge Téllez)
En 2010 Torreón se pintó de rojo debido a la violencia. En ese entonces las colonias del poniente de la ciudad se convirtieron, incluso, en una de las zonas más peligrosas del norte de México. Ahí, en el corazón de la Alianza se encuentra ubicado el Museo Casa del Cerro, ése que ahora es desairado por los jóvenes.
A pesar de que el recinto cultural logró renacer de entre las balas y poco a poco ha ido recobrando visitantes, actualmente los jóvenes no están interesados en conocerlo.
Sandra González Balderas, directora del museo, afirma que los chicos de entre 16 y 21 años de edad no se encuentran atraídos en visitar el lugar debido a que "está descontextualizado" para ellos. También considera que el aumento de la tecnología y el manejo excesivo de las redes sociales son los principales motivos por los que el público juvenil se encuentra desinteresado en ir, sin embargo, afirma que palpar un libro o tocar las paredes de un museo son otro tipo de estimulación de aprendizaje que no se compara con teclear una tableta electrónica o un celular.
"Abrimos de las 10 de la mañana a cuatro de la tarde, aquí estamos, sin embargo, hay días en los que está solo", añade.
Es por ello que la directora del también conocido "Chalet Wulf", ubicado en el corazón de La Durangueña, invita a los jóvenes a que vayan acompañados de sus padres o abuelos para que éstos les expliquen sobre la historia que los identifica como torreonenses, además de que les servirá para crear una comunicación más efectiva entre ellos debido a que las familias ya no platican al llegar a casa.
González Balderas reitera que no existe excusa para no acudir, ya que el sitio es seguro en comparación con lo que se vivía en el segundo semestre del 2010, esto sin contar que cualquier transporte público los deja cerca.
"Los jóvenes de Torreón pueden tomar cualquier camión y los trae al Centro, caminan poquito y aquí está la casa", menciona.
La directora del Museo afirma que se están realizando programas y actividades para generar el interés de los jóvenes y lograr que acudan al recinto, el cual representa un ícono de la ciudad.